No puedo sino alegrarme por la propuesta de Esperanza Aguirre que leí ayer en El País, relativa a la creación de un instituto de bachillerato "de élite". Tengo ciertas dudas sobre la implementación de la medida (¿por qué sólo un centro?, ¿por qué sólo bachillerato?, ¿cómo incentivar que alumnos de extracción social que haga menos probable alcanzar la excelencia puedan llegar?), y en particular sobre la selección del profesorado y sobre la idea de pagarles más por dar clases allí (¿no tendría que ser al revés: pagar más a los profesores que se quedan con los alumnos menos "agradecidos"?), pero la medida en general me gusta.
Bien por Aguirre.
Debe ser porque los filósofos os los creeis todo, Jesús Zamora.
ResponderEliminarEn cualquier otro país, la idea produciría un buen matemático, un par de buenos físicos y un puñado de buenos ingenieros.
ResponderEliminarAquí seguramente terminará fabricando tres filósofos, un sacerdote jesuíta, un par de antropólogos culturales y un puñado de periodistas científicos.
Considerando la manipulación que sobre las notas comete la educación privada, ¿no será la intención de Aguirre crear un bachillerato especial para alumnos de la clase dirigente, financiado con fondos públicos?
ResponderEliminarEstaría a favor de la medida si se accediera a tal bachillerato a través de un examen igual para todos (tal y como se hace para el Premio Extraordinario) y no tomando las notas como referencia, como ha propuesto Aguirre.
Freman, ¿qué tienen de malo los estudios de filosofía, antropología o periodismo?
ResponderEliminarNo soy capaz de entender tu crítica.
Aun así, creo que debiera asumirla quienes se encargan de enseñar las ciencias puras y las matemáticas, deberán preguntarse qué falla.
Freman, ¿qué tienen de malo los estudios de filosofía, antropología o periodismo?
ResponderEliminarMírate en un espejo...
Copìo aqui (la alergia primaveral me vuelve más vaga, por los antihistamínicos) el comentario que he puesto an Amazings:
ResponderEliminarLa cuestion fundamental en la propuesta es: ¿Qué se pretende realmente conseguir con ella, cuales van a ser los objetivos y los medios para conseguirlos?
De eso no se sabe nada. Pero se pueden hacer algunas hipótesis probables a partir de los hechos conocidos:
- Ahora mismo es costumbre extendida -en los centros públicos de Madrid al menos- segregar a los alumnos por grupos. Por ejemplo: el A es de los listos, el B el de los mediocres y el C el de los tontos, los que tienen problemas y los que tienen mala actitud. Eso no se hace para esforzarse más con el C, ni para tener objetivos más altos en el A: se hace para que el centro y los profesores se faciliten a sí mismos la vida. Los del C están desahuciados desde septiembre, los del A son un grupo muy descansado para lso profesores porque tienen los mismos objetivos que lso demás con menos trabajo.
- Hay algunos institutos que tienen una especie de complejo de “esto es un centro de élite” porque están en una zona de status socioeconómico alto (que correlaciona mucho con los resultados escolares) y las consecuencias de ello para la enseñanza y los alumnos no son para estar contentos.
Conozco el tema porque tengo un hijo en uno de ellos, y los alumnos más brillantes (los del bachillerato tecnológico de dicho centro) están asfixiados, no porque se les dé una enseñanza con nivelazo de calidad, sino porque tienen varios exámenes todas las semanas, han tenido que dejar deportes, música y toda actividad extraescolar satisfactoria… ese tipo de exigencia, y con las ocho asignaturas.
¿Se aburren? Mortalmente. Están deseando acabar el insti. Cómo estarán los demás, si no siquiera los buenos alumnos están contentos.
¿Aprenden más? Aprenden más en internet que en el centro. O eso creen. Aunque no sea verdad, que lo crean ya dice mucho.
¿Hay atención individualizada? Ni de coña.
¿Lo de “centro de élite” quiere decir que los profesores son “de élite”? Para nada, los buenos son el diez por ciento, como en todas partes.
Yo la hipótesis que hago, basándome en los hechos y en lo que conocemos de la política educativa de Madrid, es que el tal centro será como son ahora los grupos A (es decir, lo mejorcito y más cómodo de los alumnos) de un instituto de zona privilegiada. Y no serán otra cosa: ni más atencion, ni mejores profesores. De profesores irán los que tengan más puntos, porque eso es un caramelito, y los que tienen más puntos… mejor que no diga más de ellos. La mayoría no parecen saber usar ni el correo electrónico. Cosas de la edad y de ser funcionario.
Solo le veo una ventaja práctica: con vistas a la PAU, los institutos públicos, y todavía más los que tienen pretensiones de “élite” son extraordinariamente rácanos con las notas, lo que pone en desventaja para elegir carrera a sus elumnos (paradójicamente). Esto no pasará probablemente a los alumnos del “instituto para listos”, que tendrán buen trato en ese aspecto.
A los superdotados, me temo que lo que pasará es que nadie les va a hacer más caso que ahora. También habrá más coartadas para dejar caer en la cuneta a los de la mitad izquierda de la curva de campana, lo cual viene a ser el eje de la política educativa en Madrid. O como dijo una Consejera de Educacion de Aguirre (Figar): “¿para que quieren más educación los que van a ir a vender con sus padres en la fregoneta?”
Ver este sensato análisis en "Nada es gratis"
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