11 de diciembre de 2007

COMO EL SOL CUANDO AMANECE - LA ILUSIÓN DEL LIBRE ALBEDRÍO (2)

Los comentarios de unos cuantos lectores me obligan a ser más preciso en la definición de "libre albedrío", pues en la entrada anterior hablé más de la libertad. Allí decía básicamente que la libertad que es relevante desde el punto de vista moral es la que nos podemos quitar unos a otros, a saber, impidiendo a la gente hacer lo que quiere (p.ej., metiendo a alguien en la cárcel). Las personas podemos tener más o menos libertad, y luchar por ella, y por lo tanto, el "libre albedrío", como una supuesta capacidad que todos los seres racionales poseeríamos, sólo por el hecho de ser racionales, no puede ser la misma capacidad que esa por la que luchamos cuando pedimos más libertad.
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.Algunos afirman, de todos modos, que el libre albedrío es una prerrequisito, una "condición de posibilidad" de la libertad, es decir, que si no tenemos libre albedrío, la libertad es una ilusión; lo que yo quie
ro defender es que la libertad es real, y es el libre albedrío el que es una ilusión.
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Pero esto obliga, como veíamos, a definir con más precisión el libre albedrío. Podemos dar una definición más filosófica, y una más de andar por casa. La de andar por casa sería "la capacidad de tomar decisiones", o de "elegir" (no tanto la de llevar a cabo lo que uno ha elegido, que eso sería la libertad). Esa capacidad tampoco la niego. La definión más filosófica diría que el libre albedrío consiste en el hecho de que, cuando un ser racional toma una decisión, podría haber tomado otra, incluso aunque todas las circunstancias externas al sujeto hubieran sido las mismas.
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Por ejemplo, si yo estoy decidiendo qué canal de la tele ver por l
a noche, puedo decidir pulsar un botón del mando a distancia u otro; definitivamente pulso el 9, p.ej.; la pregunta es, ¿habría podido pulsar el 7, en vez del 9? Lo que quiero mostrar es que la respuesta a esta pregunta es "no".
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Esto no quiere decir que yo no haya decidido pulsar el 9 (claro que lo he hecho; la decisión no es una ilusión), y tampoco niega que haya sido yo quien lo haya decidido (claro que lo he sido, es decir, yo soy un agente real -aunque esto último podríamos discutirlo más). Tampoco niega que, si las circunstancias hubieran sido diferentes (p.ej., si hubieran puesto unos programas distintos en cada canal, o si la cena me hubiera sentado mejor o peor, o si tuviera más o menos sueño, o si me hubieran afectado más o menos los jaleos que tuve en el trabajo durante el día, etc., etc.), entonces yo habría pulsado el botón 9 "de todas maneras".
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Lo único que niega mi proposición es que, en el proceso de tomar una decisión, las opciones no elegidas hayan sido posibilidades reales. Sé que suena raro, pero para eso voy a dedicar unos cuantos camarotes del barco a explicar el porqué.
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Hechas estas precisiones (que no sé si habrán aclarado algo; espero que no), seguiremos con las tesis. Si en la entrada de ayer contraponíamos el libre albedrío con la libertad, en la de hoy quiero contraponerlo al azar y a la impredecibilidad. Admito que en el mundo puede haber, y hay, fenómenos aleatorios: los gobernados por la mecánica cuántica, al menos (la desintegración de una partícula subatómica, p.ej.). También admito que hay fenómenos deterministas aunque impredecibles (esto siempre hay que relativizarlo: p.ej., que haya un ciclón mañana en el Caribe se puede predecir fácilmente, que lo haya dentro de exactamente cien años, no). Pues bien, mis tesis segunda y tercera son las siguientes:
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B) SI UNA DECISIÓN ES FRUTO DEL AZAR, NO ES PRODUCTO DEL LIBRE ALBEDRÍO.
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C) QUE LA CONDUCTA DE UN INDIVIDUO SEA IMPREDECIBLE NO IMPLICA QUE SEA RESULTADO DEL LIBRE ALBEDRÍO.
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.Prueba: A menudo identificamos el libre albedrío con el hecho de que los humanos toman decisiones que no podríamos haber predicho (ni siquiera quien toma la decisión), y es cierto que la conducta de las personas individuales es con mucha frecuencia tan imposible de predecir en la práctica como la de una partícula cuántica, si no más. Tal vez suceda incluso que el concepto de libre albedrío haya sido sugerido por esta experiencia de los humanos como no sujetos a las mismas regularidades mecánicas que el resto de los seres de la naturaleza (o que muchos de ellos); y al revés, los humanos hemos tendido a interpretar los fenómenos naturales impredecibles (tormentas, terremotos) como resultado de las libres decisiones de agentes divinos. Pero esto es un error: el significado del "libre albedrío" se refiere, no al hecho de que las decisiones sean aleatorias o impredecibles, sino al hecho de que es el propio sujeto racional quien las causa. Si hubiera una máquina conectada a mi mano, que me forzara a levantarla según una moneda saliera cara o cruz, los movimientos de mi mano no serían libres, por más que fueran aleatorios. Y si la máquina está conectada, no a mi mano, sino a la parte de mi cerebro donde surgen las decisiones, y me obligase a decidir mover la mano de una manera u otra según el resultado de la moneda, tampoco sería libre mi decisión, porque no sería racional (no quiero decir con esto que sea una decisión "buena" u "óptima", sino simplemente que es el fruto de la determinación de la voluntad de un agente racional).
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Lo mismo sucede si mi decisión es el resultado de un proceso totalmente determinista (si mi cerebro estuviera sometido a leyes deterministas de la física clásica, p.ej.) pero caótico, es decir, impredecible. Que no seamos capaces de calcular el estado de un sistema clásico a partir de las posiciones iniciales (conocidas con un grado de incertidumbre positivo, aunque minúsculo), no significa que la evolución del sistema no esté totalmente determinada en sí misma. Esta evolución sólo tiene un estado posible en cada instante del tiempo, y por lo tanto, aunque no sepamos ahora en qué estado estará dentro de unos minutos, eso no quiere decir que pueda estar en varios estados: sólo puede físicamente estar en el estado en que estará (eso es lo que quiere decir que el sistema sea determinista), y cuando decimos que "puede" estar en varios estados, este "puede", este concepto de "posibilidad", sólo se refiere a nuestra ignorancia, no a una indeterminación real en las cosas mismas.
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En conclusión: tanto si mis decisiones son fruto de factores aleatorios (no me refiero a los factores que constituyen "las circunstancias externas", sino a los procesos reales que tienen lugar en mi cerebro), como si son fruto de un proceso determinista pero caótico, entonces en ninguno de estos casos podemos decir que estas decisiones sean resultado del "libre albedrío".
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Las dos tesis anteriores son consideradas por muchos filósofos suficientes para desmontar la creencia en el libre albedrío; tendríamos, así, la tesis cuarta:
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D) NO EXISTE EL LIBRE ALBEDRÍO.
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Prueba: Todos los fenómenos de la naturaleza son deterministas (ya sean predecibles o caóticos) o indeterministas (es decir, con elementos aleatorios). El proceso de toma de decisiones es un fenómeno natural, que ocurre en el interior de nuestro cerebro. Por lo tanto, por las tesis B y C, ese proceso no puede ser resultado de un supuesto "libre albedrío", pues, si es determinista, sólo tiene un resultado posible, y si es aleatorio, no es resultado de una determinación racional.
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Pero aquí no queda la cosa.

