Yo estas tonterías me las creo poco. "Afirmaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias". Entre otras cosas, porque en los años sesenta estar contenta con la propia suerte era prácticamente una parte de las obligaciones de una mujer. El artículista cita "el problems que no tiene nombre" como lo llamó Friedan, pero no parece haberla leído o entendido: si la respuesta a las encuestas no estuviera condicionada por las expectativas y deberes, el "problema" habría tenido nombre, para empezar. No lo tenía porque no estaba bien visto ni admitido estar insatisfecha con la vida que se llevaba. Y tampoco se iba a decir entonces en una encuesta.
Aun así, cabe extraer una conclusión optimista. Por un lado, la vida en USA en los años sesenta era mucho mas optimista y con expectativas de mejorar para todo el mundo. De hecho, fue la edad de oro del "way of life" americano. Hoy no es así, después de una generación entera en la que gran parte de la población ha visto estancarse o empeorar sus expectativas de salario y calidad de vida (desde los primeros ochenta). Por tanto, no sería extraño que gran parte de la población en general vea ahora la vida de color más tirando a ala de mosca. Si a pesar de eso los hombres se sienten más felices en conjunto que entonces, es que salen ganando con la mayor igualdad de género (y de raza, se podría quizá añadir). Así que la conclusión es que es mejor no ponerse atacados por ello: si así se está mejor, hombre.
Yo estas tonterías me las creo poco. "Afirmaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias".
ResponderEliminarEntre otras cosas, porque en los años sesenta estar contenta con la propia suerte era prácticamente una parte de las obligaciones de una mujer. El artículista cita "el problems que no tiene nombre" como lo llamó Friedan, pero no parece haberla leído o entendido: si la respuesta a las encuestas no estuviera condicionada por las expectativas y deberes, el "problema" habría tenido nombre, para empezar. No lo tenía porque no estaba bien visto ni admitido estar insatisfecha con la vida que se llevaba. Y tampoco se iba a decir entonces en una encuesta.
Aun así, cabe extraer una conclusión optimista. Por un lado, la vida en USA en los años sesenta era mucho mas optimista y con expectativas de mejorar para todo el mundo. De hecho, fue la edad de oro del "way of life" americano. Hoy no es así, después de una generación entera en la que gran parte de la población ha visto estancarse o empeorar sus expectativas de salario y calidad de vida (desde los primeros ochenta).
Por tanto, no sería extraño que gran parte de la población en general vea ahora la vida de color más tirando a ala de mosca. Si a pesar de eso los hombres se sienten más felices en conjunto que entonces, es que salen ganando con la mayor igualdad de género (y de raza, se podría quizá añadir). Así que la conclusión es que es mejor no ponerse atacados por ello: si así se está mejor, hombre.