2 de abril de 2008

¿QUÉ ES LA INCULTURA CIENTÍFICA?

Hoy he estado discutiendo con mi alumno de doctorado Nico Abadías sobre el concepto de incultura científica, o analfabetismo científico (discusión en el buen sentido de la palabra, claro, y virtual, como es natural en la UNED). Como el tema es muy apropiado también para nuestro barco, he pensado que sería interesante plantear aquí también la cuestión sobre la que discutíamos, y pediros vuestra opinión al resto de los marineros.
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El problema es el siguiente: ¿puede considerarse "incultura científica" el hecho de que una persona sea ignorante sobre los procesos, principios y mecanismos "científicos" por los que se gobiernan los múltiples sistemas y cachivaches de los que depende nuestra vida en la sofisticada sociedad contemporánea? Todos admitimos que estos procesos y principios son imprescindibles, y, aquellos que nos consideramos "aficionados a la ciencia" tendemos casi instintivamente a sentir un poquito de disgusto cuando comprobamos que el conocimiento de tales cosas no está tan ampliamente difundido y comprendido como nos gustaría.
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Pero, y aquí surgía mi duda, también es verdad que la sociedad contemporánea ha conseguido alcanzar tan alto nivel de sofisticación y progreso técnico gracias, en buena parte, a la división del trabajo: unos hacen (y aprenden) unas cosas, y otros, otras. Gracias a dios, a la mayoría no nos hace falta saber cómo funciona cada cachivache que utilizamos, pues lo que nos hace falta es sólo saber a quién hemos de recurrir cuando deja de funcionar, o cuando queremos comprar uno. ¿Hay algo de malo en ello? ¿Es una señal de "incultura" el que yo no tenga ni idea de qué quiere decir que una tele de plasma sea "de plasma"? Lo único que me importa es que la tele se vea bien: yo pago por ella para no tener que saber hacerla.
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Naturalmente, también habrá otros conocimientos científicos por cuya ignorancia sí que se me podría tachar de "inculto" (e incluso "analfabeto"). ¿Alguien se anima a hacer una lista?
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Pero incluso dentro de esta categoría, aún podemos distinguir dos grupos de conocimientos:
. 1) aquellas cosas que, si no las sabemos, se nos puede llamar justamente "incultos", pero sin que esta ignorancia tenga ninguna otra consecuencia negativa (esto sería como ignorar la música clásica: lo peor que me pasa es que yo me lo pierdo, ¿no?);
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2) aquellas cosas cuya ignorancia más o menos generalizada por parte de los ciudadanos sí que puede suponer un problema real para el individuo o, aún peor, para la sociedad en su conjunto.
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Creo que cuando se habla de "incultura científica" suelen mezclarse las dos cosas. Y estaría bien tener clara la diferencia. Así que me atrevo a preguntar a los internautas:
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¿qué conocimientos científicos o técnicos colocaríais en la categoría 1, y cuáles en la categoría 2? Y en este último caso, ¿qué problemas reales son los que le produce esa ignorancia al individuo ignorante y a la sociedad en la que éste vive (ojo: lo cual puede depender de qué otros individuos padezcan esa misma ignorancia)?
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Como veis, no son preguntas sencillas. Pero, ánimo..
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P.D. Diréis: leñe, ¿no hemos quedado en que el filósofo eras tú? ¡Pues piensa y responde, jodío, que para eso vivimos en una sociedad con división del trabajo!
Pero yo responderé: es que el blog no es trabajo, y además yo soy un filósofo socrático, al que le gusta más preguntar que responder.
Bueno, sobre todo me gusta criticar respuestas.
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P.P.D. No debe olvidárseme recomendar el maravilloso librito de Robin Dunbar, El miedo a la ciencia, publicado por Alianza, lectura básica sobre este tema.

32 comentarios:

  1. ¿De verdad que la pregunta no tiene trampa? O, dicho de otro modo, ¿por qué no se hace esta pregunta cuando se trata de las llamadas "humanidades"? ¿Alguien se plantea si hay humanidades útiles y otras para dárselas de culto? No creo que se pueda hacer tal separación, ni en las humanidades ni en las ciencias.

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  2. Yo creo que si hay diferencia entre incultura y analfabetismo. Tanto en humanidades como en ciencias.

    Al igual que es analfabeto "de letras" quien no sabe leer, lo es "de ciencias" quien no sabe sumar, dividir o que los medicamentos lo son tras unos ensayos clínicos y las "medicina natural" no. Estos desconocimientos causan un perjuicio.

    Por otro lado, quien no ha leído el Quijote, es un inculto. No le pasa nada, el se lo pierde. En esta categoría yo incluiría el conocimiento de como se llega a las conclusiones científicas y un poco de razonamiento crítico respecto a, por ejemplo, noticias que nos dicen que han encontrado la cura de tal o cual enfermedad.

    Respecto a lo de la tele de plasma, bueno, es como saber el año en el que nació Julio Cesar; si lo sabes eres culto, pero si no, no es que seas un inculto (vamos, digo yo).

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  3. Rubén: claro, claro, si hay cuestiones de humanidades que se puedan incluir en la categoría 2, también es bueno saber cuáles son, y qué problemas causa su ignorancia.

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  4. Me voy a permitir (tú eres el profesor...) modificar algo en el planteamiento de tus dos categorías: no se trata de "saber cosas", aunque creo que tú no has querido decir eso.

