La mayor virtud (en sentido no moral) de un político es la capacidad de sacar adelante sus intereses dando la impresión de que está atendiendo a las demandas de los ciudadanos. Nuestra inconmensurable adalid (o adalida), la gloriosa Esperanza Aguirre de los recortes para todo menos para el golf, anda cavilando desde el 15M sobre la posibilidad de dejar las cosas en Madrid atadas y bien atadas para las futuras generaciones de sus gaviotillos carpetovetónicos, aprovechándose de la ola de malestar general que barre España en relación con la representatividad de nuestro régimen electoral.
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Y como buen ejemplo de la tendencia maquiavélica a la que me refiero, doña Esperanza pretende hacer una reforma que va justo en sentido contrario a lo que la inmensa mayoría de los que nos quejamos estamos reclamando. Lo malo de nuestro sistema electoral es que es demasiado mayoritario y demasiado poco representativo, y lo que propone nuestra golfera suprema es hacer el parlamento de Madrid todavía más mayoritario. Nuestra comunidad autónoma tiene la ventaja, precisamente, de ser aquella en la que, por tener una mayor población concentrada en una circunscripción única, las triquiñuelas de la ley de d'Hont tenían un efecto menor (aunque no despreciable, ni mucho menos). Pues bien, la Espe quiere dividir Madrid en circunscripciones, de modo que en cada circunscripción se elija un solo representante, naturalmente aquel que obtenga una mayoría de los votos en ese territorio. (Al menos, eso sería, según parece, para elegir sólo una parte del parlamento: el resto seguiría parecido a lo que hay en el sistema actual).
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Los defensores del sistema mayoritario aducen que ese sistema favorece el que cada representante se tome en serio la representación de los intereses de la gente de su distrito, o sea, que la gente sepa "quién es" su diputado, y vayan a pedirle que defienda ciertas cosas, amenazándole con no volverle a votar si no lo hace.
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Esto puede sonar razonable, y tal vez en una sociedad diferente a la nuestra pueda funcionar así, pero hay muy serias razones por las que es un sistema francamente indeseable:
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1. Los temas que se deciden en la Asamblea de Madrid no suelen ser (o no deberían ser) tales que puedan favorecer francamente a unos distritos frente a otros. E incluso aunque lo sean, si un 55 % de los distritos prefiere una cosa y el 45 % prefiere la contraria, ¿qué más da que los representantes del 45 % se pongan a dar voces en la cámara? Al final ganarán los del 55 %. Así que, ¿qué razones puede tener un votante de los del 45 % para preferir un representante u otro, si va a perder igual? Parece que hay otros mecanismos para garantizar que el equilibrio entre los beneficios y costes impuestos por las decisiones de la Comunidad de Madrid a sus distritos sea razonable.
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2. El argumento de que así los ciudadanos están mejor representados no se sostiene por ninguna parte: en un sistema mayoritario, si en cada distrito ganase un candidato con el 51 % de los votos, del mismo partido en cada circunscripción, entonces el 49 % de los ciudadanos no tendrán A NADIE que represente sus preferencias políticas en la Asamblea. Si el diputado de mi distrito defiende cosas contrarias a las que quiero yo, ¿quién me representa a mí?
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3. Conociendo cómo funcionan los partidos políticos en España, ¿alguien se cree en serio que un diputado va a votar lo contrario de lo que quiere su partido, aunque los ciudadanos de su circunscripcion se lo pidan, suponiendo que su voto sea necesario para que salga adelante la ley que quiere su partido? Lo que intentará ese diputado es explicar de cualquier forma lo buenísima que es esa ley (y, como mucho, esperará que le den otro puesto en las siguientes elecciones, si los electores de su distrito han amenazado con no votarle; y claro, el partido se lo dará, en agradecimiento a los servicios prestados).
