6 de abril de 2009

BIBLIA PARA TODOS (reposición)


Dice Benedicto que la Biblia debería leerse en todos los colegios, públicos y privados (¡fantástico: en los concertados no!).

Me parece de cajón que la Biblia debería estar entre las cosas que formaran parte de la cultura que uno adquiere en la escuela (al menos en Occidente); y también hay que transmitir el conocimiento de otras tradiciones religiosas que han influido en la constitución de nuestra cultura cosmopolita (el mundo clásico, el islam, religiones orientales...).

Lo que es de cajón también es que no hay que dejar que esa enseñanza sea transmitida desde una orientación sesgada y proselitista, sino más bien desde una posición objetiva y crítica. Y esto especialmente en los colegios de la Iglesia.

Más argumentos aquí.
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20 comentarios:

  1. ¡Sobre todo que se lea el libro de Josué y el de Jueces! Es la manera más rápida de crear una sociedad de psicópatas.

    Mola, sobre todo, el episodio de la concubina del levita, aunque hay que reconocer que se parece sospechosamente al de los dos ángeles en el villorrio de Lot:

    1- Una panda de violadores quiere follarse al levita.
    2- Acuerdan, por el contrario, follarse a la concubina del levita, que para eso es mujer, faltaría más.
    3- El levita, al día siguiente, ni siquiera le da los buenos días a la muy puta. Le dice: "vámonos zorra" (aunque en hebreo antiguo).
    4- Es una pena que la zorra esté muerta. Qué mala suerte.
    5- El tío se pone en plan Dexter Morgan y trocea a la tronca en doce porciones. Una para cada tribu. Supongo que la parte de su propia tribu la mandaría por MRW, como parte itinerante, porque los levitas estaban en todas partes.
    6- De todos modos, nunca queda muy claro en la Biblia si las tribus son once, doce o trece. Depende del momento.
    7- Como castigo, la tribu de Benjamín se va a tomar por culo.
    8- Pero como faltaría una tribu entonces, y eso complicaría las cuentas, los muy burros van a por los vecinos, matan a los maridos y violan y raptan a las mujeres. Supongo que alguno habrá hecho todo lo contrario.

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  2. También mola mazo el tierno episodio de Jefté sacrificando a su hija a YHWH. La moraleja de la historia: cumple siempre tu palabra, sobre todo si has entrado en transacciones comerciales con el Altísimo.

    Y están las hazañas del cabronazo de Sansón, sobre todo esa en que pilla a trescientas zorras, les prende fuego por las colas y las suelta en la huerta filistea. Es una fuente de inspiración para mí: me ofrece ideas sobre lo que puedo hacerle al hideputa del presidente de la comunidad de mi edificio como siga tocándome los sansones.

    Aunque lo de las trescientas zorras se parece un montón a lo de los trescientos soldados de Gedeón que debían lamer el agua como perros. Uno se queda con la impresión de que el redactor escuchó la misma película contada por dos gilipollas diferentes, y que puso todo su empeño en sacar algo en claro del galimatías.

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  3. Jesús:

    Una cosa que no tengo clara en esto es eso de que los contenidos la educación pública deban ser decididos por la ciudadanía ya que estamos en un estado democrático (poniendo los límites en la defensa de la democracia y los derechos humanos).

    Sería entonces, por ejemplo, algo positivo el hecho de que, por ejemplo, en el instituto en el que yo trabajo se dejará que los padres eligieran los contenidos de asignaturas que sus hijos van a recibir. Sería además, un paso más hacia la democracia directa, ejemplo de autogobierno donde los hubiere.

    Bien, si eso ocurriera, seguro que tendría asignaturas que se titularían "Apruebe usted a mi hijo por venir I", "Deje usted a mi hijo que haga lo que le salga de los güevos o le parto la cara II". Al profesor que se quejara le diríamos: así es la democracia chavalote o, si nos ponemos a utilizar el insulto clásico para todo aquel no acorde con el sistema, le llamaríamos fascista.