    Para mi, una persona alfabetizada científicamente es aquella que conoce la forma de trabajar de un científico (la metodología) y la reconoce en cualquier discurso. Esto es, fundamentalmente, lo que aprendí en mi carrera.
    Otro asunto es, como dice alfonso, la "culturización" científica. Una persona que esté alfabetizada científicamente reconocerá un planteamiento científico de lo que no es, le ayudará su condición a cultivar un acervo de conocimientos. Si no se está mínimamente alfabetizado no se puede leer, lo mismo ocurre en ciencia.

    Concluyendo: para mi lo importante, en lo que debe insistirse, es en la metodología. En dar herramientas para tener un espíritu crítico, que se entienda un pequeño artículo sobre tu tele de plasma, en no creer en chorradas pseudocientíficas. Aún así hay algo importante que se debe conocer (categoría 2) sin lo cual estamos perdidos: el actual paradigma en cada una de las ciencias (la visión del átomo, nuestras visiones mecánicas, cinemáticas, energéticas,etc) junto con sus limitaciones y su alcance. Porque la ciencia tiene límites, no es una religión.

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  5. Por cierto, si lo que querías es una lista de leyes y teorías, elaboro una en el campo de la física, en un plis.

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  6. Ya sé que estoy pesado, con tanto comentario seguido. Pero te quería invitar a participar en una de mis preguntas abiertas.de la sesión "Cuestiones personales": ¿qué es la verdad? Estoy intentando escribir algo sobre el concepto de "verdad científica" y "realidad".

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  7. Eugenio, me ha encantado tu último párrafo sobre la religión y los limites de la ciencia.

    No puedo estar más de acuerdo contigo. Es fundamental que la gente conozca cómo funciona la Ciencia, su alcance y sus limitaciones. Si no, se convierte en una religión (¡te lo crees porque lo dice este libro!) y pierde sus fundamentos: el razonamiento crítico y la experimentación.

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  8. Jopetas, qué torta tengo en lo alto, la pregunta es ¿existe la verdad?

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  9. Como dice Eugenio lo importante es conocer la metodología de trabajo de la ciencia, cuales son sus límites, sus objetos de estudio, su aplicación etc.

    Otra cosa que me gustaría apuntar es la discriminación que sufre la ciencia en el aspecto cultural. ¿Por qué se considera cultura general saber en qué año nació Cervantes pero no quién es Richard Dawkins? ¿Es cultura saber la capital de Malasia pero no cómo se produce un eclipse?

    Este es un aspecto más social, las "humanidades" se consideran un conocimiento puro, un fin en sí mismas, mientras que la ciencia se ve como un medio para conseguir una serie de aplicaciones.

    Por último recomendar la lectura de "Fundación" de Asimov. Ahí vemos claramente retratada la incultura científica. Una vez perdida la metodología y el conocimiento básico, para un lego es imposible diferenciar la magia o la religión de la tecnología avanzada.

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  10. Hola:

    Soy Ramón Álvarez, también alumno tuyo de doctorado. Te doy mi parecer de manera breve.

    Considero que la discusión no está del todo bien planteada. Referirnos en términos de "incultura" no es correcto, es un término peyorativo con muchas connotaciones difusas, poco preciso. Sobre esto han escrito mucho los antropológos.

    El planteamiento es más bien si la ignorancia del conocimiento científico (o de determinados conocimientos científicos que podamos considerar como básicos o fundamentales) es algo negativo para nuestra integración en un sistema sociocultural cada vez más tecnocientífico. Esta ignorancia no es "incultura", sino que forma parte de nuestra cultura, es un hecho cultural y muy relevante desde una perspectiva antropológica.

    En este sentido, conviene diferenciar entre una ignorancia intencionada, fruto de la falta de curiosidad o dejadez; y una ignorancia "docta" (parecida a la docta ignorancia) fruto de la imposibilidad de abarcar todo el conocimiento científico existente en un momento dado. Ambos tipos de ignorancia se pueden dar en una misma persona en menor o mayor grado y en función del tipo de conocimiento científico de que se trate (tanto de ciencias físicsa y naturales como sociales y humanísticas).

    Por otro lado, planteando el tema en términos ecológicos (de supervivencia), hoy en día uno puede dosificar su grado de ignorancia (o incluso ignorar que puede ignorar ciertas cosas), y sobrevivir en la sociedad bien adaptado. Claro que esto habría que investigarlo a fondo.

    En definitiva, me parece un tema muy interesante, pero en términos de "incultura", sino en términos de cultura propiamente dicha. La ignorancia científica sería entonces un elemento más de análisis antropológico, o incluso "etnocientífico".

    Cordiales saludos,

    Ramón Álvarez Halcón
    ramahalcon@gmail.com

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  11. ramón manuel álvarez:

    me ha gustado el término "ignorancia intencionada". Es triste ver, hoy, abogados o importantes escritores presumir de que no tienen ni idea de física. Éstos son los más ignorantes de todos, porque no quieren aprender. La ciencia te facilita la competencia de aprender a aprender.

    No querer aprender y actualizarse continuamente es la mayor lacra que tiene la cultura contemporánea.

    Por cierto, yo somos compañeros, soy también alumno de Jesús.

