Decir que es bonita me convertiría en idiota. ¡Ya se ve sin que yo lo diga!. Así que no sé qué decir.
Salvo que es una de esas pruebas de la Relatividad (¿se trata de una lente gravitatoria, no?).
Si se suman belleza y conocimiento está genial.
¿La belleza es un motor del ansia de conocimiento? ¿Estaríamos más motivados a buscar qué hay detrás de lo que percibimos como bello que de lo que vemos trivial?
¿Tiene algún fundamento fisiológico? ¿O adaptativo? ¿Cómo y cuándo se elige lo que es bello, si es que se puede elegir? ¿O hay un estándar?
Parezco un niño de seis años...
Espero que esa línea de preguntas pille cerca de tu línea de trabajo y de la del blog. Si no, perdón. Es que puse belleza en el buscador y no encontré.
Hola Jordi,
ResponderEliminarEstás hecho un auténtico figura, tus comentarios nunca dejan de inquietarme.
saludos,
César
Decir que es bonita me convertiría en idiota. ¡Ya se ve sin que yo lo diga!. Así que no sé qué decir.
ResponderEliminarSalvo que es una de esas pruebas de la Relatividad (¿se trata de una lente gravitatoria, no?).
Si se suman belleza y conocimiento está genial.
¿La belleza es un motor del ansia de conocimiento? ¿Estaríamos más motivados a buscar qué hay detrás de lo que percibimos como bello que de lo que vemos trivial?
Pregunto porque no tengo ni idea...
José Luis:
ResponderEliminarya decía Aristóteles que la búsqueda del conocimiento empieza por el maravillarse.
¿Tiene algún fundamento fisiológico? ¿O adaptativo? ¿Cómo y cuándo se elige lo que es bello, si es que se puede elegir? ¿O hay un estándar?
ResponderEliminarParezco un niño de seis años...
Espero que esa línea de preguntas pille cerca de tu línea de trabajo y de la del blog. Si no, perdón. Es que puse belleza en el buscador y no encontré.