    Y es que existe un grave círculo vicioso. Para que una democracia funcione (se tomen desde ella decisiones racionales) hace falta una educación que haga individuos racionales. Sin embargo, si no tenemos a priori individuos racionales, ¿cómo ellos van a decidir un sistema educativo racional?

    Es por ello por lo que creo que no podemos exagerar lo democrático, una "pequeña dictadura de expertos" en algunos campos no está mal.

    Y es por ello que la religión ha de estar fuera de las escuelas en el sentido que ha estado impartiéndose hasta ahora.

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  4. Santiago, "una pequeña dictadura de expertos" no estaría mal, en efecto.
    Sólo hace falta decidir quienes son los expertos. Los profesores del sistema público seguro que no lo son.

    Por cierto, Darwin, Stuart Mill, Shakesperare, los hermanos Durrell, Virginia Woolf y otro montón de gente recibieron la eduacación que sus padres quisieron (o pudieron) darles y les fue bastante bien, comparando con la que dan los IES al menos.

    Una cosa que todavía no ha asimilado este país de subditos de la autoridad e hijos de la Iglesia es que los padres se equivocan, pero las instituciones se equivocan lo mismo o más.
    La razón es que a las instituciones y a la Iglesia los niños no les importan una mierda. A los padres algunas veces no, pero la mayoría sí.

    Se supone que las instituciones están para hacer lo que los padres no lleguen a hacer en los casos malos. La realidad es que están para hacer lo que les dé la gana, peor que lo que los padres harían, en muchos casos, e igual de mal que los padres, en los demás.

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  5. Aloe:

    Es cierto que a veces cuesta mucho trabajo ver cuál es la verdad. Pero es mucho más frecuente que sea fácil detectar una mentira. Ratzinger es partidario de contar mentiras evidentes, fáciles de detectar. Y eso no es un derecho.

    Por otra parte, es cierto que las autoridades se equivocan. Probablemente con mucha mayor frecuencia que la parte más inteligente de la sociedad (aunque aquí no hay mecanismo de autoregulación como en los mercados: no extrapolemos el liberalismo económico fuera de sus fronteras naturales).

    Pero no se trata de "ser" de las autoridades, o lo contrario, si es que existe. Se trata simplemente de que, cuando las autoridades soplen en el sentido correcto, es estúpido moverse en la otra dirección.

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  6. Aloe:

    Cuando hablo de expertos me refiero a expertos: grupos interdisciplinares de psicólogos, pedagogos, maestros y profesores (lo siento, creo que algo sabemos los profes), etc. No me refiero a burócratas o a políticos, que, efectivamente, son bastante más imbéciles que los padres. Y tampoco hablo de excluir por completo a éstos. Sólo digo que si eligiéramos democráticamente (siendo los padres mayoría) no se tomarían decisiones racionales.

    Pero tienes toda la razón: las instituciones son aún peores tomando decisiones. ¿Por qué? Por lo mismo que digo: hoy en día cualquiera puede llegar a cualquier cargo en la administración (cargos políticos me refiero, no por oposición). En esta exageración de lo democrático, al final no tenemos expertos en donde debiera haberlos.

    Con esto de que cualquiera puede ser presidente del gobierno... pues cualquiera.

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  7. Freman: El lugar natural del liberalismo es la política y los derechos civiles y políticos. El lugar antinatural del liberalismo es convertirse en un dios de los mercados, en una superstición como el dios del trueno.

    A quien yo contestaba es a Santiago. Mi respeto por Ratzinger, Rouco y demás señores de los anillos es nulo.

    ¿Por qué toda esta gente se empeña en hacer palanca para meter su adoctrinamiento en la escuela?

    Porque la escuela ya es el lugar de adoctrinamiento hace mucho.