Como el sol cuando amanece (1) * Como el sol cuando amanece (3)

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20 comentarios:

  1. Me ha encantado el artículo, y realmente ha sido muy clarificar.
    En el fondo el libre albedrío me parece una de esas cosas que nace intuitivamente, cuya definición se formaliza en cierto momento y más tarde se demuestra que el significado de tal término es absurdo. Por mucho que el efecto que creó la intuición siga ahí (por ejemplo en este caso del libre albedrío, nuestra percepción de poder elegir o tomar decisiones, que como has dejado claro no es lo mismo)

    Quería comentarte una cosilla, un poco al amrgen del concepto del libre albedrío. Tiene que ver con uno de tus razonamientos (cito):

    "Que no seamos capaces de calcular el estado de un sistema clásico a partir de las posiciones iniciales (conocidas con un grado de incertidumbre positivo, aunque minúsculo), no significa que la evolución del sistema no esté totalmente determinada en sí misma. Esta evolución sólo tiene un estado posible en cada instante del tiempo, y por lo tanto, aunque no sepamos ahora en qué estado estará dentro de unos minutos, eso no quiere decir que pueda estar en varios estados: sólo puede físicamente estar en el estado en que estará (eso es lo que quiere decir que el sistema sea determinista), y cuando decimos que "puede" estar en varios estados, este "puede", este concepto de "posibilidad", sólo se refiere a nuestra ignorancia, no a una indeterminación real en las cosas mismas."

    Supongo que conoces o al menos has oído hablar de la paradoja del gato de Shrödinger. Si no es así, o por si algún lector no sabe de que hablo, lo explico brevemente:
    En mecánica cuántica existen estados físicos "superpuestos". Es decir, que una partícula puede poseer dos o más estados físicos simultáneamnete, aún cuando son contradictorios entre sí. No sabemos en que estado se encuentra hasta que no realizamos una acción de distinción (es decir, que lo "veamos" por algún mecanismo) y el estado resultante tenía una probabilidad y tanto podría haber resultado ese el otro.
    El experimento que propone Schrodringer es este:
    http://es.wikipedia.org/wiki/Gato_de_Schr%C3%B6dinger

    Según comentó el profesor J. Ignacio Cirac en una conferencia reciente a la que asistí, actualmente se ha logrado encontrar efectos cuánticos en partículas incluso del tamaño de un fulereno (una molécula bastante grande) y lo cierto es que no se conoce si existe una cantidad de masa crítica con la que estos efectos ya no sean posibles.
    El caso es que en principio el argumento falla, pues aunque especificas que clásicamente no ocurre (lo que no sabemos con certeza cuando deja de ocurrir) el cerebro funciona mediante mecanismos de una dimensión en la que podría existir tal superposición. Aunque es mucho fantasear claro. El caso es que ese punto no está nada claro.