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  12. Estoy de acuerdo con la mayoría de las intervenciones, pero me gustaría insistir en algo que apuntaba antes, aunque ahora de un modo menos provocador. ¿De verdad pensáis que se puede separar tan nítidamente, en ciencias o en humanidades, los conocimientos útiles de los que son mero ornato cultural?
    Muy relacionada con lo anterior está la siguiente cuestión. Estoy totalmente de acuerdo en que se debe enseñar la metodología, alcance y límites de la ciencia, pero ¿se puede hacer esto independientemente de los contenidos básicos (principios, leyes y teorías) de esa misma ciencia? No lo creo. Imaginad un curso que verse sobre "manejo del cuchillo y el tenedor" sin que la comida aparezca por ningún lado...
    En resumen, me parece que una genuina alfabetización científica debería contemplar ambos aspectos junto con un tercero: las relaciones entre la ciencia y la sociedad en que aparece y en la que se aplica. Y quizá peque de ingenuo, pero creo que quien avanza en el conocimiento integrado de estos tres aspectos de la ciencia, comienza a percibirla como una de las más bellas, potentes y beneficiosas construcciones de nuestra especie. Llegado a este punto, la ciencia ha pasado a ser parte de su acervo cultural.

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  13. Reconozco que los términos "culto", "inculto", "analfabeto", "alfabetización", etc., son tan ambiguos que pueden hacerse significar muchas cosas distintas. Pero intento que nos centremos en los significados más comunes, en los que podamos estar más de acuerdo.

    Reconozco también que la "cultura", en el mundo de hoy, debe incluir tanto los conocimientos humanísticos como los científicos. Y la discusión sobre la diferencia entre los puntos 1 y 2 puede aplicarse a todo tipo de conocimientos. Pero bueno, éste es un blog de "cultura científica" y ése es el tema del que quería hablar. No me importaría dedicar otras entradas a hablar de la "cultura en general".

    Con respecto a la idea de Eugenio, creo que estoy más de acuerdo con lo último que ha dicho Rubén: creo que la "alfabetización" no es un mero aprendizaje "procedimental" (como parece que se sigue de lo que dice Eugenio), sino que también debe incluir conocimientos "de contenido" (no puedo evitar que me haga gracia cómo estos términos pedagógicos suenan ya tan pasados de moda, cuando en los inicios del logselítico inferior se tomaban por lo más modelno). Además, pienso que el MÉTODO científico es algo mucho más complicado de aprender (y de entender) que un montón de CONOCIMIENTOS científicos, y que los niños es natural que aprendan muchos de estos conocimientos ANTES de ser capaces de entender cómo pueden llegar a obtenerse. Aunque, desde luego, ambas cosas sería necesario HABERLAS aprendido al finalizar la educación obligatoria, pienso yo.

    Pero la idea de la "división del trabajo" creo que es importante: una cosa es conocer el método científico en el sentido de, digamos, "ser capaz de ejercerlo" (en mayor o menor medida), y otra cosa es conocer el método científico en el sentido de "tener una idea de cuál es la diferencia entre el modo en el que se llega a la conclusión de que el agua es H20, y el modo en el que se llega a la conclusión de que la madre de Jesucristo era virgen, o de que existe la reencarnación". La inmensísima mayoría de los ciudadanos no necesitan "conocer el método científico" en el primer sentido; lo que necesitan es que haya gente (en suficiente cantidad) que lo conozca (como yo tampoco necesito saber el método con el que se arreglan los lectores de dvd).
    Mi pregunta (capciosa) es: ¿para qué necesita la gente "conocer el método científico" en el segundo sentido?

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  14. Hola:

    Retomando las preguntas de Jesús Zamora, el tema objeto de la discusión se podría plantear de una forma más práctica, pero llevándola al extremo.

    Imaginemos que ocurre un desastre o "cataclismo" (en principio me da igual provocado por los humanos que por causas naturales), suficiente como para destruir la sociedad tal y como la conocemos hoy en día, una sociedad en la que el conocimiento científico (en un sentido amplio) es una de sus "señas de identidad".

    Supongamos que los superviventes de la destrucción fueran escasos y representativos de nuestra sociedad, es decir, en buena medida ignorantes tanto de la mayor parte del conocimiento científico como de los métodos de producción de dicho conocimiento, la tecnología y el acervo cultural que implica (la ciencia es cultura).

    Sin duda, al desastre físico, habría que añadir el desastre cultural si pensamos que dicha pérdida es negativa para el desarrollo sociocultural de la humanidad.

    Esto respondería a la pregunta de para qué necesita la gente conocer el método científico en una situación extrema. A menor conocimiento del método científico, menores posibilidades de recuperar el acervo cultural científico perdido.

    Aunque si la catástrofea fuera debida a los humanos como consecuencia de la ciencia aplicada a la destrucción, cabría pensar que los supervivientes preferieran olvidarse de la ciencia o quizás introducir más elementos éticos en la actividad científica.

    La figuración catastrofista nos lleva a pensar que en cierto modo, lo que hace la mayoría de ciudadanos, todos nosostros en menor o mayor grado y en función del tipo de conocimiento, es "delegar" en las comunidades científicas tanto los métodos científicos como la producción científica. A lo sumo un control socio-político o unas discusiones éticas, pero a la postre existe una "élite" de ciudadanos que son los científicos o los intelecturales en su sentido más amplio, que son lo que desarrollan la actividad científica. El resto somos prácticamente meros usuarios. Como existen otras élites que se dedican a otras cosas que el resto ignora.