    Y en España, además, es el granero de sueldos para la clase media, por lo que lo más natural del mundo es que haya once o doce asignaturas obligatoriamente cada curso, cada vez con menos tiempo y peor dadas.
    Es como rebajarle cada vez un poco más el pienso a la vaca y ordeñarla cada vez un poco más a menudo.
    Luego viene Santiago con su taburete de ordeño riéndose de la vaca, porque la vaca es tonta y el experto es el...

    La escuela, primaria y secundaria, es el lugar donde todos van a ver qué sacan porque primero se ha convertido a las familias en clientes cautivos, que no pueden elegir nada ni decir que no a ninguna imposición

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  8. Santiago: Los expertos deberían poder recomendar, pero muy pocas veces deberían poder imponer.

    No hay justificación alguna a imponer los curriculos que hay hoy en día en España.

    Los profesores son buenos, regulares o malos, como los propios padres, pero a diferencia de éstos, no tienen motivación ni interés personal en los alumnos.

    Esto que he visto hoy en El Pais, y ue te enlazo, no es ninguna novedad: hace años que todos los estudios dicen lo mismo, aunque parece que los expertos no sacan conclusiones.
    La conclusión más evidente que hay que sacar es que, cuando los padres están en situación de ser buenos "expertos" las cosas tiran más o menos.
    Pero cuando los padres están en mala situación, no hay ningún otro "experto" que haga una mierda, y las cosas van irremediablemente mal.

    Conclusión: la diferencia, aparte de las diferencias indviduales, la da la familia, no el centro, ni los profesores, ni experto alguno.

    Si los profesores y los centros no son capaces de influir ni cambiar nada, y como variable son un cero a la izquierda ¿cómo se atreven a seguir diciendo que ellos saben lo que conviene a los alumnos?
    http://www.elpais.com/articulo/sociedad/clase/perdedora/elpepusoc/20090407elpepisoc_1/Tes

    No sé si se admiten aqui etiquetas de enlaces

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  9. Aloe:

    Los profesores son buenos, regulares o malos, pero a diferencia de los padres:

    1.trabajan día a día en lo que es un colegio o instituto y, a fortiori, sabrán lo qué es la realidad docente mejor que cualquier padre.

    2. Como mínimo tienen formación universitaria y han tenido que aprobar unas oposiciones. Ya sé que eso no te hace un "experto", pero habrá más probabilidad de encontrar a alguien que sepa algo entre la comunidad universitaria que entre la gente de a píe.

    3. Ni la legislación ni la sociedad (gente como tú que nos tacha de ceros a la izquierda) favorece que podamos hacer mejor nuestro trabajo. Tenemos ratios de 30 alumnos (¿has oído alguna vez a treinta críos bakalas gritando sin parar? Yo sí), damos muchas clases a demasiados chicos (yo manejo más de 100 alumnos diferentes), la legislación nos prohíbe, por ejemplo, poner ceros en las calificaciones, los niños vienen muy bien educados de casa por sus padres, etc, etc, etc.

    4. A pesar de ello hay muchos profesores (la mayoría, por lo menos en los centros donde he trabajado) que intentan hacerlo lo mejor que pueden y se interesan mucho por sus alumnos. Todo intento de mejorar las cosas requiere horas extra, es decir, mucho tiempo que echas gratis, sin que nadie te lo pague, y aún así, muchos profesores lo echan. ¿Cuántos padres vienen a las reuniones del Instituto? ¿Muy pocos? Ah... pero que sean ellos los que decidan y los profes a callar.

    5. Los padres no saben lo que es un plan de centro, las funciones de un tutor o de un orientador, los derechos de los alumnos (sus hijos)... la mayoría no saben ni qué asignaturas ni qué profesores les imparten clases... Yo, que soy tutor de un grupo, no conozco a los padres de la gran mayoría de mis chicos y muchos de ellos pasan de mí como de la mierda cuando intento concertar citas con ellos... Pero vale, que sean los padres los que decidan y los profes callen.

