7 de abril de 2008

TODA CIENCIA TRASCENDIENDO (4)


EL LEGADO DEL INDIO

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Las nubes enmarcando el horizonte
de la inmensa pradera americana.
El águila marcial de testa cana,
sobre el manso rebaño del bisonte.
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El indio noble, desde el alto monte,
ofrenda un sacrificio esa mañana
al águila, al bisonte, y a la plana
meseta donde aún pace el mastodonte.
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Ciento cuarenta siglos conservaron
el legado del indio en su envoltorio,
hasta que unos científicos llegaron
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para estudiarlo en su laboratorio;
y de este modo el mundo te recuerda,
¡oh, indígena primero!, por tu mierda.
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Toda ciencia trascendiendo:
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Quanticum quanticorum.

Al coffee break.
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El cuitado evaluador.
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¡Maldito roedor!
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3 comentarios:

  1. Salud:

    El poblamiento del actual continente americano por el 'homo', es uno de los temas más interesantes de la Prehistoria y de la Antropología. Por una parte hay ciertas lagunas que se pueden completar (o no) con los datos de los que disponemos. De esta manera, existen diversas hipótesis apasionantes como el mito de la Atlántida platónica, un posible poblamiento nipón e incluso micronesio. Modestamente, resumía hace años así el estado del asunto:

    ¿CUÁL ES LA PROCEDENCIA DEL HOMBRE AMERICANO?



    1ª Parte:



    Está comprobado y documentado arqueológicamente que, el proceso de hominización acaeció en el Viejo Mundo; probablemente en tierras de Olduvai (actual Etiopía, África), donde los primitivos simios evolucionaron a los protohumanos más conocidos. También está constatada, la existencia de simios primitivos en América (Montana) del tipo ‘Purgatorius’, datados hace unos 70 millones de años. Esto es muy factible porque el desgajo de América de las tierras emergidas se produjo hace unos 40 millones de años; con lo cual, a partir de esa fecha es cuando el Nuevo Mundo comienza su particular singladura.



    Los monos del tipo platirrino que se desarrollan en esa masa continental tienen muy poco a favor a una evolución ulterior a homínidos, por ser de muy pequeña envergadura. En cambio, los catirrinos desarrollados en el Viejo Mundo son considerados como el punto de partida de los grandes simios y, por ende, del hombre. Asimismo, el género australopithecus, sólo está atestiguado con fiabilidad en África (hace 3,5 millones de años) y de los que se piensa evolucionaron el resto de ‘homos’. Estos ‘homos’, en sus diversas acepciones, fueron extendiéndose y, con el descubrimiento de cómo hacer fuego (hace unos 400.000 años), llegaron a habitar regiones templadas, tropicales e incluso frías (hace 100.000 años). El ‘homo’ que puebla estas zonas euroasiáticas sobre todo es el llamado ‘homo erectus’, proemio del neardenthal posterior. De este homo erectus no se han encontrado vestigios en la parte nororiental de la parte asiática; por lo que en esta época se hace muy poco probable un poblamiento americano desde el estrecho de Bering.



    Lo que han apuntado diversos autores es la posibilidad colonizadora del erectus a partir de la costa oriental asiática hará unos 200.000 años en un estadio evolutivo similar a los ‘choppers’ (cultura de los guijarros) del Viejo Mundo (excavaciones de Calicó Hill). De ser cierta esta hipótesis -la cual necesita ser mejor probada-, la primera penetración se circunscribiría a la franja costera del Pacífico norteamericano. No obstante, aún no se han encontrado restos presapiens que den fe de este grupo cultural. Lo único que se tiene constancia es de unas dataciones cuestionables y de unos restos líticos no vinculados a restos de homínidos que también son muy discutibles. Ante la ausencia de pruebas, tenemos que deducir que no hubo presencia homínida en América anterior a los ‘sapiens’.



    En lo que sí hay acuerdo general es que el hombre penetró en el Nuevo Mundo en la glaciación del Wisconsin (70.000-10.000).



    2ª Parte:



    Existen cuatro vías de acceso a América, en orden a que el género ‘homo’ no tiene fuentes de viabilidad en dicho continente. Dos vías de penetración son terrestres y las otras dos marítimas. Las terrestres hacen referencia a la unión durante épocas glaciares de las tierras emergidas: el ártico y el antártico. Esta última presenta cuestiones climáticas y ambientales tan desfavorables que se hace improbable su viabilidad. Tampoco existen pruebas líticas o de restos humanos que confirmen algo así. La distancia a recorrer es, asimismo, mayúscula en comparanza con las otras posibles vías de acceso.