    Siguiendo con el ejemplo catastrofista, y simplificando mucho el asunto, si sólo se pudieran salvar 100 personas ¿a quién seleccionaríamos para dar continuidad a la especie humana? ¿qué lugar ocuparía la posesión de los conocimientos científicos y sus métodos de producción?

    Quizás os parezcan planteamientos absurdos o utópicos, pero se trata de llevar al extremo la discusión que estamos tratando, para entender mejor su alcance.

    Otra forma de plantear el tema es argumentar que el conocimiento del método científico y la producción de conocimiento científico que de él se deriva permitirían a las personas en general desenvolverse mejor en su propia vida, sobrevivir mejor y tener mejor calidad de vida. Pienso que sí, aunque también sería discutible. ¿Somos más felices ignorando ciertas cosas? Pues también puede ser.

    Por otro lado, y concluyo ya, cabe plantear no sólo la "ignorancia" del conocimiento, sino el problema del "exceso" de "sabiduría", quiero decir las dificultades de abarcar individualmente tanta producción de conocimiento, y desde otra perspectiva el hecho de manifestarse mucho conocimiento sobre algo cuando en realidad quizás hay más ruido que otra cosa, o es intrusismo o es pseudociencia o simplemente fraude científico. Y todo ello también forma parte de nuestro "acervo cultural", y por lo tanto susceptible de reflexión e incluso de análisis científico.

    En fin, que esto da mucho de sí.

    Perdón por la extensión.

    Ramón Álvarez Halcón
    ramahalcon@gmail.com

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  15. Salud:

    Hay una cosa en Pedagogía que se llama analfabetismo funcional; esto es -en breve- que aun sabiendo leer y escribir mecánicamente, no se sabe lo que se lee o escribe a nivel de contenidos (no se sabe explicar ni a uno mismo ni a los demás). Aplicado al contexto de resolución planteado, hablamos de un analfabetismo funcional científico (si lo hay en la lectura y escritura, ¡qué no va haber en la metodología y aplicación científica!). Utilizamos términos como "T.V. de plasma" sin conocer los entresijos del 'plasma' y, a veces, ni de la 'televisión'. Las personas creen que es cosa de magia y siguen teniendo un pensamiento mágico sobre los objetos que no comprenden su funcionamiento. Así, dan un golpe a la máquina si ésta deja de funcionar o chorradas similares.

    Sobre las "humanidades"... ¿es que alguien conoce alguna ciencia extraterrestre? En lo que yo sé, todas las ciencias pertenecen al acervo humano, traten o no del hombre. Si de lo que se trata es de evitar ambigüedad, "humanidades" son también las "ciencias" (a no ser que se descubran ciencias extraterrestres, divinas, de cucarachas o de alguna planta). Si algo distingue al hombre moderno es el pensamiento científico (incluso el filosófico), no así el religioso (o mágico), que los neandertales y otros 'primos' antecesores nuestros, ya tuvieron primigeniamente.

    ¡Ah!, y Don Jesús, si me permite, usted, no suele ser un filósofo socrático al uso aunque use la 'ironía' en sus bromas. Hace algún guiño cuando le interesa (como es el caso), pero le pueden sus argumentos antes que su interlocutor haga su contexto de descubrimiento. En tal sentido, usando un símil pictórico, tendría que ser menos hiperrealista y ser más impresionista; con el fin de una didáctica y mayeútica socrática actualizada (en mi humilde opinión).

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  16. "Ahora la sustancia de la vida [...] es mágica. En el siglo dieciocho sabíamos cómo se hacía cada cosa; pero aquí subo por el aire, oigo voces de América, veo volar a los hombres -y ni siquiera puedo adivinar cómo se hace todo."

    Virginia Woolf: Orlando.

    Os adjunto esta breve cita que recordaba haber leído ya hace algún tiempo, porque me parece que refleja en cierto modo la problemática que planteaba Eugenio Manuel. Hoy en día la gente invoca el "demostrado científicamente", como antes decía "palabra de Dios" y el problema real (en el segundo sentido del artículo original) es que nos vamos alejando poco a poco de la posibilidad de conocer la realidad "de primera mano" y vamos cayendo en la "fe".
    En este sentido, estoy de acuerdo con Eugenio Manuel. El quid de la cuestión no es conocer el dato positivo: tal ley o el valor de tal tal constante. Para eso está internet. Lo importante es entender cómo funciona el pensamiento científico, tener un buen andamiaje, para que la gente pudiese tener una visión crítica de la información que le llega.
    En este sentido creo que la incultura científica sólo es equiparable parcialmente a la incultura "cultural" (valga la rebuznancia), pues si bien la ciencia es en gran parte deducible (si la experimentación se fomentase más en las escuelas, lo sería más aún), en el caso de las Humanidades, resulta inevitable recurrir a los "datos" y a lo que "otros han escrito sobre..." En este sentido, sería interesante que la gente pudiese ir a una excavación arqueológica y obtener sus propias conclusiones de manera "científica". O, en otro sentido entender las causas lógicas, deducibles, razonables dentro de la evolución de la Literatura, la Historia etc. Lo demás, los "datos", ya están en los libros.
    En definitiva, creo que el inconveniente no es tanto el "no saber", como el no poder aprender, el no poder DESCUBRIR. El problema es carecer de las herramientas básicas para caminar solos. Estas herramientas, a mi modo de ver no son suficientes cuando se termina el Bachillerato Científico, pero lo son muchísimo menos entre la gente que abandona las "ciencias" debido, en muchos casos a "que no las entiende".