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  2. Ashkar, muy pertinente tu comentario. Tenía previsto dedicar una entrada de esta serie a discutir el enfoque de Penrose y otros, según el cual las capacidades de la mente pueden estar explicadas por las peculiaridades del comportamiento cuántico del cerebro, a uno u otro nivel (orgánulos de células, o redes de neuronas). En principio podríamos pensar que, como el libre albedrío tiene que ver con "la existencia de posibilidades alternativas" y situaciones como el gato de Schrödinger tiene que ver con "la coexistencia de posibilidades alternativas", alguna relación habrá; tal vez algo así como: "si estoy decidiendo ir a A o ir a B, mi cerebro, en el momento de deliberar, está en una superposición del estado 'decidir ir a A' y el estado 'decidir ir a B', y la decisión final de ir a B -pongamos- es como el colapso de la función de onda de mi cerebro"; pero lo importante es que el colapso hacia un estado o hacia el otro es aleatorio, no soy "yo" el que decide que sea un estado el que se realice efectivamente, sino que mi decisión es el RESULTADO de ese colapso (es el efecto, no la causa), y lo que quieren los defensores del libre albedrío es que el yo sea de alguna manera la "causa" de las decisiones (y no el efecto de un fenómeno aleatorio, aunque las bolas del bombo en este caso sean descripciones de estados cuánticos, en vez de bolas newtonianas clásicas).
    Un saludo

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  3. Es desde luego una posibilidad muy interesante, pero seamos sinceros. El concepto de Libre Albedrío sería como el de los átomos: Una idea filosófica que surge en cierto momentod e la historia, convive con otras que peuden decir algo parecido o contrario y cuando finalmente la ciencia alcanza ese nivel de profundidad se "relaciona" o "nombra" por analogía el hecho demostrado científicamente con el concepto preexistente.
    Así que ni aunque el funcionamiento de nuestras decisiones fuera cuántico serviría para justificar la idea preexistente de libre albedrío tal como lo has definido(aunque se lo llamara de esta manera)

    Otra cuestión interesante que se deriva precisamente de lo que comentas es lo concerniente al "yo"
    (y ahí entramos en temas filosóficos de gran calado). Como comentas: (cito)
    "pero lo importante es que el colapso hacia un estado o hacia el otro es aleatorio, no soy "yo" el que decide que sea un estado el que se realice efectivamente"
    Y es que "yo" que es sino un conjunto de mecanismos regidos por leyes y procesos mecánico-químicos. Desde luego, desde ese punto de vista es cierto que es el sistema que forma "yo" (o la información que entra en él y es procesada) el que colapsaría la función de onda. Curiosamente, parece que si acotamos de esta forma el yo, sí existiría un "libre albedrío". Al menos "encajaría" en la definición estricta (la que has dado). Y sin embargo para ello tendría que renunciarse a la base original que sostenía esta idea (y que ala vez forma uno de sus pilares): la existencia de algo que no obedece a las leyes físicas.

    Me temo que retuerzo mucho el rizo. En cualquier caso me ha gustado mucho tanto tu contestación como la propia entrada.
    Así es un placer filosofar.

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  4. si es determinista, sólo tiene un resultado posible

    Para nada. Si sólo tuviera un resultado posible, sería necesario. Si fuera necesario, no estaría acotado en el tiempo, pues lo necesario se define como lo que es siempre. "Necesidad temporal" es una contradicción en los términos.

    Pretendes que te concedamos de barato que ser causado equivale a ser necesario. Pero no eres capaz de demostrar esto. Para ello habría que probar que 1) toda causa es la única posible y 2) todo lo que no sucede es imposible.

    Adelante y que te sea leve.

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  5. "Si fuera necesario, no estaría acotado en el tiempo, pues lo necesario se define como lo que es siempre."

    No entiendo bien esta afirmación. Al menos hasta donde sé las soluciones de un sistema físico no están acotadas en el tiempo y sin embargo una solución es necesaria para ciertas condiciones iniciales impuestas.

    ¿Podrías también explicar porque (en un sistema físico) ser causado no equivale a ser necesario? no se me ocurre nada que teniendo causa no sea necesario como consecuencia.

    Supongo que el problema que planteas es de tipo filosófico (científicamente no entiendo la pega, vamos, que no le veo problema).

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  7. No entiendo bien esta afirmación. Al menos hasta donde sé las soluciones de un sistema físico no están acotadas en el tiempo y sin embargo una solución es necesaria para ciertas condiciones iniciales impuestas.