    Pero, qué le vamos hacer, que ya no somos ni "expertos" en enseñar. Que venga entonces a dar clase el zapatero o el taxista que fijo que lo hace mejor que yo. ¿No lo dijo Ortega y Gasset?: en España lo normal es que la masa se ponga en lugar de la élite y la élite en la masa. Y si dices cosas así ya eres un elitista de mierda o un experto en ordeñas vacas tontas, y tienes que aguantar a gente que no tiene ni puta idea de lo que pasa que te diga la ocurrencia de turno.

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  10. Santiago, a mi no me sigas llorando.
    Si crees que no se puede hacer mejor y no se pueden obtener mejores resultados, y los profesores ya haceis lo humanamente esperable y posible, pues estupendamente. Duerme tranquilo y no te quejes.

    Se hablaba de adoctrinamiento y curriculos. El día que las asignaturas que el Estado exija para dar un certificado de secundaria sean las cinco o seis que deberían ser, y lo demás sea optativo, se acabarán los lobbies adoctrinantes, o al menos tendrán que dar la vara familia por familia, en lugar que que el Estado les traiga al rebaño a su corral ya bien atadito.

    En mis hijos da la casualidad que la experta soy yo. En gran parte porque me importan. A la mayoría de los padres ls pasa igual. A los centros los alumnos les importan una mierda. Y sin pasión por la tarea y por las personas la "expertitud" no es más que un fingimiento.
    Por tanto tú dirás lo que quieras, pero cuando se combinan padres que quieren con padres que pueden, los resultados son aceptables en el 90%. Cuando los padres no quieren o no pueden, los resultados son el fracaso escolar, en un tanto por ciento altísimo que puede llegar a los dos tercios. El que quiera oir que oiga.
    ¿Cual es la influencia de los centros y los "expertos"? Aparentemente tremendamente baja, pues no compensan abasolutamente nada las carencias familiares, mientras los padres sí compensamos a menudo las carencias de los IES, con esfuerzo y dinero por nuestra parte.

    Y ya vale de llorar, hombre. Doce horas de clase a la semana, dos o tres más de guardia o reuniones, y corregir en casa una semana de cada cuatro, no es lo que en otros trabajos llaman matarse. Y, al menos en Madrid, no haceis nada más, con excepciones honrosas.

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  11. Santiago, y no me hagas hablar de los tutores y los profesores, que maldigo con entusiasmo.
    Llevo hasta ahora ocho tutores de secundaria, y puedo "aprobar" a uno.

    No hace dos semanas que una compañera tuya en tutoría me ha dicho con toda la cara que: ella no está para ocuparse particularmente de mi hijo, faltaba más. Que no puedo hablar con los demás profesores como pretendo cada mes o dos meses, faltaba más. Que no va a comprobar cada clase si se apuntan o no los deberes en agenda o libretas, faltaba más. Que si el sistema de notificación de faltas al móvil no ha funcionado cinco meses por error informático, y no me he enterado de las faltas, eso no es su problema, faltaba más. Y así sucesivamente llevamos desde enero.

    Ah, en lo de saberse las leyes vigentes, allá andamos todos, pero algunos cobran por sabérselas y otros no: ésta, que es de las que sí cobra, ha terminado diciendome que la tutoría son dos periodos de cincuenta minutos a la semana (lo que tiene en el horario como clases) y lo demás no da tiempo y no se hace. Con dos ovarios, y las leyes no solo no se las sabe, sino que no le da ni verguenza porque ni sabe que está metiendo la pata.

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  12. Aloe:

    Identificada, no hay dudas, mujer con el síndrome de M-I (madre-inspectora).

    La madre con el síndrome de M-I hace cosas tales como decir que de ocho tutores que ha tenido su hijo sólo uno ha sido bueno. Es decir, la M-I, como su nombre indica es una inspectora: enjuicia, clasifica, interpela, ordena lo que según ella debe ser el buen funcionamiento de un colegio o instituto. Esa es su función si bien la realiza generosamente de modo gratuito.

