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Para empezar, ahora que sabemos muchísimo más sobre la materia que lo que sabían Platón, Aristóteles, Tomás de Aquino, Descartes, Espinosa, Newton o Laplace juntos, somos más conscientes que nunca de que tenemos muy poca idea de lo que la materia "es". Tenemos unas cuantas fórmulas matemáticas (provisionales) que descr
iben el comportamiento de unos cuantos tipos de partículas, y ya está; pero qué es la materia "en el fondo", es muy dudoso que lleguemos a saberlo. Desde luego, parece que ser materia tiene poco que ver con la "extensión" e "impenetrabilidad" (características que son más bien propiedades emergentes, no "fundamentales"), y tiene más que ver con el intercambio de otras ondas-partículas, todo ello sometido al principio de incertidumbre. Pero, en todo caso, si identificamos la materia con los átomos (o sea, con los agregados de protones, neutrones y electrones), sabemos que hay muchas otras partículas (mesones, bosones, neutrinos) que son muy diferentes, por no hablar de la "materia oscura" (como la que forma el anillo en la imagen), que posiblemente sea mucho más abundante en el universo que la que, entre otras cosas, forma los pechos de la Pataki. Así que ser "materialista" es quedarse con sólo la existencia de una parte muy pequeña de las realidades que contempla la física. Para eso, mejor ser "fotonista", o "neutrinista", o "materialista oscuro". Pero cualquiera de estas alternativas es peor que la de ser, simple y llanamente, "naturalista".
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En segundo lugar, la idea popular del "materialismo" se asocia demasiado con la tesis de que hay creer sólo en lo directamente observable (digamos, el "empirismo rústico"). La historia de la ciencia y la tecnología muestra a las claras que somos capaces de hacer "observables", o manifiestas de algún modo en nuestra experiencia, cosas que están muy lejanas de nuestras capacidades naturales de percepción. El naturalista, en cambio, acepta todo aquello que pueda ser detectable, e incluso puede aceptar entidades indetectables, si su existencia se sigue inevitablemente de las teorías que necesitamos para dar cuenta de lo que los experimentos nos dicen. Por cierto, que "aceptar" lo uso, claro está, no en el sentido de aquiescencia sumisa, sino con la provisionalidad propia de la ciencia, siempre abierta a la crítica.
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Por último, en general se asocia "materialismo" con "reduccionismo". Está claro que el naturalista es reduccionista en el sentido de que cree que, "en el fondo", no hay más que las entidades naturales simples de las que las entidades naturales complejas están formadas, pero esto no implica en absoluto que al naturalista no le parezca real y fascinante el modo en que estas entidades complejas surgen y funcionan. [Suelo decir a mis alumnos de Filosofía de las Ciencias Sociales que quienes tachan a algunas concepciones de la sociedad como "atomistas" no saben en realidad lo que están diciendo: primero, porque los átomos físicos con los que se compara a los individuos no son "simples", sino que poseen de por sí una estructura muy compleja (aunque no tanto como el cerebro de un caracol), y, lo que es más importante, por su propia naturaleza, los átomos se ligan unos con otros para formar moléculas que poseen propiedades muy distintas a las de sus componentes individuales. Es decir, se puede ser "atomista" en ciencias sociales, queriendo decir con ello precisamente que estás interesado en las propiedades de las "moléculas sociales", incluso de las "macromoléculas" -una molécula de ADN puede tener más átomos, p.ej., que habitantes tiene Madrid-]. De modo que el materialista (en el buen sentido, es decir, en el de empirista-naturalista) no es "ingenuamente reduccionista", sino que reconoce la emergencia de propiedades que somos incapaces de derivar de las leyes con las que describimos las partículas elementales. Incluso podemos aceptar la existencia de las "realidad espirituales", si con ello nos limitamos a referirnos a aquellos fenómenos empíricos tan familiares como el amor, el odio, la creatividad, el miedo, el trance, la ilusión, la indignación, etc.
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Lo que el materialista-naturalista-empirista niega, por supuesto, es la existencia de entidades "sobrenaturales", es decir, entidades a las que tengamos un acceso esencialmente no-empírico, y que sean capaces de operar "sobre" la" materia" (ampliamente entendida) haciéndole a ésta violar con dicha influencia las parsimoniosas leyes de la física.
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Si estás de acuerdo con todas estas precisiones (totalmente razonables, por otra parte), y entiendes la etiqueta de "materialista" como sinónimo de "antisobrenaturalista" (o, meramente, "naturalista"), y no en el sentido desfasado en el que la filosofía clásica usa la expresión, espero que puedas lucir esa etiqueta con toda dignidad.