    Si lo que quieres decir es que, dadas unas leyes físicas en determinadas condiciones espaciotemporales, aquéllas se cumplen necesariamente, estoy en desacuerdo. Dado que las leyes no son necesarias (pues para serlo requerirían ellas mismas de causas necesitantes), todavía menos lo será lo regulado por ellas.

    Decir que el cumplimiento de las leyes es necesario, si bien ni las leyes ni lo regulado por ellas lo son, es falaz también. Esta forma de razonar se ha venido conociendo con el nombre de sofisma perezoso, y no es más que el suponer que porque algo ha ocurrido tenía que ocurrir. ¿Cuál es el error? La falsa inferencia o "petitio principii" de que de la determinación se sigue la necesitación, como si la previsibilidad de algo restara espontaneidad al devenir.


    ¿Podrías también explicar porque (en un sistema físico) ser causado no equivale a ser necesario? no se me ocurre nada que teniendo causa no sea necesario como consecuencia.

    Ya lo he dicho. Lo necesario es lo que tiene validez con independencia de las circunstancias. Si eliminas la separación entre lo necesario, lo contingente y lo posible, todo lo que existe y hasta todo lo concebible se convertirá en necesario. Habrás de reconocer, entonces, aunque no sabrás probarlo, que todo lo inexistente es imposible.

    Necesario es aquello cuya inexistencia entraña contradicción lógica.

    Contingente es aquello que existe o existirá según una razón, pero sin que su inexistencia se contradiga con las leyes del pensamiento.

    Posible es, por último, lo que no repugna a la razón pero carece de razón para existir.

    En estas coordenadas, lo que llamo espontáneo es lo contingente cuya razón de ser es él mismo (las almas o mónadas). Hasta que no se demuestre que lo espontáneo es imposible, no podrá afirmarse que de la existencia de cualquier mundo se sigue que no haya en él albedrío.

    A mayor abundamiento explico los dos principios citados:

    Principio de razón suficiente: Dado que algo es y nada se opone a su existencia, tiene que seguir existiendo en el tiempo. Así, basta con que algo sea para que persevere, ya que su ser es la razón de su infinito perseverar.

    Principio de razón necesaria: Dado que algo es pensable, tiene que alcanzar la existencia. O bien, dado que algo es pensado, existe.

    La razón suficiente, al retrotraerse a una infinidad de casos pasados, nunca nos dice por qué algo es antes que nada, sino por qué algo es de una manera antes que de otra.

    La razón necesaria -con mayores matices de los que he mostrado aquí- es el argumento ontológico.

    De la mezcla espuria de ambas surge el sofisma perezoso.


    Supongo que el problema que planteas es de tipo filosófico (científicamente no entiendo la pega, vamos, que no le veo problema).

    Redefiniendo los términos nunca hay problema. Los positivistas apelaban a la disolución de determinadas incógnitas que, según ellos, no debían ser resueltas, por absurdas. Es por este motivo que me gustaría que se me señalara dónde he sido absurdo o superfluo y, por tanto, anticientífico.

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  8. Tengo la impresión de que la labor de la filosofía consiste en primer lugar en salir de los lazos que nos ponemos a nosotros mismos en nuestro lenguaje y razonamiento. Antes de ser capaces de entender el mundo debemos ser capaces de pensar con claridad. Y en esa labor llevamos siglos.

    Me hacía mucha gracia cuando empecé a estudiar la filosofía aquél sofisma de que un vendedor de perros ofrecía un macho con sus hijos. "Si tu perro es tuyo y es padre de los cachorros, es padre y tuyo, es decir, es padre tuyo, tú eres su hijo y los cachorros tus hermanos".

    Pues el tema de la libertad o libre albedrío me parece otro donde caemos en las trampas que nos ponemos.

    Hablamos de libre albedrío cuando somos el agente de nuestra decisión. Si, como en los ejemplos, mi mano responde a un estímulo que no sea una decisión mía, su movimiento no sería libre como parte de mi cuerpo. Y lo importante es que lo mismo visto desde la perspectiva de un observador externo al sujeto o desde la propia del sujeto, el sujeto de la acción es decisivo para la acción.

    Lo importante es que la acción tenga motivaciones internas y no se reduzca a causas exteriores al sujeto. Veamos unos ejemplos.

    Si ponemos una taza de café y un azucarero delante de una silla es muy poco probable que la silla añada una cucharada de azúcar al café y se lo tome. Si alguien como yo está sobre la silla delante de taza y azucarero, lo probable es que eche azúcar al café y me lo tome. No es el conjunto del universo menos yo lo que determina lo que yo haga sino que es forzoso incluirme como causa de lo que vaya a suceder.

    Y si lo veo desde mi punto de vista, sentado en la silla y con café y azucarero delante, es muy poco probable que suceda algo como que añada el café al azucarero y lo arroje al suelo y diga a continuación "¡oh, qué sorpresa, con lo que me gusta el café!".