    La M-I se presenta en el cole una o dos veces por semana (para que todos vean que es buena madre) a preguntar qué tal va su hijo. Si en ese momento no tienes un informe detallado de veinte páginas con bibliografía notarás que la M-I te mira cada vez con el ceño más fruncido. Ahora serás el tutor número nueve en su lista negra.

    La M-I culpa de los ocho suspensos de su hijo (el cual tiene que sufrir su hiperproteccionismo a diario, pobre criatura soñando con escapar de casa en cuanto tenga los 18) a lo incompetentes que son sus profesores y tutores.

    La M-I sabe de pedagogía y de gestión de centros (y ahora sé que también de legislación) mucho más que todo el claustro junto, y no duda en hacértelo saber en cada una de sus visitas semanales.

    La M-I sabe, como hemos podido leer, las cinco o seis asignaturas que deberían darse, siendo las demás optativas. Piensa de este modo que se acabaría el adoctrinamiento... ¿Puede usted decirme cuáles son esas cinco o seis asignaturas? Es que entre los ciento y pico profesores del claustro de mi centro no nos ponemos de acuerdo. Usted, como buena M-I que es podría aconsejar al director o, mejor aún, al consejero de educación. Propondré esa idea nada más volver de vacaciones.

    La M-I cree que porque la situación laboral de un profesor sea buena (puesto fijo, vacaciones, buen sueldo) ya no tiene derecho a quejarse de nada (y lo llama llorón) y confunde situación laboral con situación profesional (condiciones para realizar bien tu trabajo. Las cuales son malas en el caso del profesorado).

    La M-I piensa que los profesores somos gente desalmada y cruel que queremos, de algún modo, dañar a sus hijos. Ella, en su mundo de flores y elfos, piensa que debe defender a sus críos de nosotros.

    La M-I afirma que no hay nadie más experta que ella en sus hijos, lo cual es cierto. Sin embargo, al afirmarlo confunde que a los profesores no nos pagan por ser expertos en sus hijos, nos pagan por ser expertos en conseguir unos objetivos didácticos. A mí, en concreto, me pagan, por enseñar a Platón, y en eso, poco a poco, me voy convirtiendo en un experto(más, supongo que quien no lo haya hecho en su vida) por lo que creo que de eso sé más que la M-I, aunque seguramente, ella lo llegaría a negar.

    La M-I afirma que a los tutores nos pagan por conocernos las leyes, lo cual es un craso error. A un albañil le pagan por poner ladrillos, no por conocerse las leyes de urbanismo. Le convendría sabérselas, porque en ellas se recogen sus derechos y obligaciones, pero no le pagan por ello. Igualmente, a un tutor, le conviene saberse la legislación, pero igual que a un pescadero, taxista o floricultor. Igualmente, a una M-I, le convendría saberse la legislación si quiere defender eficazmente los derechos de sus hijos.

    En fin, todos los años tenemos dos o tres M-I por cada curso de 30. ¡Qué Dios nos salve de las M-I!

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  13. Santiago:
    lo que yo creo es que los poderes públicos no son quienes tienen que DECIDIR qué se enseña en las escuelas, igual que no deciden qué debe haber en el menú de cada restaurante (naturalmente, sí que pienso que el estado tiene derecho a PROHIBIR que se hagan ciertas cosas en las escuelas, como tiene derecho a prohibir que se hagan ciertas cosas en los restaurantes: aquellas que vayan contra los derechos de las personas, fundamentalmente).
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    Ahora bien, lo que también creo es que la CALIDAD de cada escuela debe ser medida con objetividad y, sobre todo, debe ser de CONOCIMIENTO PÚBLICO. Si a alguien le da la gana llevar a sus hijos a una escuela donde aprenden "Aprobar a mi hijo sin hacer nada I", y "II", y etc., pues fantástico, pero LOS DEMÁS también tenemos DERECHO a saber qué es lo que ha APRENDIDO ese fulanito, p.ej., cuando se trata de darle un puesto de trabajo, o de admitirlo en otro centro de enseñanza de un nivel superior. Es más, para estos casos, con un buen examen de ingreso se solucionaría la cuestión.

