10 de abril de 2014

¿Es el universo el resultado de una digestión?

Fragmento de una discusión en el blog de Pseudópodo.
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¿Tú consideras EN SERIO que merece la pena tomarse la molestia de buscar muchas “pruebas en contra” para llegar a la conclusión de que la hipótesis de que “el universo es el resultado de una digestión” no debemos considerarla como algo mínimamente verosímil?
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Yo te podría decir que “la ausencia de pruebas contra esa hipótesis no es una prueba en su contra, y que por lo tanto, no podemos rechazarla racionalmente”… pero no me tomarás en serio, y seguirás considerando que la “hipótesis de la digestión” es meramente una chorrada como la copa de un pino, y que la PROBABILIDAD de que se asemeje a “la verdad objetiva sobre el asunto” es poco más que infinitesimalmente pequeña.
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Pues LO MISMO pasa con la “hipótesis de la intención”, salvo que nuestra mente tiene unos sesgos que nos llevan a tomarla más en serio POR DEFECTO que la otra hipótesis.
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2 de abril de 2014

Si todos los hechos son "hechos mentales" porque sólo podemos pensarlos pensando, ¿son todos los hechos "hechos papelísticos" porque sólo los podemos escribir en una hoja de papel si los escribimos en una hoja de papel?

Sigue el debate de las entradas anteriores

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Sigues haciendo una división entre fuera y dentro, si haces esa división, ¿me puedes decir que propiedades tiene la frontera entre lo físico y lo mental? ¿Qué puntos en común tienen? ¿Cómo interactúan?
La ciencia no estudia “interacciones” más que como correlaciones: “cuando ocurre tal cosa, ocurre tal otra”. Lo único que podemos averiguar sobre el mundo es que cuando pasan ciertas cosas, pasan ciertas otras cosas. En este caso, averiguamos qué sucesos físicos están correlacionados con qué sucesos mentales. Y eso es TODO lo que podemos averiguar sobre el tema, igual que sobre CUALQUIER otro tema no podemos averiguar más que si se dan o no se dan ciertas correlaciones.
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si no existe absolutamente ningún camino para llegar a tal sitio, eso es equivalente a decir, que no existe tal sitio
Bueno, no existe ningún camino que tú y yo podamos seguir para llegar con vida a la galaxia de Andrómeda, pero podemos averiguar un montón de cosas sobre ella gracias a las correlaciones físicas que se dan entre la materia de la que está formada, la luz que emite, y la materia de la que estamos formados nosotros. Hacemos la CONJETURA de que los procesos físicos que dan como resultado ciertas placas fotográficas obedecen ciertas leyes físicas que han funcionado muy bien en muchos otros terrenos, y vemos esa conjetura nos permite hacer muy buenas predicciones.
Otra de las dificultades que pones de manifiesto para entender esto es que asumes acríticamente (creo que ya lo dije más arriba) que “conocer” es “captar”, “demostrar”, “tener delante en la mente con certeza absoluta”, o algo así. Pero no: nuestro conocimiento del mundo es CONJETURAL. Simplemente nos IMAGINAMOS que suceden ciertos hechos no-mentales, y si esas conjeturas hacen buenas predicciones, tendemos a aceptarlas (sí,podemos tener el estado mental que consiste en pensar que suceden hechos que no son estados mentales, igual que podemos movernos de tal manera que ese movimiento consiste en creer que los números primos no tienen movimiento; no hay ninguna dificultad en hacer esto, si tiras a la papelera la errónea idea de que “conocer” es “tener delante de la mente con certeza absoluta”; de modo parecido, nuestro organismo “sabe” cuándo tiene que segregar más o menos insulina aunque no necesite estar en un determinado estado mental para ello, como el árbol “sabe” cuándo tiene que empezar a echar nuevas hojas; si ni siquiera hace falta tener un estado mental para saber algo -usando “saber” en el sentido del lenguaje corriente, no en el de una epistemología metafísica en particular-, mucho menos hace falta “tener certeza absoluta” -sino sólo hacer meras conjeturas más o menos bien corroboradas- para que podamos hablar de “conocimiento”).
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Por otro lado, hay un “camino” (en el sentido de un método de investigación, no de un “proceso causal que pone los hechos externos DENTRO de nuestra mente”) muy sencillo para “llegar” a la conclusión de que ocurren hechos físicos, no mentales, fuera de tu mente: basta con que consideres a la vez la mente de OTRA persona y el entorno de esa persona. P.ej., supón que tú sabes dónde has escondido algo, pero yo no; yo me pongo a buscarlo, y voy haciendo conjeturas sobre dónde puede estar; en una de ellas te digo “creo que está debajo de la tele”. Tú puedes distinguir perfectamente dos hechos distintos: el hecho de que lo que has escondido está debajo de la tele (o no esté), y el hecho de que yo creo que está debajo de la tele. No tienes absolutamente ninguna dificultad en pensar el hecho de que eso esté debajo de la tele como un hecho completamente distinto a cualquier hecho que ocurra en MI mente, y como un hecho externo a MI mente. Es decir, tú puedes pensar perfectamente que hay hechos que son externos a la mente de LOS DEMÁS. Es decir, que en caso de ser “hechos mentales”, no son mentales por pertenecer a MI mente en ningún sentido relevante de “pertenecer”. Pero ahora puedes aplicarte el mismo cuento a ti mismo sin ninguna dificultad: si hay hechos externos a la mente MÍA, también puede haber hechos externos a la mente TUYA. Es más, no hay ningún problema en generalizar esto y CONCEBIR que hay hechos que son externos a la mente de TODO el mundo, a TODAS las mentes, y que, por lo tanto, no tiene ningún sentido llamarlos “hechos mentales”.
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Otro error relacionado con ese es el de confundir el hecho de tener una cierta creencia, con el hecho de que lo que se cree sea verdad; tal vez digas que tienes claro que no son lo mismo, pero en el fondo piensas que, aunque sean hechos distintos, “tienen” que ser hechos “de la misma naturaleza” (en particular, hechos mentales). Y no, no tienen POR QUÉ ser hechos “de la misma naturaleza”. El hecho de que yo crea que la conjetura de Goldbach es verdadera es un hecho psicológico, no es un hecho aritmético (como lo sería la conjetura de Goldbach en caso de ser verdadera, que no se sabe si lo es), igual que el hecho de que esté escrito en un papel que “los dinosaurios no sabían escribir” no implica que el hecho de que los dinosaurios no sabían escribir fuese un hecho “papelístico” o algo así. Insisto: el carácter mental de nuestros actos y estados mentales no se “contagia” a aquello que pensamos al estar en esos estados mentales, igual que el hecho de que nuestros pensamientos impliquen necesariamente el movimiento de moléculas en ciertas sinapsis no se “contagia” a aquello que pensamos al mover las sinapsis así en vez de moverlas de otra manera.
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Estas obsesionado con el método hipotético-deductivo, y éste método (que por cierto es de origen mental), sólo dará resultados coherentes dentro del propio ámbito de ese método, piensa que ese método sólo es UNA VARA DE MEDIR, y como TODAS las varas de medir tienen limitaciones.
Por supuesto, pero para descubrir cómo es el mundo no ha habido NINGÚN método que se haya acercado ni de lejos a los logros del método hipotético-deductivo. Es como comparar la eficacia de los antibióticos con la de los conjuros a la hora de tratar las infecciones bacterianas. En cambio, tu obsesión por “el pozo sin salida de lo mental” no tiene para apoyarla más que la vaga sensación de certeza filosófica que no te sirve para descubrir absolutamente nada más sobre la realidad (bueno, eso tampoco).
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1 de abril de 2014