    Yo experimento una serie de decisiones entre las opciones a mi alcance. Me encuentro como en una barca en la corriente, sin poder remar, pero con un timón que me permite decidirme si voy a derecha o izquierda ya que el tiempo no lo detendré de ningún modo.

    También puedo experimentar que una parte de mi cuerpo se mueve sin mi decisión: un cambio de postura, una inspiración profunda, el recuerdo de un vecino cantando. No todos los actos de nuestro ser se limitan a decisiones pues no todo nuestro ser se limita a nuestro cerebro consciente. Pero es útil diferenciar entre lo que me incluye como causa y lo que no.

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  9. Irich: Perdona si mi comentario te ha molestado, nada más lejos de mi intención.
    Sencillamente no sé casi nada de filosofía a este nivel y yo me muevo por lo que conozco, ciencia y matemáticas.
    Desde el punto de vista físico, lo que decía Jesús, era algo completamente cierto, y sospechaba que tu crítica se apoyaba en argumentos filosóficos (los que me has explicado) que yo no veía.
    Ahora entiendo bastante mejor tu posición, que me parece muy interesante aunque casi me da vértigo considerarla. Después de todo si no podemos estar razonablemente seguros de que si algo ha funcionado hasta ahora deje de funcionar sin causa alguna, pues a un pobre empírico como yo se le desmoronan un poco los esquemas.

    En cualquier caso no creo que hayas sido superfluo ni tampoco anticientífico. De nuevo me disculpo si dio esa impresión.

    Una pregunta extra. Si necesario es aquello cuya inexistencia entraña una contradicción lógica. ¿Las leyes de la naturaleza no serían necesarias pues de no cumplirse implicarían que el universo no podría ser éste y por lo tanto podría no existir yo para plantearme esta pregunta?
    Sé que es un poco retorcido, pero ya puestos a preguntar y aprender...

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  10. Sursum:

    La imagen de la barca y el timón es bastante adecuada, aunque el verdadero positivista verá a la barca y a su tripulante como un elemento más de entre los muchos que arrastra el río. Para reconocer autonomía al timonel hace falta distinguir mi cuerpo del resto de cuerpos, y ello implica concederle a una instancia unitaria (y por tanto simple) un control inmediato sobre el organismo (ya que si no fuera simple estaría infinitamente mediada por la materia que la constituye y por la influencia exterior).


    Ahskar:

    No había nada ofensivo en tu comentario, por lo que no tienes que disculparte. Sólo me anticipaba a posibles objeciones, tanto tuyas como de Jesús.

    A tu pregunta: aludes a la necesidad "ex post", que guarda relación con la criba lógica de los acontecimientos a la que me referí en otra parte (el filtro negativo que impide que algo sea y no sea ak mismo tiempo). No siendo posible que yo, resultado de las leyes, haya llegado a ser sin esas leyes, pues entraña contradicción, se concluye que es necesario que si yo existo según esas leyes, las tales existan. Se trata de una necesidad condicional, gramatical, y no de una necesidad absoluta.

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  11. irichc:

    Espero que se entienda mi ejemplo de la barca. La idea es que no es posible NO TOMAR decisiones. Podemos optar por ir a la derecha, de frente, a la izquierda, seguir el consejo de la tía Marta, la opinión de Epícteto, irnos a pescar con Kostolanyi o lanzar una moneda al aire siempre que no caiga al agua. Pero el tiempo avanza y ya hemos optado incluso si nos quedamos pensando y retrasando la decisión.

    El tema es que, en mi opinión, determinados átomos organizados de determinada forma SON IDENTICOS a lo que soy yo. Es decir, YO SOY determinados átomos organizados de determinada forma y no otra cosa, ni un dualismo que no me cabe en la filosofía ni en la ciencia.

    Por lo tanto, decir que tengo tales átomos así o que tengo tales ideas es lo mismo. Y que se active una neurona y se conecte con otra es lo mismo que decir que tengo tal idea y tomo tal decisión. La decisión se produce debido a la estructura de esos átomos, a la de esas neuronas relacionadas de tal manera, que es sinónimo a lo de los átomos, y mi decisión es eso y sinónimo a lo de las neuronas y lo de los átomos. Por lo tanto, la decisión se produce en el interior de ese conjunto de átomos-neuronas-Yo, se debe a mí, tiene causa en su estructura, es decir en mis ideas y manera de pensar y de sentir.

    ¿Y los estímulos que vienen de fuera? Evidentemente llegan efectos físicos del exterior pero ¿qué, si no, serían las sensaciones de ver un león y no meterme en su jaula? ¿Pensaremos que soy menos libre o menos dotado de libre arbitrio si no entro en la jaula porque unos fotones que habían chocado previamente con un león llegaron a chocar con los fotorreceptores de mis ojos?