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  14. Jesús:

    Estoy plenamente de acuerdo en que los contenidos tengan que ser públicos, tengan transparencia, igual que todas y cada una de las acciones que se hagan con dinero público.

    Pero supongamos que hacemos un referendum para elegir las asignaturas que se dan y democráticamente la gente elige "Tócate los güevos" y esas cosas... Luego, tú dices que habría que medir objetivamente los resultados (por cierto, medir objetivamente los resultados implica que hay unos contenidos objetivos) y los alumnos se dan la gran hostia viendo que no han aprendido nada...

    ¿Suena extraño? Pues es efectivamente lo que está pasando a día de hoy. Los políticos nos obligan a bajar los niveles, a aprobar a todo quisqui, todo para maquillar los desastrosos resultados de fracaso escolar. Luego los chavales que, como han sacado un 9 en música, se meten a ingenieros y les dan un hostión el primer año de carrera (aquí esta tu criba objetiva).

    Si el político de turno estuviera bien asesorado por expertos (y no por los cuatro enchufaos, amigotes y demás, que es como funciona este país)y no hiciera las cosas siempre con intereses publicitarios y partidistas, se tomarían decisiones racionales y tendríamos asignaturas lógicas.

    No creo que democráticamente se pueda elegir no dar lengua ni matemáticas ni historia ni filosofía. Creo que objetivamente, hay conocimientos mejores para nuestros hijos que otros, por lo que creo que hay muchas cosas no elegibles democráticamente.

    Creo que dar matemáticas es mucho mejor que dar "Toma plastilina y lánzala a la papelera".

    Poner el límite en este caso en la defensa de los derechos humanos es abrir demasiado. Cuando un electricista va a mi casa no le digo haga usted lo que quiera mientras no me pegue ni insulte. No, le digo, arregle la bombilla. Creo que la educación es un asunto mucho más técnico y menos "adoctrinante" e "ideológico" de lo que muchos creen.

    Hemos pasado de una dictadura a un "todo vale" y cualquier forma de autoridad ya suena a facha. Qué no señores, que hay gente que sabe más que otra y hay gente que sabe hacer las cosas bien y otros no, igualmente hay contenidos mejores que otros.

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  15. Santiago: creo que estás cometiendo un error 'de libro' al utilizar la expresión 'decidir democráticamente'. Lo más característico de la democracia no es que las decisiones se tome mediante votación, sino el respeto a los derechos de los individuos. Imagínate que se aprobara por mayoría que los que se llaman Santiago tienen que llevar el pelo teñido de verde... Yo no llamaría 'democracia' a un sistema así. A veces lo más democrático es no tomar una decisión COLECTIVA, sino que cada uno haga lo que le salga de las narices (si no perjudica a nadie).
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    Lo que yo propongo no es, por lo tanto, que los 'contenidos' de la enseñanza 'se decidan democráticamente', sino más bien que no debería ser un asunto sobre el que la 'colectividad' tenga nada que decir: cada cual, que estudie lo que le dé la gana (o lo que le dé la gana a sus padres), o que cada escuela enseñe lo que libremente decida, y que cada familia lleve a sus hijos a la escuela que le salga de los huevos. Después de esto, que cada uno consiga el trabajo o el puesto que quiera DEMOSTRANDO LO QUE SABE, y si no ha aprendido nada, pues que se jorobe.
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    Supongo que con un sistema así, la INMENSA mayoría de los colegios y las familias elegirían, de hecho, unos contenidos bastante más LÓGICOS que lo que resulta de los tira y afloja políticos que están a la base de los planes de estudio actuales.

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  16. No, yo entiendo democracia como un instrumento de toma de decisiones basado en que las decisiones son, de algún modo (más o menos directamente o por medio de representantes), tomadas por el pueblo, lo que no conlleva a priori la defensa de ningún derecho (o sólo uno: el de participación política). Por ejemplo, podríamos tener una anarquía en la que sí se respetaran los derechos o no, o incluso una dictadura que respetara unos y otros no. Un estado que respeta derechos yo lo llamo Estado de Derecho.