    Desde mi punto de vista, el problema tiene dos orígenes:
    1- Los constantes avances en este área de conocimiento que obligarían a actualizar mucho más rápido los contenidos educativos. Por ejemplo, la versión comercial de Internet creo que llegó a España en 1995. Cómo habría sido posible prever su éxito y la necesidad de explicar su funcionamiento, no ya en los colegios, sino a toda una sociedad.

    2- Incluso dentro del aprendizaje de las ciencias se tiende a enseñar fórmulas y datos sacados del sombrerito mágico del profesor de turno. Aunque quizás este problema tiene difícil solución, pues creo que a estas alturas, es imposible descubrirlo todo en primera persona. Si cada día volviésemos a reinventar la pólvora, la ciencia no abanzaría, por lo que es inevitable terminar creyéndose también un poco la ciencia.

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  17. Mi pregunta (capciosa) es: ¿para qué necesita la gente "conocer el método científico" en el segundo sentido?

    A riesgo de ponerme estupenda, yo diría que es necesario porque, de muchas maneras, los conceptos de ciudadanía, sociedad democrática y los propios de la ciencia lo necesitan.

    Por poner algunos ejemplos, aunque sean algo simplificados: lo necesitamos para valorar por qué no es una idea aceptable que las rogativas por la lluvia se conviertan en una actividad institucional reglada con su Director General y toda la pesca, si aparentemente, haciendo caso de algunos medios de comunicación y algunos ayuntamientos, la cosa parece funcionar ¿no?

    Para que podamos valorar, al menos hasta cierto punto, si lo del cambio climático y la contaminación es o no es, debemos aceptar limitaciones y gastar dinero en ello, o qué. La cosa no es fácil y es muy técnica, pero al menos deberíamos poder valorar y comprender el contexto del debate, y manejar algunos conceptos al respecto.

    Para ser menos manipulables con las estadísticas planteadas falazmente, que tanto abundan, y que cuelan como hechos establecidos cosas que no lo son, o no son como se plantean. O cuelan como hechos generales meras anécdotas.

    Para ser capaces de distinguir los argumentos racionales en una discusión pública. Ya sé que parece utopía dicho así, pero realmente es algo que podría mejorar mucho, con un público más entrenado en ello.

    Para poder tener expectativas razonables respecto a la propia ciencia y la tecnología, que hagan más difícil vendernos motos que no se fabrican ni se pueden fabricar en las próximas décadas.

    O por el contrario, para apreciar (y exigir) que la investigación científica sea tomada en serio (lo que implica mucho esfuerzo sostenido sin que se vean los rendimientos inmediatamente), que si no nuestro porvenir como camareros de Europa se acabará en cuanto Túnez y Croacia levanten cabeza (el ladrillo ya se hundió).

    Seguro que hay muchos más ejemplos y mejores, pero espero que se entienda lo que quiero decir.

    Lo cual lleva a la conclusión de que ser capaz de comprender el método científico en sus fundamentos y líneas generales es importante, pero también que hay que saber algo en concreto de estadística y ciencia básica, de economía, de biología y algunas cosas más.
    O sea, que (no sé si ya lo dijo la Logse o no) los procedimientos son una herramienta básica, pero unos contenidos mínimos son lo mínimo para sacarles partido a dicha herramienta.

    Mención aparte merece el peor analfabetismo científico y tecnológico de España (en concreto) que es el de las personas presuntamente cultas y hasta doctas, que pueden incluso manifestarse creacionistas sin sonrojo, o presumir de no saber manejar un ordenador (aunque viven de manejar y transmitir información y conocimientos y de ser de la supuesta élite, los jodíos, que ya tiene delito).
    Esa gente, que abunda por aquí, es verdaderamente dañina para la educación y para la sociedad en general. Si no tuvieran prestigio ni poder ni gobernaran la educación, no harían daño, pero esto es una pescadilla que se muerde la cola: tienen ese prestigio y ese poder, y gobiernan la educación, porque los ciudadanos y los dirigente políticos somos en la mayor parte bastante ignorantes.

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  18. Abundando en lo último: el culto tecnófobo y científicamente analfabeto sigue viviendo de la vieja distinción entre "ciencias" y "humanidades", entre dos culturas que parece que no se tratan tradicionalmente entre sí. La segunda considera que la primera es como un aristócrata tronado, vanilocuente y charlatán. La primera considera que la segunda es como un nuevo rico que sale de la barbarie y encima da lecciones.

    Yo creo que eso está ya bastante pasadito. No sé quien se lo inventó, si los griegos, los escoláticos, o a medias. Pero ya debería ir siendo hora de reirse del asunto y pasar a otra cosa.

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  19. Carlos-Moreno: Una humilde observación sin acritú: la modesta experiencia empírica demuestra que todos los cacharros que tienen cables dentro a veces vuelven a funcionar cuando se les da un golpe (o varios). Y probar es gratis, así que ¿por qué no? Ese es un comportamiento racional, creo yo, no irracional.
    No estoy de acuerdo en que porque uno no sepa los detalles de una tecnología se crea automáticamente que es magia.
    Usamos muchos cacharros de los que comprendemos muy poco, pero nuestros antepasado usaban unas cosas llamadas "burros" o "trigo" de cuyas interioridades comprendían aproximadamente lo mismo. Eso no les impedía sacarles el máximo partido posible.
    No creo que eso en concreto sea importante. Todo el mundo sabe (en nuestra cultura) que los cacharros los fabrican otros humanos, no los duendes, y que si uno estudia ingeniería electrónica también podría hacerlo. Otra cosa es que no pueda, o crea que la vida es muy corta y prefiere estudiar veterinaria.