    Hay libertad si yo intervengo para algo y es obvio que no es la misma presencia del león lo que me hace quedarme fuera y al domador entrar para realizar su trabajo.

    Una consideración para si se niega la libre decisión: ¿por qué se considera diferente el caso de un asesino mentalmente sano del de uno aquejado de esquizofrenia o se diferencia la intención de asesinar de un mero homicidio si la consecuencia fue la misma y las trayectorias de los átomos no tienen nada de particular en un caso frente a otro?

    Su respuesta, irichc, se encuentra, como siempre, con mi ignorancia. Naturalmente hablar de un agente libre es hablar de un agente, hablar de algo que es frente a lo que no es él, el resto del universo. Podemos describirlo físicamente como unos átomos en un entorno relacionados de tal forma y en tal estructura, pero tenemos el debate de la autoconsciencia y de las unidad de la pluralidad, tan similar a la noria que da vueltas.

    Pero es que no veo explicación en postular una unidad aparte de los átomos existentes ni en que la conciencia esté limitada a unos pocos de la estructura física de mi Yo.

    En realidad no veo explicación última y me quedo con las explicaciones científicas, que remiten unos datos a otros, reduciendo el conjunto de lo desconocido.

    Pero no voy a parasitar el blog de Jesús Zamora con mis preocupaciones teniendo usted el suyo y yo el mío.

    Un saludo a todos ;-)

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  12. Sursum:

    El tema es que, en mi opinión, determinados átomos organizados de determinada forma SON IDENTICOS a lo que soy yo. Es decir, YO SOY determinados átomos organizados de determinada forma y no otra cosa, ni un dualismo que no me cabe en la filosofía ni en la ciencia.

    No hay más dualismo que el considerar que dichos átomos son mi yo substancial, en lugar del modo que éste tiene de organizarse en el tiempo. El monismo materialista es imposible y repele a la gramática, como demostraré acto seguido.


    Por lo tanto, decir que tengo tales átomos así o que tengo tales ideas es lo mismo. Y que se active una neurona y se conecte con otra es lo mismo que decir que tengo tal idea y tomo tal decisión.

    En el principio era el verbo. En todas estas descripciones estás postulando un "yo" que posee, o estás subjetivizando una parte de tu cuerpo como autocausa, en lugar de remitirte a la cadena infinita de causas que va mucho más allá de tu cuerpo. Por tanto, estás siendo dualista, al llamar "yo" a la materia que te constituye y al fantasma que presupones tras esa materia al asignarle un fin unitario y orgánico.


    Hay libertad si yo intervengo para algo y es obvio que no es la misma presencia del león lo que me hace quedarme fuera y al domador entrar para realizar su trabajo.

    Habrá quien diga que tu decisión depende de un juicio. Otros sostendrán que es el juicio el que depende de una decisión inconsciente previa de tipo irracional o instintivo (no sólo en este caso, sino en todos). De entre los primeros, algunos considerarán que el juicio emitido está directamente relacionado con tu constitución física y, en cierta manera, se sigue de la disposición interna de tus órganos en un lugar y en un momento dados. Y por último nos encontraremos con quienes estiman que el juicio es al menos parcialmente racional (en consideración a sus fines y medios) y, por consiguiente, ha de deberse a una causa espontánea, aunque predeterminada y físicamente modalizada. Me cuento entre estos últimos.

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  13. Sobre la afirmación de Irichc de que "el monismo materialista repele a la gramática", estoy totalmente de acuerdo, pero el problema lo tiene la gramática, no el monismo. También cuando decimos "el sol sale a las 6" presuponemos que es el sol el que se mueve, pero sabemos que es una ilusión perceptiva. El libro de Gärdenfors ("Cómo el homo se convirtió en sapiens"), que menciono en un comentario a la 3ª entrada de la serie (y al que volveré más extensamente algún otro día) explica muy bien de qué manera la distinción perceptiva entre el yo y el cuerpo es una estrategia cognitiva de nuestro cerebro. ("En busca de Spinoza" de Damasio, también ayuda a verlo).

    Y por otro lado, que un juicio sea o no racional no influye para nada en que sea o no idéntico a una cierta acción de nuestras neuronas. Lo interesante (como problema científico) es: ¿cómo demonios se las apañan nuestras neuronas -y no las de las vacas- para producir juicios racionales -y a veces no tan racionaels-?

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  14. Dos apuntes más:

    1) Si no hay autocausa, tan válido es decir "mi cuerpo o yo hacemos esto" como "el universo hace esto en el lugar que llamo yo". Por negarnos una subjetividad relativamente independiente del flujo físico nos vemos obligados a transferírsela al todo, cuyos límites y características básicas ni siquiera conocemos. Es el sistema panteísta de Spinoza.