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[Por cierto, hablando de filosofía desfasada: otro día hablaré de la prestiargumentación, un concepto chulísimo que se me ocurrió el fin de semana].
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Pues a mí me gusta más materialismo, aunque sea menos adecuado, aunque admito que es por razones puramente estéticas.
ResponderEliminarLo de naturalismo me ha sonado siempre a la gente que va a la playa enseñando toda la guarrería y a la canción de este vídeo http://www.youtube.com/watch?v=SJZk2GAfFzY
Al contrario, el materialismo me suena mucho más a cemento marxista, los tanques en la plaza roja e himno de la unión soviética. Es mucho más agradable ser materialista, dónde va a parar.
Cita de Freeman Dyson:
ResponderEliminar"Hace poco tiempo escuché una conferencia en la que un famoso biólogo hablaba acerca de dos puntos de vista a los que llamaba materialismo científico y trascendentalismo religioso. Dijo entonces: “sus fundamentos son incompatibles y mutuamente excluyentes”. No comparto este punto de vista, que parece ser ampliamente aceptado tanto entre los biólogos como entre los fundamentalistas cristianos.
No sé lo que significa la palabra “materialismo”. Como físico, considero que la materia es un concepto impreciso y anticuado. A grandes rasgos la materia es la forma en que actúan las partículas cuando están agrupadas en un gran número. Cuando examinamos la materia en sus detalles más sutiles mediante los experimentos de la física de las partículas, la vemos actuar como agente activo más que como sustancia inerte. Su funcionamiento es, en sentido estricto, impredecible. Parece que realizara elecciones arbitrarias entre posibilidades alternativas. Si comparamos la materia tal como es observada en el laboratorio, con la mente tal como la observamos en nuestra propia conciencia, la diferencia no parece ser cualitativa sino sólo cuantitativa. En forma similar, si Dios existe y nos es accesible, la diferencia entre su mente y la nuestra sería sólo de grado, y no de cualidad. Podríamos decir que estamos parados a mitad de camino entre dos impredecibilidades: la de la materia y la de Dios. Tanto la materia como Dios pueden hacer aportes a nuestras mentes".
Yo, tambien embarco en ese bote naturalista!
ResponderEliminarTodos los términos asociados con la racionalidad tienen mala prensa: materialismo, racionalismo, positivismo, darwinismo, incluso naturalismo. No digamos ya ateísmo...
ResponderEliminarEs algo con lo que hay que contar.
El concepto de materia es un tanto borroso,desde el punto de vista físico, siempre lo ha sido. Mejor hablar de masa, inercia o de las particulas o propiedades concretas (que son empírica y objetivamente detectables) que interesen. Viejocom la describe de un modo muy elegante.
ResponderEliminarMás absurda y mística, arbritaria y éterea me parece el paralelismo que introduce el mismo Viejocom con la existencia y aprehensibilidad de Dios y nuestra mente.
Saludos,
J.N.
Viejocon:
ResponderEliminarla materia no es "impredecible"; en muchísimos casos predecimos su comportamiento bastante bien, en otros casos tenemos bastante claras las probabilidades de que se comporte de cada manera; es cierto que, en otros casos, los átomos se juntan de manera que no somos capaces de calcular a partir de la información que tenemos sobre ellos. Pero no creo que esto tenga nada que ver con algo que podamos llamar "la impredecibilidad de Dios", porque no creo que la expresión entre comillas signifique nada.
Por otro lado, no puedo estar más de acuerdo contigo cuando dices "si comparamos la materia tal como es observada en el laboratorio, con la mente tal como la observamos en nuestra propia conciencia, la diferencia no parece ser cualitativa sino sólo cuantitativa". Eso es materialismo, y lo demás tonterías. Lo que pasa es que de eso no se sigue nada acerca de "la mente de Dios".
Usted es un tipo vulgar. Solo hace falta ver su estilo escrito, su alusión permanente a eventos mediáticos, su gusto ramplón por ser edificante, por hacer activismo social. No se puede esperar de una persona así más que una concepción de la vida igualmente vulgar Usted es una de esas personas que ante cualquier grandeza responden con socarronería.
ResponderEliminarUsted es el tipo de persona que hace echar de menos a hombres con autentico temple como Platón, al que uno tenía olvidado antes de leerte.
Que conste que no soy religioso, pero de eso a dejarme arrastrar por la panda de filisteos sin imaginación que se llaman naturalistas anda un paso. Toda esta gente lo que les importa es la respetabilidad social, el ganar premios académicos, el poder llamarse a sí mismos, de manera pomposa, ilustrados o brights.
Cesario, conozco mis limitaciones, y mi naturaleza. A mí me sale la broma en cualquier situación, qué le voy a hacer.