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En mi opinión, lo que pretende DE BOQUILLA conseguir la reforma de Aguirre se podría conseguir con una elección totalmente proporcional de la Asamblea, de la manera siguiente:
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A. Los escaños se asignan, como digo, de manera totalmente proporcional (ajustando los restos). Si un partido tiene el 15 % de los votos, pues que tenga lo más aproximado posible a un 15 % de los escaños.
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B. Posteriormente, se hacen unas elecciones en cada distrito, en las que los ciudadanos deciden, de entre los diputados ya elegidos, cuál quieren que sea SU representante (puede haber diputados que representen a más de un distrito, si así lo quieren los ciudadanos). Esos diputados que, además de serlo por su partido, representan a un distrito, tendrán un complemento económico muy notable en su salario. (El salario de los otros diputados, los que no representan a ningún distrito, sino a su partido y nada más, podría ser más bajo que el de ahora, e incluso su puesto podría tomarse como un trabajo a tiempo parcial en muchos casos).
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Jesús, un par de puntualizaciones.
ResponderEliminar"...la gloriosa Esperanza Aguirre de los recortes para todo menos para el golf, anda cavilando desde el 15M... "
En realidad, la cavilación sobre dividir la comunidad en distritos electorales se lo vengo oyendo desde hace años y siempre "para que los representantes estén más cerca de los ciudadanos". Como la idea de los 10-12 distritos que proponía antaño sería muy burda y muy descarada para cepillarse los escaños de IU y UPyD, pues anda refinando el diseño.
Supongo que el PSOE de Madrid estará en un dilema: a ellos también les molesta que IU y UPyD saquen escaños, pero preferirán esto para, eventualmente, llegar al gobierno con alianzas, que repartir esos escaños a medias con el PP.
"Nuestra comunidad autónoma tiene la ventaja, precisamente, de ser aquella en la que, por tener una mayor población concentrada en una circunscripción única, las triquiñuelas de la ley de d'Hont tenían un efecto menor"
Aquí tengo que salir en defensa del denostado sistema d'Hont. El sistema d'Hont es proporcional, no tiene triquiñuelas. Las triquiñuelas surgen, como apuntas, por usar varias circunscripciones. Ya puedes usar el sistema que consideres más proporcional, que como dividas en varias circunscripciones con pocos escaños, la proporcionalidad se va a hacer gárgaras. De hecho, si lo analizas, el sistema d'Hont garantiza que exista un número N que representa el coste en votos para conseguir un escaño. Ese número N es precisamente el coste del último escaño conseguido al hacer el reparto. Si tu partido ha conseguido un número de votos mayor que 3N y menor que 4N, es seguro que el sistema d'Hont te otorgará 3 escaños.
Otra cosa es cómo adornemos al sistema d'Hont, qué acompañamiento le demos. Con varias circunscripciones desvirtuamos la proporcionalidad, con la imposición de un mínimo de votos válidos también. En la Comunidad de Madrid, actualmente, si un partido obtiene el 4.99% de los votos (que corresponderían a 6 escaños) se queda sin representación. Se jorobó la proporcionalidad (y de esto tampoco tiene la culpa el sistema d'Hont).
Insisto con ésto, porque al día siguiente de las elecciones, tanto en la TVE1 como en RNE hablaban sobre lo malo que era el sistema d'Hont, y se está convirtiendo en un tópico esto de meterse con el pobre d'Hont.
Sus:
ResponderEliminarEl sistema d'Hont es proporcional, no tiene triquiñuelas
¿Cómo que no? El resultado que sale de aplicar d'Hont EN VEZ DE LA PROPORCIONALIDAD PURA, favorece siempre a los partidos más votados, y tanto más cuanto más pequeña sea la circunscripción.
P.ej., generalmente, si se reparten 10 escaños, un partido que haya obtenido el 10 % de los votos se quedará sin escaño.
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De todos modos, naturalmente cualquier sistema, incluso el proporcional puro, tiende a convertirse en el sistema mayoritario cuanto más pequeñas sean las circunscripciones. Lo de exigir un mínimo de votos para optar a la representación, también es una maldad añadida, como bien dices.