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  20. Salud:

    Carlos-Moreno: Una humilde observación sin acritú: la modesta experiencia empírica demuestra que todos los cacharros que tienen cables dentro a veces vuelven a funcionar cuando se les da un golpe (o varios). Y probar es gratis, así que ¿por qué no? Ese es un comportamiento racional, creo yo, no irracional.

    Por alusiones...

    Los cacharros a los que alude, estimad@ contertuli@, en los tiempos que corren, están desfasados ya. Golpear una televisión de plasma o un ordenador con todos sus circuitos integrados, con todos mis respetos, lo único que puede hacer es escacharrar más el aparato. Eso valía para la tecnología -hoy obsoleta- de principios y mediados del siglo XX, donde los cableados presidían todo lo habido y por haber. No conectaban a las personas a un cable de milagro (o no tan de milagro). Hoy, con las tecnologías "sin cables", los microprocesadores, la nanotecnología y los circuitos integrados, tres cuartas partes del cableado es innecesario. La conectividad se hace por otros medios: la televisión de plasma es un buen ejemplo donde el "tubo" (y sus cables asociados) se ha ido al carajo.

    En cuanto al argumento de probar es gratis, es una vuelta lingüística a las pruebas de ensayo y error. Ante aparatos de alto coste como un ordenador portátil o una t.v de plasma, el riesgo de que "probar es gratis", no lo veo yo tan claro. Probar golpeando el aparato puede resultar caro. O dígaselo al paisano de la garantía a ver si eso es lícito. Ahora bien, ante la vieja radio que tienes debajo de la almohada -reliquia de vete a saber cuándo-, unos buenos cachetazos para que conecte de una puñetera vez... Lo que no aconsejo para lo último en escuchar música comprimida.

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  21. Carlos: pues tienes razón, desde luego.
    Pero ¿la gente le sigue dando cachetes a los trastos digitales?
    ¿O eso es más bien un comportamiento aprendido allá cuando los pantalones de campana dominaban el mundo? ¿Y que ahora siguen practicando personas mayores y desgraciadamente obsoletas?
    Porque la mayor desgracia de la tecnologia es, desde luego, y a pesar de mis críticas a la crema de la intelestualidá lo rapidamente que deja obsoleto lo que aprendieron nuestros padres (y nosotros, a la que nos descuidamos). Al revés de lo que pasa en las llanuras del Serengueti (y en la Dos en general) la veteranía ha dejado de ser un grado.
    De todas las putadas que nos hace la bendita evolución natural, mira, esa no nos la hace ella.
    Saludos

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  22. Salud, aloe:

    Una cosa es que la evolución dé saltos y, otra muy distinta es que vaya a golpes siempre. El matiz semántico de la naturaleza cuántica de las cosas hay que tenerlo en cuenta. Es cierto que el aprendizaje en las condiciones más duras es lo último que se olvida (que se lo pregunten a las víctimas del Holocausto o de catástrofes similares); de ahí que, genética y culturalmente, estemos condicionados por el golpe; pues evolutivamente podría suponer la muerte del individuo, del clan y, por ende, de la expansión génica y memética de la descendencia.

    El salto cuántico en la evolución se produce cuando no es necesario el golpe; basta "saltar" para producir los mismos efectos de éxito en la transmisión de los códigos genéticos y culturales. Ahora los padres son "madres" o un mero tubo de ensayo: se "salta" y la transmisión del mensaje continúa. No hay cables. Es un mundo cuántico. Siempre lo ha sido.

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  23. Carlos: ¿Mande?

    (Alguien se confundió de hilo, o algo)

    :-)

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  24. Carlos:
    no sé si soy muy socrático, pero lo que soy es un poco zoquete; me temo, por ello, que no entiendo gran cosa de tu comentario que copio a continuación:

    "si me permite, usted, no suele ser un filósofo socrático al uso aunque use la 'ironía' en sus bromas. Hace algún guiño cuando le interesa (como es el caso), pero le pueden sus argumentos antes que su interlocutor haga su contexto de descubrimiento. En tal sentido, usando un símil pictórico, tendría que ser menos hiperrealista y ser más impresionista; con el fin de una didáctica y mayeútica socrática actualizada (en mi humilde opinión)."

    ¿Te importaría hacerme una traducción para tontos?

    Gracias

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  25. A Ramón y Almudena:

    el pensamiento científico no es nada especial; consiste simplemente en ser capaz de observar con cuidado, llevar algún registro si la memoria no es muy fiable, formular hipótesis y estar dispuesto a criticarlas empíricamente. Nada que no hicieran los cazadores y las recolectoras del paleolítico (el psicólogo Peter Carruthers tiene una teoría muy bonita al respecto). Lo que hace LA ciencia es aplicar esas capacidades humanas NORMALES con un grado de especialización infinitamente más alto. Pero no son propias de LA ciencia: en cualquier actividad se pueden aplicar exactamente igual (bueno, en las ceremonias religiosas no dejan, y en el ligoteo no conviene). Creo que insistir en que hay que saber "el método científico" porque es con lo que funciona la ciencia, hace que la gente no lo aprenda. Hay que saber pensar razonablemente, y usar la inteligencia que la naturaleza nos ha dado, en las ciencias, la tecnología, las humanidades, la política, o el urbanismo.