ResponderEliminarYa quisiera yo que ser un Platón (aunque me gustaría más ser un Beethoven), pero tengo que aguantarme con lo que soy. Y lo que soy, ante todo, es un discutidor: no puedo resistirme a ver los fallos de los argumentos que examino, y a intentar ponerlos de manifiesto de la forma más evidente que se me ocurre (si ello incluye bromas, mejor).
Mecachis, no sé por qué me suena a algo eso de la "prestiargumentación". Espero ansioso esa futura entrada para ver si se confirman mis, ¿algorítmicas?, intuiciones...
ResponderEliminarSaludos.
"en el fondo", no hay más que las entidades naturales simples de las que las entidades naturales complejas están formadas
ResponderEliminar¿De qué entidades naturales simples estaríamos hablando? ¿Y qué se entiende aquí por "simple"? Pregunto como lego en la materia (nunca mejor dicho).
Tal vez este post interese, es un blog reaction (¿se dice así?)
ResponderEliminarhttp://hector1564.blogspot.com/2008/11/sobre-naturalismo.html
Saludos
pd: Por cierto la cita de Viejocon de Freman Dyson (algunos comentaristas han creido que era de Viejoco :-O ) sale en el libro Infinitas Direcciones. Un libro altamente recomendable. Aqui la tenéis entera (Viejocon, ¿por qué la cortaste?) y Dyson tiene razón (no olvidemos, emocionados, que es físico), en última instancia la materia sí es impredecible. Hay que subir un poco de nivel y utilizar "estadísticas colectivas" para domarla y encontrarle regularidades. Otra cosa es saltar de ahí al misterio de Dios...
Ahora sí: Saludos
Irhic:
ResponderEliminar"simple" lo uso aquí en términos puramente comparativos y empíricos, de acuerdo con el sabio criterio de Lavoisier: "un elemento es aquello que por ahora no hemos conseguido descomponer en otras entidades".
Ya estamos con las "propiedades emergentes"...
ResponderEliminarPero es que ningun racionalista se da cuenta de que decir que las propiedades emergentes no estan en sus componentes basicos, sino que "emergen" es decir que "magicamente" aparecen cosas nuevas.
La gente llama "propiedades emergentes" a propiedades que CIERTAMENTE se encuentran en sus componentes.
Ejemplo clasico: La temperatura, pues dicen que la temperatura es una propiedad emergente que no se encuentra en las particulas.
El problema es que la gente no sabe de que esta hablando cuando habla de esas "propiedades emergentes", y ciertamente, si usan conceptos como la temperatura sin entender su significado, parece que son cosas que "emergen" y que no se encuentran en sus componentes.
Pero la temperatura (desde un punto de vista cientifico, no popular) se define como el grado de agitacion de las moleculas de un cuerpo, asi que eso de que es una propiedad emergente, son pamplinas...
Y como esto, todas las propiedades emergentes, porque la gente no se preocupa en definirlas en funcion de sus elementos componentes, sino que simplemente, hacen abstraccion de los detalles y le ponen una etiqueta a algo y dicen que "Emerge".
A ver si nos enteramos... Decir que las propiedades "emergen" implica decir que "Algo" aparece "magicamente" de la "nada".
Saludos.
Derrotado:
ResponderEliminarel concepto de "emergencia" es bastante ambiguo, y tiene tantos significados (o más) como gente que lo usa, lo reconozco.
En cualquier caso, desde mi punto de vista una propiedad de un sistema puede denominarse "emergente" cuando no somos capaces de describirla (o, al menos, de predecirla) con los conceptos y principios con los que describimos el comportamiento de los componentes del sistema.
La emergencia sería, así (repito, en mi opinión), una cualidad epistémica (se refiere a NUESTRO conocimiento del sistema, a lo que NOSOTROS somos capaces de describir y predecir), y no una cualidad objetiva (que sería lo que, tal vez, tuviese que ver con la "magia"); no es que las propiedades "de alto nivel" surjan de manera SOBRENATURAL, sino que las ecuaciones con las que nosotros describimos los componentes del sistema no son lo bastante potentes para permitirnos PREDECIR que esas propiedades van a surgir.
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Más interesante aún: en muchos casos no podemos "predecir" lo que va a pasar con un sistema de ecuaciones, en el sentido de que no podemos demostrar un teorema que afirme que va a ocurrir eso, pero en cambio sí que podemos poner a un ordenador a hacer los cálculos con miles de valores aleatorios de las variables de las ecuaciones, y VER cómo surge cierta propiedad del sistema. Está claro que en un sistema de ecuaciones no hay nada "misterioso" ni "mágico"; lo que convierte en "emergente" una propiedad de ese sistema es nuestra incapacidad para predecir lo que va a suceder.