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el sistema d'Hont garantiza que exista un número N que representa el coste en votos para conseguir un escaño. Ese número N es precisamente el coste del último escaño conseguido al hacer el reparto.
Bueno, eso pasa con cualquier sistema. El problema del sistema de D'Hont es que N es mayor que el número de votos dividido por el número de escaños, que es lo que tendría que ser con proporcionalidad pura.
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"¿Cómo que no? El resultado que sale de aplicar d'Hont EN VEZ DE LA PROPORCIONALIDAD PURA, favorece siempre a los partidos más votados, y tanto más cuanto más pequeña sea la circunscripción.
ResponderEliminarP.ej., generalmente, si se reparten 10 escaños, un partido que haya obtenido el 10 % de los votos se quedará sin escaño."
No estoy de acuerdo. Pero lo estaré si me das un ejemplo, con números, de que ocurre ésto (para una circunscripción y sin empate en las divisiones). El sistema d'Hont sólo beneficia a los grandes en caso de empate a la hora de asignar un escaño. Ejemplo 90.000 y 10.000 con 9 escaños a repartir.
Puedes juguetear con esta hoja que acabo de hacer:
https://docs.google.com/spreadsheet/ccc?key=0Auzz8fhU6QBLdHNVeTE4OElUYjA3NGZPZ05JeEdEb0E
Y, por favor, no me uses como argumento lo que dice un periódico, y menos en este tema, que son matemáticas.
"El problema del sistema de D'Hont es que N es mayor que el número de votos dividido por el número de escaños, que es lo que tendría que ser con proporcionalidad pura"
Tampoco estoy de acuerdo: es justo al contrario. N es menor o igual que el número de votos entre el número de escaños (a la misma hoja me remito, juega con ella)
Un ejemplo:
ResponderEliminar100.000 votos repartidos en 80.999 para el partido A, 10.000 para el B y 9.001 para el C, concedería 8, 1 y 1 escaños (de 10) respectivamente. Nótese que el coste por escaño es 9.001 (un 9%)
Por cierto, defíneme que entiendes por proporcionalidad pura. A no ser que me digas otra cosa, entiendo que te refieres a escaños con decimales, es decir, tanto por uno de votos a la candidatura multiplicado por total de escaños a repartir. Con cualquier sistema en que el número de representantes sea inferior al de representados siempre habrá algún perjudicado por el redondeo. En el sistema d'Hont, el perjudicado siempre lo será por menos de un escaño y, como se ve en el ejemplo que he puesto, tanto puede ser uno grande como uno pequeño.
ResponderEliminarEs cierto que la regla d'Hont y la proporcional con el ajuste de los restos mayores dan casi siempre la misma distribución de escaños a partir de 12.
ResponderEliminarCon menos, empieza a ser frecuente que la regla d'Hont favorezca al partido mayoritario.
Pero, ¡ojo! la diferencia entre una y otra siempre es en un escaño arriba o abajo de alguno de los partidos mayoritarios.
Varios ejemplos:
En Gipuzkoa con la regla proporcional un escaño de Amaiur pasaría al PNV.
En Cantabria uno del PP pasaría al PRC.
En Murcia uno del PP pasaría a UPyD
Un escaño arriba o abajo es poco en una circunscripción grande, pero es significativo en una mediana o pequeña.
La disproporción de la regla d'Hont en el parlamento español se debe a tres cosas: a la regla d'Hont, a la circunscripción provincial y a la asignación de un escaño por provincia antes de empezar a repartir.
La regla d'Hont no tiene la culpa de las dos últimas, pero funciona peor dada la circunscripción provincial. (Peor si queremos proporcionalidad.)
José Luis ha dicho:
ResponderEliminar"Es cierto que la regla d'Hont y la proporcional con el ajuste de los restos mayores dan casi siempre la misma distribución de escaños a partir de 12.