    La vía ártica podemos dividirla en dos secciones: una la que va desde el norte de Europa, Groenlandia y Canadá y, la otra la que va desde la punta oriental siberiana a Alaska (estrecho de Bering). Este camino es uno de los más fidedignos y la mayor valorada por todos los estudiosos. Además de ofrecer muchas garantías medio-ambientales, favorece un flujo de hombres suficientemente amplio como para dar un poblamiento y una demografía estable al continente.



    Las vías marítimas son la pacífica y la atlántica. La primera tiene visos de atender a la verisimilitud. Desde las islas del norte del Japón, es factible que se alcanzaran las costas del Pacífico de Norteamérica. Por contra, en las épocas de las que hablamos, la navegación atlántica es menos probable y, de haberse realizado, sería esporádica y sin solución de continuidad.



    Más o menos, el trayecto seguido es el siguiente: entre los 100.000-70.000 años atrás, el homo sapiens inicia desde China migraciones de norte y sur; alcanzando las costas japonesas hace 60.000 años. Diez mil años después (50.000 años), este movimiento migratorio coloniza las islas del sudeste asiático y llega a Australia. El movimiento migratorio del norte se produjo con individuos de características mongoloides, llegando al Nuevo Mundo y bajando por la costa pacífica norteamericana (50.000-40.000 años atrás). Este periodo, llamado Wisconsin Medio, ofrecía puntos de tierra que no superaban los 20 Kmts. entre sí, lo que hace una navegación con los medios de aquella época. Sin embargo, la carencia de restos fósiles humanos hacen tambalear un tanto esta teoría.



    No obstante, a partir de hace 25.000 años, se empiezan a encontrar restos fósiles, lo que confirma un movimiento migratorio en el Wisconsin Final. La inmensa mayoría de los investigadores consideran que, independientemente de la fecha exacta de penetración, existían condiciones hace 40.000 para que el hombre de aquella época se asentase en el Nuevo Mundo y que, las migraciones fueron realizadas gradual y paulatinamente, en pequeños grupos.



    3ª Parte:



    Los restos fósiles: Uno de los temas más discutidos y discutibles es la datación exacta de éstos en lo que se refiere a los primeros pobladores. En cuanto a los restos humanos, los más fiables son los datados del 12.000 para adelante. El resto presentan diversos problemas por las técnicas empleadas en dicha datación. En lo relativo a los restos industriales, su asignación cultural y cronológica es un caos casi indescifrable; porque todo está en referencia a los postulados hipotéticos que sostenga el autor de turno.



    Para lo que nos interesa, el hombre que penetró en América conocía las técnicas de lascado, las puntas e incluso el arco, que pudiera ser que lo perfeccionara en el Nuevo Mundo. A partir de hace 10.000 años el continente americano quedó a su propia suerte a excepción de los grupos esquimales que con sus kayacks navegaban de isla en isla cerca de Alaska.



    Esos grupos humanos, se dispersaron con cierta rapidez a través de la costa pacífica y, se supone, para el mantenimiento de un movimiento migratorio tan prolongado, que tuvieron un incremento demográfico a buen ritmo. Esto hace pensar que:



    1º- Se trataba de individuos altamente adaptativos a las condiciones ambientales.

    2º- Tuvieron recursos alimenticios suficientes: eran grupos cazadores, pescadores y recolectores; lo que nos lleva a un nomadismo continuo en estas primeras etapas de poblamiento continental.



    Finalmente, el fin de las glaciaciones, provocó un aumento en el nivel marino y en el aislamiento americano; aunque no podemos descartar arribadas, más o menos ocasionales, de hombres procedentes de culturas clásicas (fenicios, minoicos y griegos) de probada cultura marinera; o de gentes de procedencia asiática (chinos y japoneses) e incluso australoides (indonesios, micronesios y australianos). No obstante, la influencia cultural de todos estos grupos es mínima, pudiendo considerar un desarrollo autóctono en este sentido. Probablemente, el número de arribadas fuera pequeño y, el grupo de hombres insignificantes en comparación con la migración asiática.

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  2. Hombre, Carlos, muchas gracias, y muy interesante.
    Un saludo

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  3. ghbuyjhbyhguhbuyybuyhubhby

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