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Si Carlos Jiménez llega a meter el triple que nos colocaba a tres puntos a falta de un minuto... podríamos haber ganado. Pero no entró.
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Una vez que Jiménez decide tirar, podía haber entrado, o podía no haberlo hecho, dependiendo de la puntería, de lo bueno que fuese el tiro (o eso pensamos).
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Un segundo antes, Jiménez decide tirar, pero podía haber decidido pasar el balón a otro compañero (o eso pensamos).
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En el segundo caso, los defensores del libre albedrío afirman que de hecho existen esas posibilidades, y que la persona "Carlos Jiménez" es la última responsable de elegir entre ellas, de hacer que una de ellas se realice y la otra no. Por tener justo esta capacidad, es por lo que decimos (o dicen, quienes creen en el libre albedrío) que Jiménez es responsable de hacer una cosa o la otra (tirar, o pasar).
AH, ÉSTE JIMÉNEZ NO.
.En el primer caso, parece más bien que está justo fuera del control de Jiménez el que, una vez que él ha decidido hacer y ha hecho todo lo que puede hacer para tirar lo mejor posible, el tiro le salga luego mejor o peor.
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Ahora bien, ¿no es Jiménez precisamente el responsable de que el tiro no haya entrado? Al fin y al cabo, "debía" haber tirado mejor. Pero, entonces, se puede ser responsable de que una cosa pase (o no pase), precisamente cuando no está en nuestra capacidad el hacer o el evitar que pase.
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Y, para aficionados a la metafísica: imaginemos un mundo en el que la decisión de tirar o pasar es un proceso determinista (y ningún "sujeto trascendental" es "responsable último" de la decisión, en el sentido deseado por quienes defienden el libre albedrío), pero en el que el hecho de que el tiro sea canasta o no, este hecho esté indeterminado por las leyes físicas (nada más fácil de imaginar), y en cambio haya un "sujeto trascendental" (el verdadero "yo" de Carlos Jiménez) que es el que hace que los músculos se tensen de tal manera que la bola entre (o no).
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Este mundo es tan imaginable como el mundo en el que el yo es el responsable de las decisiones, y tan compatible con la experiencia como él. ¿Qué tiene de malo para los defensores del libre albedrío? A lo mejor es el mundo que ha creado Dios, y se está riendo de nosotros.
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La próxima vez podría usted publicar un artículo sobre la relación entre las categorías aristotélicas y el genocidio español en América. Peazo filósofo.
ResponderEliminarIncluso si el lanzamiento de Jiménez, al que admiro, hubiese entrado, el árbitro lituano podía haberlo anulado como ya hizo con otra falta a Mark Gasol.
ResponderEliminarEn definitiva, el determinismo en el juego, lo define el árbitro, la NBA y sus influencia en todo el baloncesto mundial.
¡Salud!
Que con el futbol y el basket, se ha hecho mas España que con toda la derecha política española.
¡Da que pensar!
No sabia como hacerle llegar este enlace, asi que lo pongo aqui:
ResponderEliminarhttp://www.sciam.com/article.cfm?id=free-will-vs-programmed-brain
Es un experimento del comportamiento de los que cree en el libre albedrio y los que no, que a nivel argumental no aporta mucho, pero supongo que es interesante.