    Y sobre la cuestión de a quién salvaríamos si hubiera que salvar a cien personas... me temo que la división del trabajo que requiere la sociedad tecnocientífica nuestra hace que irremediablemente volviéramos al paleolítico si quedáramos sólo unos pocos millones de humanos. Seguro que un puñado de mecánicos y de agricultores serían más útiles que todos los premios Nobel juntos. No creo que ese escenario apocalíptico sea el más adecuado para pensar en cómo promocionar la cultura científica.

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  26. Hola a todos,

    he leido varios de los comentario aquí vertidos y me parecen sumamente interesantes, sin embargo la discusión que yo pretendía iniciar no era acerca de lo que nosotros de una manera idealista podemos considerar alfabetismo/analfabetismo o culto/inculto. En un principio trate de aclararme acerca de lo que consideraba analfabetismo científico (asi, a pelo), pero visto lo dificil (y poco productivo) que me resultaba pase a un visión un tanto diferente. Mi pregunta se centró mas bien en la capacidad que tenemos de evaluar el impacto de una nueva tecnología en nuestra exsitencia. Resulta evidente que son necesarios unos ciertos conocimientos acerca del paradigma (aun seguimos a vueltas con Kuhn) en el cual se enmarca esta tecnología, pero esto no es suficiente. Ha de existir también una dosis de creatividad imaginativa, el ser capaces de levantar la vista de nuestra labor científica inmediata y concreta e imaginar a donde nos conduce esta. Aquel que conozca la obra de Günter Anders sabrá por lo caminos en los que me estoy aventurando. El utopista invertido, aquel que hace sin ser capaz de imaginar la consecuencia de sus acciones es el objeto pricipal de mi crítica; y en mayor o menor medida todos somos utopistas invertidos.
    La revolución industrial puso en nuestras manos un poder nunca antes imaginado, la máquinas se convirtieron en nuestros esclavos, unos esclavos que pronto superaron a sus dueños en la mayor parte de sus facetas; gracias a ellas alcanzamos capacidades con las que el hombre antiguo no podía siquiera soñar, y nosotros tampoco nos hemos puesto a soñar lo que con ellas podríamos hacer, y eso es algo que las máquinas nunca podrán hacer por nosotros.

    Por una ciencia al servicio del hombre, no por un hombre al servicio de la ciencia.

    Saludos

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  27. Al margen de la fábula anterior quiero expresar que es necesario, como punto de partida, evaluar el estado del conocimiento actual acerca de las principales teorías científicas (pues es de suponer que dentro de su marco conceptual es donde se van a llevar a cabo los nuevos adelantos tecnológicos). Este conocimiento se podría dividir en dos apartados, realizaciones teóricas y metodológicas (pues ambos conceptos son indisociables, cada teoría aporta nuevos problemas clave y nuevas metodologias institucionalmente amparadas)y realizaciones prácticas (lo que comunmente se ha venido llamando tecnología). Esto es completamente necesario pues sin un conocimiento previo acerca del campo, de mala manera se puede uno imaginar lo que este campo nos deparará en el futuro. Por lo tanto estas dos facetas son condiciones necesarias, aunque no suficientes, para que se pueda llevar a cabo un control social del desarrollo científico.

    Espero ansiosamente críticas al respecto.

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  28. Respecto a la pregunta que da pie a todo este debate, que tipo de conocimiento puede resultar negativo desconocer y cual no, querría apuntar que una posible diferenciación se podría hacer según este conocimiento se halle enmarcado dentro de los procesos de producción o no (tufillo marxista). Me explico: Supuestos dos individuos, uno que conoce la teoría de cuerdas y otro que no la conoce, si suponemos igualdad de conocimientos en el resto de los campos de la ciencia-técnica, van a estar, a mi juicio, igualmente preparados para discutir acerca de las implicaciones socialmente (o individualmente) relevantes relacionadas con la ciencia-técnica (si la teoría de cuerdas alcanzara un estatus cosmogónico sería otro cantar). Sin embargo, supuestos otro dos individuos imaginarios, uno que conoce acerca de las teorías y experimentos de difusión de partículas (es decir, que tiene conocimientos acerca de la termodinámica del no-equilibrio) y otro que no, nos vamos a encontrar con que el que conoce podrá discutir en condiciones enormemente más propicias acerca de cuestiones tan relevantes socialmente como la contaminación de acuiferos debido a vertidos industriales o la contaminación por nubes radioactivas. Me viene a la cabeza el bochornoso episodio, ocurrido tras el accidente de Chernobyl, en el cual, creo que fue Mitterrand (corregidme si me equivoco), dijo que las nubes radioactivas se habían detenido en la frontera franco-alemana, como si el movmiento browniano tuviera alguna relación con las fronteras nacionales.

    Un saludo

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  29. Nico:
    disculpa si soy un poco escéptico sobre mi propia condición de filósofo; no estoy nada convencido de que sea tarea de la filosofía la de "evaluar el impacto de una nueva tecnología en nuestra existencia"; o, mejor dicho, está muy bien que los filósofos evaluemos eso, pero siempre iremos muy por detrás de las evaluaciones concretas que hacen personas concretas ("la lechuza de Minerva alza el vuelo al anochecer", como decía Hegel). La vida (y la evolución de la sociedad) no funciona principalmente gracias a que unos inventemos interpretaciones de las cosas y luego otros las adopten, sino que las interpretaciones vienen al final, para justificar por qué hemos hecho lo que hemos hecho.