    2) La predeterminación de un acontecimiento no le resta espontaneidad. Tan -o tan poco- libres somos si alguien puede conocer "a priori" lo que haremos, como si el contenido de nuestra acción es una caja negra que sólo podemos abrir nosotros. De cualquier manera, como mínimo una persona conocerá lo que voy a hacer y las razones claras o confusas por las que lo hago: yo mismo. Es por ello que libertad y predeterminación se coimplican en vez de excluirse.

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  15. Jesús:

    El libro de Gärdenfors ("Cómo el homo se convirtió en sapiens"), que menciono en un comentario a la 3ª entrada de la serie (y al que volveré más extensamente algún otro día) explica muy bien de qué manera la distinción perceptiva entre el yo y el cuerpo es una estrategia cognitiva de nuestro cerebro.

    Aquí va un viejo argumento:

    La vida es o no es automovimiento.

    Si es automovimiento, se concentra en un punto inextenso que mueve el cuerpo.

    Si no es automovimiento, está dispersa en infinidad de partículas, cuyo movimiento produce, en suma, el de todo el cuerpo.

    En el primer caso la vida sería algo cualitativo. En el segundo integraría sólo un grado de la cantidad.

    Si la vida es cantidad, sólo puede ser cantidad de materia extensa. Y dado que hay materia en todas partes, no puede desaparecer de golpe (salvo que la vida sea cierta especie de materia, cosa que no se ha demostrado). Por la misma razón, tampoco tiene comienzo.

    Luego, aceptando la anterior premisa, toda vida es eterna o se da simultáneamente con la existencia de la materia.

    La teoría de la abiogénesis que propone cierto evolucionismo sería, pues, un absurdo: no es que la vida surja de lo no vivo, sino que lo no vivo es, en realidad, otra forma de vida.

    Es decir, la muerte no es más que una metamorfosis de la vida.

    Ahora bien, si la vida no es cantidad, sino cualidad, no resulta susceptible de agregarse o disminuirse por grados. Sólo se adquiere o se pierde absolutamente.

    Si se adquiere absolutamente, no depende de procesos de composición como los que se dan en la materia.

    Si no depende de dichos procesos materiales, es inmaterial. Y si depende de ellos, es inmortal.

    Pero si es inmaterial, es inmortal.

    Y si es material e inmortal, siendo la materia caduca, hay algo en ella que no es materia.

    Ergo la vida, cuya razón formal es el alma o automovimiento, es inmortal e inmaterial. Que es lo que había que demostrar.

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  16. En cuanto a la primer definición de libertad es netamente relativa , dado que es negativa ( condicionar la libertad).

    En cuanto la asocación del Libre Albedrío con la antesala/ prerrequisito de la libertad me parece una hipótesis tentativa más verosímil...

    De cualquier manera, la "ilusión" del libre albedrío viene a manifestarse por exclusión frente a un poder inefable, en ese sentido casi teológico del pecado original, etc...

    Creo que la realidad empírica da muestras de que existe un orden subyacente de cuño irrevocablemente determinista que condiciona determiandas ilusiones de carácter absoluto...

    Como decía Schopenhauer a propósito de la Voluntad: "Todo lo que sucede sucede por alguna razón".

    Te recomiendo este post 2Ensayo sobre el Libre Albedrío de Schopenhauer que publiqué mi blog al respecto:

    http://aquileana.wordpress.com/2008/01/11/arthur-schopenhauerensayo-sobre-el-libre-albedrio/

    Estamos en contacto y felicitaciones por el site...

    Aquileana :)

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  17. Muchas gracias por tu comentario y por el enlace, Amalia.

    Schopenhauer, mi admirado: uno de los pocos filósofos que tuvieron los arrestos de enfrentarse al tabú del platonismo.

    Con lo que no estoy muy de acuerdo es que mi definición de libertad (desde luego, nada original; al menos Hobbes ya la definía así) sea "negativa". ¿Es "negativa" la definición de "calvo" como "que carece de pelo"? (En cambio, sí que sería una definición negativa la de "payo": "que no es gitano"). Una cosa es definir un concepto como el conjunto complementario de otro, lo que no implica necesariamente "carecer" de propiedades, sino tener unas en vez de otras ("payo"), y otra es definirlo en base a la carencia de una cualidad ("calvo", el calvo no "posee" nada real "en lugar" del pelo). Digamos que las definiciones como "payo" exigen primero definir el conjunto opuesto (y en ese sentido serían "relativas"); pero la de "calvo" no. Creo que mi definición de libertad ("que le dejen a uno hacer lo que le dé la gana") es como la de "calvo" ("alguien es tanto más libre cuantos menos impedimentos existan para cumplir sus deseos").

    Un saludo

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  18. Contra la afirmación de Jesús Zamora Bonilla, según el cual

    "si [un sistema] es determinista, sólo tiene un resultado posible"

    Irichc dijo:

    "Si sólo tuviera un resultado posible, sería necesario. Si fuera necesario, no estaría acotado en el tiempo, pues lo necesario se define como lo que es siempre."