Cerebros y telescopios

Sigue el debate en La máquina de von Neumann

Si todos nuestros recursos de investigación, que son todos, son también estados mentales, lo único que podemos inferir es que de un estado mental podemos pasar a otro Estado mental

Pero es que es OBVIO que lo único que podemos TENER son "estados mentales". Pero cuando nos planteamos si existen átomos o estrellas de neutrones, hay que distinguir dos cosas:
a) nuestro estado mental que consiste en CREER que hay estrellas de neutrones, átomos, etc. (y todos los otros estados mentales que han podido preceder a ese en nuestro proceso de deliberación para llegar a esa conclusión)
b) el hecho de si AQUELLO QUE CREEMOS al estar en ese estado mental es verdadero o falso; eso que creemos es una conjetura en el sentido de que A LO MEJOR ES VERDAD LO QUE CREEMOS, Y A LO MEJOR ES FALSO.
Lo que tenemos que hacer es procurar guiar nuestros procesos de deliberación de tal manera que sea más probable que tendsamos a creer una proposición cuando esa proposición es verdadera que cuando es falsa; naturalmente, no podemos hacer nada para GARANTIZAR que eso va a ser siempre así; lo único que podemos hacer es aplicar el método hipotético-deductivo y la lógica para hacer que sea menos PROBABLE que nos equivoquemos.

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Ten en cuenta que no hay ABSOLUTAMENTE ninguna diferencia esencial (en ese sentido) entre estas dos situaciones:
1) nuestras conjeturas acerca de lo que ocurre fuera de nuestro cerebro sólo podemos contrastarlas mediante la consideración de lo que pasa en nuestros estados conscientes, que son estados del cerebro; y
2) nuestras conjeturas acerca de lo que pasa FUERA del sistema solar sólo podemos contrastarlas mediante la observación de ondas electromagnéticas y otros fenómenos físicos que ocurren DENTRO del sistema solar (p.ej., la observación de una placa fotográfica de un telescopio).
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Supongo que no pondrás ninguna objeción a nuestra posibilidad de APRENDER qué pasa fuera del sistema solar, aunque todas nuestras observaciones ocurran DENTRO del sistema solar.
Pues lo mismo pasa con el cerebro: aunque todas nuestras observaciones (nuestros actos de observar) ocurren dentro de nuestro cerebro, eso no impide que gracias a ello averigüemos bastantes cosas de las que ocurren fuera de nuestro cerebro.