    Y al hecho de que cada uno pueda hacer lo que quiera mientras no dañe a nadie yo lo llamo liberalismo (que también tiene otra versión en lo económico con Adam Smith y cía.). Por eso, se habla muchas veces de democracias liberales.

    En cualquier caso, eso no cambia la historia. Entiendo tu postura y me parece bastante razonable y más liberal, sin duda. No obstante creo que no hace falta llegar a eso (¿en qué cosas ha de meterse el Estado y en cuáles no?) porque como ya he dicho, no creo que existan tantas ofertas educativas diferentes. Al final las disputas se reducen a si o no a la religión o si o no a la Ciudadanía, asignaturas despreciables en la magnitud del currículo educativo. Nadie discute la validez de las matemáticas o de la lengua.

    Habitualmente la gente se preocupa mucho por el adoctrinamiento hacia tal o cual ideología cuando eso ocurre escasamente. Si los chavales estudian tan poco que, aunque quisieras adoctrinarlos, te harían chuletas... El único adoctrinamiento se da en religión, por lo que eso sí que se va fuera, pero en lo demás la cosa no funciona así.

    Necesitamos buenos profesionales, ingenieros que sepan física, química y matemáticas, periodistas que sepan escribir, arquitectos que sepan álgebra y trigonometría... Pues eso es lo que hay que enseñar. No veo dónde hay tanto problema.

    Pero donde si lo hay es en precisamente que no podemos hacer bien lo que todo el mundo está de acuerdo en que debemos hacer. El de inglés no puede enseñar inglés a 30 críos maleducados a los que ve tres veces por semana y a los que tiene que aprobar por no hacer nada si no quiere enfrentarse a padres, inspectores o al mismo equipo directivo del centro. En eso es donde debería centrarse el debate en cuestión.

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  17. Santiago:
    totalmente de acuerdo con todo (aunque a mí, más peligroso que el tema de la religión y la ciudadanía, me parece la multiplicidad de materias chorras introducidas en el currículum en los últimos 20 años)

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  18. Santiago, yo tengo muchas cosas que hacer en la vida, y muchas formas de pasar el tiempo agradablemente. Las obligaciones que se derivan de tener hijos que son estudiantes medianos (por ser optimista) las llevo muy mal y me pesan mucho. Para mi el ideal de madre de secundaria es firmar las notas y explicar de vez en cuando la meiosis o el alejandrino, en plan hobby, y no aparecer por el centro más que en la reunión pro-forma del primer trimestre.

    Me desagrada y me pesa profundamente ir continuamente a un sitio donde soy recibida a regañadientes para comprobar a mi pesar que la labor de tutoría no la hace el tutor (lo que perjudica al alumno) y no me la deja hacer a mi tampoco, como el perro del hortelano.

    Los centros se quejan oficialmente de que los padres no participan ni colaboran, y hacen extraoficialmente todo lo que pueden para mantenernos lejos, como acabas de demostrar.
    Si se puede por la intimidación y/o el ridículo, mejor, como estás intentando.

    Si te tomas el trabajo de enterarte un poco, verás que las enseñanzas o actividades educativas que funcionan medio bien, sean la secundaria de Finlandia, la de una escuela de música o la de un centro de scouts, involucran a los padres todo lo que pueden, y lo hacen como parte de las actividades normales.
    A mi estar en Finlandia me daría una pereza mortal, e ir al IES me da una pereza más que mortal.
    Pero en efecto la inspección no hace su trabajo, los tutores no hacen su trabajo, y el centro no hace su trabajo. Como mis hijos también hacen su trabajo malamente y a regañadientes (todo se pega menos la hermosura) pues aquí me tienes intentando, en días que tengo que pedir a cuenta de las vcaciones, intentando hacer yo algo del trabajo que toda esta gente no hace.