Con menos, empieza a ser frecuente que la regla d'Hont favorezca al partido mayoritario."
Y también ha dicho:
"La regla d'Hont ... ... funciona peor dada la circunscripción provincial. (Peor si queremos proporcionalidad.)"
Sigo sin verlo. Siento ponerme pesado pero ¿me podeis poner un ejemplo, con números, donde se pueda achacar al sistema d'Hont el supuesto beneficio a los partidos grandes (más allá del improbable empate en el cociente que otorga el último escaño, que en la práctica sólo se dará en elecciones municipales, en algún pequeño pueblo)?
Sus:
ResponderEliminar¿Cómo que pides un ejemplo? Ya te he puesto tres (Gipuzkoa, Cantrabria y Murcia). En todos ellos la regla d'Hont favorece a los grandes respecto a la proporcional. Podemos hacerlo para todas las provincias y ver que cuando difieren la gran mayoría de las veces es en ese sentido.
La proporcionalidad aplicada por provincias, por otra parte, también favorece a los grandes respecto a los pequeños con respecto a la proporcionalidad (o a la regla d'Hont) aplicada a una circunscripción única.
¿Por qué estamos hablando de sistemas electorales? Porque estamos todos de acuerdo en que la ley electoral española no otorga escaños de forma proporcional en el conjunto de la nación. ¿En qué lo notamos? En que a unos partidos les cuesta los escaños más votos y a otros menos. La discusión aquí es si el sistema d'Hont tiene algo de culpa o no tiene ninguna (como yo afirmo).
ResponderEliminarEntonces, si entendemos como "el más proporcional" aquel sistema en el que se pueda decir que cada escaño cuesta los mismos votos (N) para todas las candidaturas (lo que parece razonable) entonces el sistema d'Hont es el que puede presumir de eso. Y, como corolario, si otro sistema otorga otro reparto (aunque sea un escaño arriba o abajo), no se podrá decir lo mismo de éste (porque no existirá ese número N para todos igual).
La clave en este asunto es qué entendemos por más proporcional.
Veamos el caso de Guipuzkoa:
Amaiur 129.655
PNV 83.445
PSOE 78.100
PP 51.088
Con el sistema d'Hont el último escaño le cae a Amaiur con el cociente 43.222, es decir, se puede decir que un escaño cuesta 43.222 votos. Si le damos ese escaño al PNV ¿a cuánto decimos que cuesta el escaño?
En el blog de FEDEA "Nada es Gratis" llevan un tiempo (desde el 15M, claro) dándole vueltas a los sistemas electorales. Aquí os envío uno de los últimos ejemplos, referido al caso de Madrid, por si os interesa:
ResponderEliminarhttp://www.fedeablogs.net/economia/?p=16478
Sus:
ResponderEliminarLo que dices de la ley d'Hont es cierto, tiene esa propiedad acerca de considerar el número de votos para tener el último escaño como el precio de cada escaño. Esto, con ser una buena propiedad (por ejemplo, hace que cumpla cierta propiedad de monotonía que la proporcionalidad con restos mayores no cumple), no es la definición de proporcionalidad.
Veamos el caso de Gipuzkoa, los votos que has señalado corresponden a las siguientes proporciones:
Amaiur: 34,8
PNV: 22,4
PSE: 20,96
PP: 13,71
Si calculamos ahora las proporciones de los escaños con cada regla tenemos
Regla d'Hont
Amaiur: 3 escaños, que son el 50%
PNV: 1, 16,66%
PSE: 1, 16,66%
PP: 1, 16,66%
Regla mayoritaria
Amaiur: 2 escaños, que son el 33,33%
PNV: 1, 33,33%
PSE: 1, 16,66%
PP: 1, 16,66%
¿Cuál de las dos está más cerca de la proporción de los votos?