    No he visto ningún comentario al respecto por parte de Jesús. Supongo que él está en desacuerdo con la crítica de Irichc. Por lo pronto, en el contexto de la afirmación original, no le veo sentido a la objeción del propio Irichc. Hablando de sistemas o estados de cosas, es evidente que los estados precedentes condicionan los estados sucesivos, tal que el sistema es determinista y lo es por el hecho de que cada estado precedente tiene un único estado resultante posible. Si hoy llueve, mañana habrá agua en los pantanos. Es absurdo que, si hoy llueve, mañana sea posible tanto que haya como que no haya agua en los pantanos. Los cambios en el estado de cosas acaecidos hoy condicionarán decisivamente el estado de cosas que será posible mañana. Por lo mismo, en el presente ejemplo sólo es posible un único estado, a saber, aquél en el que mañana hay agua en los pantanos. El estado contrario ha quedado descartado por los hechos, y es por lo mismo por lo que ya no constituye una posibilidad real, ni un resultado posible ni, si un resultado tiene que ser posible (y no veo cómo puede no serlo, si tiene que ser algo efectivamente), un resultado en tanto que tal.

    En este sentido, sí que se cumple el requerimiento de atemporalidad de lo necesario, que es por ello el caso en cualquier momento: es siempre el caso que, si se dan las condiciones relevantes actuales (i.e. existen pantanos, existe un clima como el actual, no existe una cúpula entre la troposfera y la superficie terrestre que retenga las precipitaciones, etc.) y llueve, los pantanos se llenan, así como que, siempre que llueve, los pantanos se llenan. No podría ser más necesario ni más eterno, ni la lluvia más determinista del nivel de los pantanos.

    En otro post, Irichc añade: "Si lo que quieres decir es que, dadas unas leyes físicas en determinadas condiciones espaciotemporales, aquéllas se cumplen necesariamente, estoy en desacuerdo. Dado que las leyes no son necesarias (pues para serlo requerirían ellas mismas de causas necesitantes), todavía menos lo será lo regulado por ellas."

    Esto es abiertamente contradictorio. Antes Irichc dijo que lo necesario es lo que es siempre, y ahora resulta que las leyes sólo serían necesarias si tuvieran causas necesitantes, cuando lo cierto es que, si tuvieran causas, no habrían existido siempre ni podrían, por lo tanto, ser necesarias, a pesar de tales presuntas "causas necesitantes". Resultaría que serían "necesarias" porque tendrían causas necesitantes, pero, pese a ser necesarias, no habrían sido siempre porque sólo habrían existido a partir de su causación. ¿Cómo se entiende que se diga primero que lo necesario es siempre, y que luego se diga que algo puede ser necesario a partir de una causa necesitante? Si, en virtud de tal causa, ha pasado a ser, entonces es que no existía previamente, con lo que tampoco ahora puede haber pasado a ser "necesario", ya que no existió siempre (ha sido causado).

    Por otra parte, ¿pueden las leyes físicas tener/necesitar una causa? Eso querría decir que la causa que les hubiera dado origen no se habría regido por leyes físicas. Es decir, que las leyes físicas habrían surgido de algo que no habría respetado las leyes físicas, lo cual constituye un contrasentido: ¿en qué sentido no respeta a las leyes físicas su causa, si justamente las causa y para ella ésta es la única forma pertinente de respetarlas? Así las cosas, dado que no puede ser que las leyes físicas surjan de una causa que no las respete si justamente les da origen en tanto que esas leyes y no otras (i.e. no ha causado unas leyes distintas de las que le correspondían como causa), tenemos, por un lado, que la causa de las leyes físicas debe, en lo relevante, respetarlas, y que, por otro lado, si esto es así, entonces las leyes existen antes de ser causadas (ya que son respetadas incluso por la causa que, supuestamente, debe causarlas), con lo que la causación como tal no existe, sino a lo sumo un cierto tipo de correlación (o falta de ella).

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  19. Muy bueno el último comentario anónimo. Permítaseme decir que el otro comentario al que se refiere lo consideré tan crente de sensatez que me pareció que ningún esfuerzo pedagógico/argumentador serviría para desbrozar la maraña de conceptos de la mente de la que había surgido.

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  20. ¡Gracias por su confirmación, señor Zamora!

    No se imagina la mala noche que he pasado ante la perspectiva de un hipotético cese del principio de causalidad ;-)

    Por lo demás, gracias por la lucidez de sus aportaciones. Acabo de descubrir su blog, y todo lo que he leído me ha gustado :-). Me he deleitado con especial fruición con sus artículos sobre el Plan Bolonia. Suscribo plenamente sus impresiones al respecto.

    En otro orden de cosas, enhorabuena por la excelente redacción del blog (algo cada vez más inusual en la blogosfera, que padece un cierto efecto invernadero ;-) y por la capacidad explicativa de que da usted muestras. Tenía yo estos temas muy abandonados, pero leídos de su pluma apenas me ha costado volver a ponerme al día.

    Un cordial saludo,

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