    Y, como demostración empírica de que las ideas topicas que circulan sobre la educación a menudo están equivocadas, y hace falta un esfuerzo cientifico de imparcialidad y pensar las cosas de nuevo que no estáis dispuestos a hacer, te recuerdo la siguente anécdota de Samuel Johnson: Según parece, una vez se tropezó con una señora que tenía alguna educación humanística y que mantenía una conversación maś o menos intelectual, como las que le ocupaban su tiempo a Johnson. Su comentario cunado le preguntaron su opinión fue: "Esto es como ver a un perro andando en dos patas: lo importante no es que lo haga bien, porque lo milagroso es que haya aprendido siquiera a hacerlo".
    Hoy en día el fracaso escolar de los alumnos varones es el doble que el de las alumnas, las licenciadas son el 57% del total anual, y los test de inteligencia y de resultados escolares da sistemáticamente mejor desempeño de las mujeres precisamente en competencias lingüísticas y "humanísticas", en todos los países desarrollados.
    Y a Johnson nadie le llevó la contraria, tan de cajón era entonces lo que dijo.

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  19. Y por cierto, estoy totalmente de acuerdo con el planteamiento de Jesús y te voy a desengañar de algo que has dicho con total suficiencia:
    Yo NO ESTOY DE ACUERDO con el 60% del curriculum que el Estado me impone, ni con muchos contenidos , ni con el enfoque con el que se dan.
    Para concretar en el tema de los curriculos, la mitad de las asignaturas sobra.
    Las únicas asignaturas que deberían ser obligatorias (para titular el que quiera titular) son Lengua (con mucha menos gramática y más practica, incluyendo modelos literarios), Matemáticas (orientada como las pruebas de Pisa, no con la orientación que tiene ahora), Ciencias Sociales, Ciencias Naturales e Inglés (orientado a entender el inglés y hablarlo aceptablemente, y mucho menos a hacer ejercicios de gramatica).
    Y punto. Lo demás debería ser voluntario, para el que quiera, y no ser necesario para titular en la ESO.

    Ah, y el Bachillerato debería ser posible sustituirlo por el aprendizaje que a uno de dé la gana, presentándose luego a la PAU sin más requisitos que tener la ESO y pagar los derechos de examen, con cualquier edad y sin que el expediente contase para nada.
    Y a correr.

    Esto no es pedir que se regale nada. Es pedir que este país deje de vivir en régimen cuartelario, pero sin poder elegir siquiera entre comer el rancho asqueroso o cocinar uno mismo (que nadie pretende que nos inviten a Arzak de gratis).

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  20. Y, Santiago: ¿Sabes cual es tu error basico de partida?

    Desde tu punto de vista, la educación es un asunto de los profesores, que no tienen que dar cuentas a nadie de cómo lo hacen, mientras los padres son unos auxiliares poco cualificados que están ahí para hacer el trabajo sucio, pero a los que no se debe ver ni oir, como a los criados de buena casa.
    Así que, como las señoras de mi infancia, os pasáis el día quejándoos de hay que ver cómo está el servicio, con esa mezcla de resentimiento y despecho de la clase media que ve disminuir sus ventajas.
    Porque los padres tenemos la culpa de todo lo que no va bien en la enseñanza, según parece, aunque no se nos debe oir ni debemos molestar, ni tenemos que romper platos, hombre.

    Sin embargo, el error de ese enfoque es total: la educación de nuestros hijos es fundamentalmente asunto de los padres.
    La responsabilidad es fundamentalmente de los padres.
    El procurar los medios necesarios es fundamentalmente asunto de ls padres.
    El asunto a quien importa es fundamentalmente a los padres.
    Y así sucesivamente.

    Los profesores son auxiliares en esa labor, por muy auxiliares cualificados que sean (que a menudo no lo son, pero aunque lo fueran).

    Y por tanto, quien debe pedir cuentas son los padres al sistema educativo, y no al revés. ¿Capisci?

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