    No tengo mucha fe tampoco en la noción del "utopista invertido" (ni, para el caso, en la del otro): nadie "hace" algo en ciencia y en tecnología "sin imaginar las consecuencias de sus acciones"; ¡claro que las imagina! Lo que pasa es que generalmente las consecuencias no son las que él imagina (pero el filósofo, o el "teórico antipositivista", suele imaginar cosas aún más descabelladas): pero en eso consiste la investigación científica y técnica, en una aventura hacia lo desconocido. Si supiéramos las consecuencias que iba a tener una innovación, todo sería mucho más fácil, pero las cosas (y las decisiones de la gente) cambian de manera impredecible. (Además, muchas de las consecuencias sí que son previstas; tampoco son tan tontos los que hacen las innovaciones).

    Además, la mayoría de las consecuencias imprevistas y duraderas suelen ser "positivas", porque cuando la gente busca nuevos usos a las cosas, busca los que le gustan, no los que no le gustan, y cuando una consecuencia es muy negativa, la gente suele buscar soluciones alternativas para evitarla. Otra cosa es que sean "negativas" desde el punto de vista de un "teórico radical-apocalíptico", al que, por principio, todo le parece mal.

    No puedo estar de acuerdo, por tanto, en tu afirmación de que "no nos hemos puesto a soñar con lo que hacer con la tecnología". ¡Pero si no hacemos otra cosa! Hay miles de departamentos de marketing y de I+D, de blogueros, de locos por el linux, de chavales con la nintendo, etc., etc., que se pasan el día soñando en qué pueden hacer con la tecnología... y haciéndolo.

    Por último, ¿qué querría decir que "el hombre estuviera al servicio de la ciencia"?

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  30. Nico:
    más cosas: cuando dices es necesario, como punto de partida, evaluar el estado del conocimiento actual acerca de las principales teorías científicas, me parece una tarea, no digo hercúlea, sino digna de Zeus. ¿El estado del conocimiento de quién? ¿Del ciudadano medio? ¿De los alumnos de secundaria? ¿De los científicos y tecnólogos? ¿De los políticos? ¿De los periodistas? Y, ¿cuáles son las teorías científicas "principales"? Y lo más importante, cuando dices que "es necesario", mi pregunta es: es necesario que lo haga, ¿quién? (¿el alumno de un curso de doctorado?, ¿su profesor?, ¿la Unesco?). En fin, que me parece mucho trabajo.

    Además: no dejas ver muy claro cuál es la finalidad que persigues con esa evaluación. Algo dices de pasada sobre "el control social de la ciencia", pero no me imagino con claridad a qué te refieres con eso (ni siquiera si ése es el objetivo). En cualquier caso, lo del "control" me asusta. Imagínate que habláramos de "el control social de la literatura", o "el control social de la filosofía", o de "el control social de la música". No sé, me suena a comisarios del pueblo ejerciendo de simples censores. Pero tal vez no sea eso lo que quieres decir, así que te agradecería más concreción.

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  31. Vamos a ir pues más despacio, que si no parece que estoy hablando en un tono "apocalípsis tecnológico", muy lejos de lo que en realidad pretendo.
    En ningún momento he pretendido hacer de la labor del filósofo el "evaluar el impacto de una nueva tecnología en nuestra existencia", esto es algo que hago extensivo a todos los integrantes de una sociedad, y más aun en una sociedad tecnológica como la nuestra. Me parece un requisito para la existencia social del individuo, es decir, para que el individuo tenga algo que decir respecto del devenir de la sociedad de la que forma parte, y repito que este factor es de especial importancia en una sociedad cuyo cambio viene dado en gran medida por lo avances técnicos que en su seno se producen. No puedo no estar de acuerdo con que las interpretaciones se dan a posteriori (por mucho que yo crea que mis acciones llevan a A, a menudo me encuentro en B sin saber como, las consecuencia no se pueden determinar), pero lo que pretendo decir no es que tengamos que ejercer una planificación mental del desarrollo de la sociedad (tipo la Segunda Fundación de Asimov, menuda aberración), sino tan solo que no vayamos a ciegas, sólo eso.

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  32. Sobre lo de control social de la ciencia quiero aclara que hablar de "comisarios del pueblo ejerciendo de simples censores" se encuentra justo en las antípodas de lo que pretendo. El fin de una evaluación del conocimiento científico no sería de ninguna manera el elaborar un decálogo de conocimientos buenos para el Movimiento y otro de desviaciones, con toda la parafernalia de inquisidores varios que lleva asociada (si era eso lo que se ha extraido de mi intervención). Una sociedad planificada es algo de lo que cualquier persona civilizada debería huir como de la peste. Pero entre eso y el extremo opuesto hay mucho trecho. Pues si un individuo no tiene las capacidades básica para participar en una discusión pública, no hacen falta ni siquiera inquisidores, con simples curas de pueblo que explique la doctrina basta, a los pobres campechanos ni siquiera se le pueden ocurrir las desviaciones de la doctrina que darían trabajo a los inquisidores.

    No pretendo ser Stalin resucitado, nadie se asuste.

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