Un ejemplo de propiedad emergente?
ResponderEliminarEl "emergentismo" es un holismo disfrazado con pseudociencia...
ResponderEliminarUn ejemplo de propiedad emergente?
ResponderEliminarLa valencia. No es tan difícil...
... ¡ah, perdón, claro! Es que desde el descubrimiento hasta la explicación de la valencia, no hubo tiempo suficiente como para que el Vaticano pensase en el asunto y adjudicase alguno de los atributos del Señor como última explicación y causa de las afinidades electivas entre átomos.
ResponderEliminarEl materialismo mágico, que cree en la emergencia, piensa que la vida emergió en la sopa por la cara.
ResponderEliminarEl materialismo no tiene mala prensa como cree Eduardo, es que es muy difícil convencer a la gente de ciertas cosas.
La valencia es una propiedad emergente?
ResponderEliminarLa valencia es como la temperatura, explicable desde sus componentes. Es una medida de como se combinan unos orbitales de un atomo con los de otro. Todo explicable teniendo en cuenta las ecuaciones de la cuantica.
Todo concepto de la quimica tiene su base en la fisica y se explica con elementos de esta. Y en la fisica esta la frontera de hasta donde hemos llegado en "elementos basicos".
Saludos
Pepe: a la gente, ¿es difícil convencerla de ciertas cosas porque esas cosas son poco creíbles, o porque la gente es muy tozuda?
ResponderEliminarJesús:
ResponderEliminarTras leerte he estado pensando que si no hay elementos últimos en la materia y todos son susceptibles de descomponerse sin término, el reduccionismo debe de ser el proyecto utópico de hacerse con lo infinitamente pequeño. Ahora bien, al no poder reducir la pluralidad de fenómenos a su último fondo de realidad, sus resultados no serán más que aproximaciones, con tanta más razón cuanto más complejo sea su objeto de estudio (verbigracia, el hombre). Me parece que esta limitación tan significativa, que tú mismo reconoces, casa mal con tus vítores iniciales.
Irhic:
ResponderEliminaryo no me atrevo a decir si hay o no hay elementos últimos en la materia. Lo único que podemos establecer empíricamente es si ciertos elementos están formados por otros más sencillos; qué haya "más abajo" de "los elementos más sencillos que de momento hemos descubierto" será algo que sólo la investigación posterior podrá descubrir.
Situados en esta condición (la de que nuestro conocimiento es siempre limitado, y como dices, aproximado), el "reduccionismo" no es ningún proyecto metafísico, sino la mera constatación de que los hechos que encontramos empíricamente en un determinado nivel de la realidad son producidos por las propiedades y relaciones que se dan entre elementos de un nivel "más básico".
Por último, no veo que el reconocer que todo nuestro conocimiento de la realidad consista en "aproximaciones", implique algún tipo de "retirada" con respecto al empirismo y al naturalismo. Hay que comparar los conocimientos aproximados con la total ignorancia, para darse cuenta del valor de aquéllos; si, en cambio, los comparas con "certezas" que procedan de alguna otra vía de conocimiento, distinto de la ciencia empírica, habrá que decir de qué vía y qué certezas estamos hablando, y después de examinarlas, veremos si eran tan "ciertas", o si, en el fondo, no son también más que meros modelos mentales, no lo suficientemente bien contrastados.
Jesús:
ResponderEliminarMe gustaría confirmar cuál es tu concepción del significado porque dices que "la impredecibilidad de Dios" no significa nada, y sólo aparenta ser verificacionalismo.
Saludos,
Vick
Vick:
ResponderEliminarel verificacionismo es la teoría según la cual una tesis sólo tiene significado si sabemos cómo verificarla; yo soy más liberal, admito que proposiciones inverificables pueden tener significado: el significado de una expresión, para mí, consiste en el conjunto de CONSECUENCIAS que se pueden inferir a partir de ella, junto con el conjunto de PREMISAS a partir del cual se podría inferir.
De todas formas, también es relevante la noción de "significado empírico", según la cual una expresión tiene significado si y sólo si hay alguna forma EMPÍRICA de contrastarla (no necesariamente de comprobar que es verdadera, sino de comprobar si es falsa, o de aumentar o disminuir su probabilidad en función de los datos empíricos).
En todo caso, la frase mía que citas era una respuesta a un comentario anterior de otra persona, en el que hablaba de "la impredecibilidad de la materia y de Dios": yo puedo entender más o menos bien lo que significaría "impredecibilidad de la materia", pero me cuesta mucho entender qué puede significar la "impredecibilidad de Dios". Y por "entender" quiero decir algo así como "cómo concluir, a partir de la observación de la realidad, si lo que dice esa frase es más probable que improbable o más improbable que probable".