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Pero, en fin, ya sabemos que el ser humano (y el darwinista menos aún, ¡pues no faltaría más!) no es quién para discutir las explicaciones-por-emanación-testicular (uséase: porque Le sale de Sus santos cojones) de los enrevesados diseños maquinados por nuestro Sublime Hacedor.
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Se recomienda ver el vídeo cuando ya se haya digerido bien la comida. A mí no me vengáis luego pidiendo que os devuelva dinero de los corderos o besugos que vuestro pésimo diseño estomacal hayan tirado por el váter en un inoportuno vómito.
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¡Ay! Qué sensibles somos... Hay que recordar que el sufrimiento de los animales no es parecido al de los humanos así que cuidado con llevar demasiado lejos la empatía.
ResponderEliminarAnda, ¡feliz navidad!
Jesús:
ResponderEliminarLa prueba del nueve de la máxima credulidad de los creacionistas está más acá: en la cantidad de enfermedades de las que no nos podemos librar. Ponga en la balanza los virus, los estafilococos multirresistentes y tanto parásito y el filtro de Dembski en el otro platillo.
Nos toca a nosotros, no a la larva, sufrir diseños bastante cabrones. Y, por último, el Good Old Designer es un chapucero de cuidado: de todo lo que ha diseñado, la gran mayoría se ha extinguido o se está extinguiendo.
Por el contrario: esta "cahtehpillah" (me hace gracia el acento non-rhotic) ha sido diseñada por Dios como una anticipación del Cristianismo. La muy gilipollas protege a las larvas tras ser devorada por estas, es verdad que inducida por la química... pero es que los caminos del Señor son inescrutables.
ResponderEliminar¿No decía San Ambrosio que, si las hembras del buitre podían ser fecundadas exponiendo sus genitales al viento del Sur, cómo iba a ser un disparate la concepción virginal de Nuestro Salvador?
Héctor, me interesa el enlace, pero no zurula :P
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