La diferencia de proporciones de escaños según la regla de d'Hot respecto a la proporcional es:
Amaiur: 50-34,8=15,2
PNV: 16,66-22,4=5,74 (en valor absoluto)
PSE: 16,66-20,96=4,3 (id)
PP: 16,66-13,71=2,95
Total: 28,19
Con la proporcional tenemos:
Amaiur: 33,33-34,8=1,47 (id)
PNV: 33,33-22,4=10,93
PSE: 16,66-20,96=4,3 (id)
PP: 16,66-13,71=2,95
Total: 19,65
La diferencia respecto a la proporcionalidad estricta es menor con la regla proporcional que con la de d'Hont.
Me parece que en esto consiste ser o no ser más proporcional.
Faltaba un escaño del PNV en la regla proporcional, pero las proporciones y lo demás está bien.
ResponderEliminarJosé Luis:
ResponderEliminarLo que dices del sistema de restos es cierto (al menos para el caso de Guipuzkoa, en mi ejemplo de 100.000 votantes y 10 escaños ocurría al revés, aunque supongo que, como dices, este efecto beneficiará más veces a los grandes cuando se reparten pocos escaños), aunque pienso que habría sido más correcto hablar de error cuadrático medio que de suma de valores absolutos del error; no obstante, bajo ese criterio el resultado en Guipuzkoa sigue siendo favorable al sistema de restos frente al d'Hont.
Pero volviendo a mi primer comentario ¿merece el método d'Hont la mala fama que tiene cuando de su aplicación se deriva una variación de +/- 1 escaño? Evidentemente, si partimos de muchas circunscripciones, usar la regla de restos puede compensar en parte el no usar una única circunscripción, pero insisto en que no es culpa del método d'Hont que no haya circunscripción única, que es la principal fuente de "desproporcionalidad".
Nada nuevo bajo el sol... el sistema de elección inglés se basa en circunscripciones, no?
ResponderEliminarSus: rectifico. El sistema d'Hont se diferencia poco del proporcional, y menos cuanto mayor es el número de escaños a repartir. En todo caso, el tema de la entrada no es "dHont, sí / dHont no", sino "circunscripciones de un solo escaño sí / circunscripciones de un solo escaño no".
ResponderEliminar.
En todo caso, y ya simplemente por discutir: el método proporcional + reparto por restos mayores me parece el más justificable sencillamente por su simplicidad: si N es lo que sale de dividir el número de votos totales entre el número de escaños, cada partido empieza "comprando" con sus votos tantos escaños como pueda. Quedará un número de escaños que no se haya podido repartir, porque a cada partido le queda sólo un número de votos menor que N después de la "compra". A partir de ahí, se empieza "vendiendo" al partido al que le quedan más votos sin usar el primero de los escaños que faltan por repartir, y así hasta que se terminen de repartir todos los escaños.
Inter nos: que a uno se le ocurra que usar la minimización del ¡¡¡¡cuadrado!!!! de los restos puede ser relevante para esta discusión sólo demuestra lo corrompido que tiene uno el cerebro por las matemáticas.
Javier:
ResponderEliminarclaro que no es nuevo. La elección directa de CADA representante era un sistema muy razonable en las sociedades del siglo XVII y XVIII, y pongamos que incluso tal vez en el XIX (cuando, al fin y al cabo, no había ni siquiera cosas tan evidentes como sufragio universal, ni partidos políticos, ni elección democrática del ejecutivo). Pero en la estructura social y política contemporánea, ese método me parece una antigualla tan poco justificable como el rocambolesco sistema de compromisarios que usan en EEUU en sus elecciones presidenciales.
Vaya, aquí sí que vemos "novelas" acerca de Aguirre y sus intenciones reales... Que conste que estoy totalmente de acuerdo.
ResponderEliminarEs que, como todos sabemos, Esperanza Aguirre ha arruinado al país, la Seguridad Social, ha disparado las cifras del desempleo, etc, etc. ¡Ha matado a Kenny! ¡Hija de puuuuuta!
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