.
Lo cierto es que con las dos me lo pasé bien, que es lo mínimo que puede pedírsele a un gasto de siete euros y pico por entrada. Avatar da demasiado tufillo a ecologismo naïf, el protagonista duerme demasiado poco, y las alienígenas son demasiado planas para mi gusto, pero aun así, la trama es entretenida y los efectos especiales y decorados (si hay alguna diferencia entre ambas cosas) merece la pena verlos. Y eso que la tuve que ver en 2D, a causa de un percance automovilístico.
.
Pero a lo que iba. La película ha supuesto la confirmación de lo que quiero calificar como:
.
La ley fundamental del cine de acción,
.
que, a saber, reza como sigue:
.
"no importa lo sofisticado de la tecnología que se muestra en una película de acción, el jefe de los malos acaba siempre vencido mediante una pelea a puñetazo limpio".
.
Es cierto que, en este caso, ayudan un poco el arco y las flechas, pero no dejan de ser tecnología tan paleolítica como las hostias.
.
A propósito de Planet 51, que entré a ver como toro en chiquero, y con la que a los pocos minutos ya me estaba riendo, lo que más me gustó fue, no sé si lamentablemente, lo mismo que en el caso de Ágora: que no parece una película española (seguro que estas dos las descargan en el pitupí mucho más que Mentiras y gordas). Hay que reconocer que el guionista (que es, probablemente, la delikatesse cinematográfica de la que más escasos andamos por estos andurriales) es un fenómeno, comprado a peso de oro en el mismo bazar de Jolibú, y que la ambientación está concebid ab initio para su venta en el mercado norteamericano (o sea, mundial), pero el resto de la producción es mayoritariamente ibérica.
.
Lo que demuestra que la supuesta ley del cine español (que reza "las películas españolas son un coñazo infumable con una probabilidad que tiende a uno") es falsa: los españoles, cuando tienen algún incentivo para hacer películas que le gusten a la gente (lo que no quiere decir sólo a sus compatriotas), en lugar de películas que se limiten a mostrar las masturbaciones ideológico-sociológicas de sus perpetradores, son capaces de buscarse la vida para conseguir los medios con los que hacer películas del primer tipo.
.
P.D. Por cierto, ¿alguien sabe con qué acento hablan en la versión inglesa los dos soldados lobotomizados? ¿Y con qué acento lo hacen en la versión distribuida en Argentina (supongo que en este caso será con acento gashego)?
.
> Hay que reconocer que el guionista (que es, probablemente, la delikatesse cinematográfica de la que más escasos andamos por estos andurriales) es un fenómeno, (...)
ResponderEliminarYo creo que más que con los guionistas tiene que ver con los productores. Cuando le echan narices sale esto, o Intacto, o Tesis, o...
Hombre, las leyes de las películas de acción con héroes son algo curioso y digno de estudio. Yo creo que hay algunas más, que no sé si se cumplen en Avatar porque no la he visto. Alguna que he observado:
ResponderEliminar* Si hay algún amigo del prota que comete traición por debilidad, que es un borracho o que tiene un pasado despreciable, indefectiblemente morirá por salvar a los buenos, redimiendo así sus culpas. Por regla general, en cuanto sale un amigo dudoso del héroe, sabes que la palmará antes del final.
* La ley anterior también se aplica a la chica de moral sexual distraída o que está liada con el malo pero que tiene buen corazón.
* También se aplica a los terceros en discordia en un triángulo amoroso con el prota y la chica. Sobre todo si es un amigo leal. O si es un amor imposible por diferencias raciales o similar. (Esta ley tiene algunas excepciones. El pretendiente o la amiga salvan la vida si son herederos de un reino, científicos importantes, o, en general, si tienen otra misión en la vida que les consuele de una vida solitaria).
* Los malos importantes mueren en general por su culpa, en medio de la pelea a puñetazos que mencionas: se caen por un precipicio, se los come el monstruo, explotan junto con la nave, etc. Esto sucede cuando los buenos se defienden desesperada y valerosamente, y el malo finalmente encuentra la muerte que había preparado para los buenos.
*Estos escrúpulos buenrollistas respecto a los malos importantes no se aplican a los esbirros: los esbirros mueren como moscas a manos de los buenos durante todo el metraje, generalmente porque tienen muy mala puntería y son tontos. En una peli de héroes, una lucha igualada es de cuatro malos por cada bueno: los malos pelean siempre peor.
*Tradicionalmente a las malas-malas las mata otro malo, los buenos no matan mujeres. Esta ley quizá está siendo modificada en los últimos tiempos.
*Cualquier vampiresa que emplee sus insidiosos encantos para salirse con la suya en estilo ondulante y descarado, resultará impepinablemente ser mala-malísima. En cambio cuando la chica buena engatusa a algún malo por motivos heroicos, lo hace como dios manda: en estilo vecinita-de-al lado o en estilo descaradamente paródico. En otros tiempos la buena no llegaba a la cama en estas lides, solo la mala. Esto también se está revisando.
* Por regla general, las mujeres feas son también malas. Las únicas excepciones admitidas son algún secundario cómico, como la tía solterona de alguien o la irascible pero bondadosa tabernera. Y viceversa, las guapas son buenas excepto si van de vampiresas, en cuyo caso se aplica la ley anterior.
* En los hombres, el escalafón de atractivo, en cambio, sigue más al escalafón de poder: los esbirros son feos, algunos de los buenos secundarios también (o si no, cojos, o negros, o algo), pero los importantes son atractivos: el malo en estilo siniestro, y siempre menos que el prota, claro.
No sé si estas leyes clásicas se siguen cumpliendo en las actuales pelis de acción para adolescentes. Ya no las veo, excepto las mejores cuando las echan por la tele.
Bueno, una peli de acción puede ajustarse también al patrón de la tragedia. Es menos común, pero también se da.
ResponderEliminar... aunque el otro problema, Aloe, es que se supone que las pelis de acción, con tanta muerte, violencia y todas esas cosas "desagradables", son cosas de tíos. Al menos, eso pretende el feminismo radical.
ResponderEliminarY otro problema más es la simbología. Estas pelis están llenas de símbolos fálicos: espadas, hachas, sables láser... ¿Qué posibilidad tendría una heroína feminista? ¿Encerrar a los malos en una "heart-shaped box"?
Se supone que, en el clásico mito del héroe, éste es devorado por un dragón al que luego destroza desde el interior a golpe de mandobles. En el neomito de la heroína, sería ésta la que tendría que meterse el dragón pa'dentro de una manera u otra. Supongo que comiéndoselo. Comerse un dragón, cola y escamas incluidas, consumiría la mitad de la peli. Además, primero tendría que sazonarlo...
El mito del héroe enchochado, según Kurt Cobain:
ResponderEliminarShe eyes me like a pisces when I am weak
I've been locked inside your Heart Shaped box, for weeks
I've been drawn into your magnet tar pit trap
I wish I could eat your cancer when you turn black
Pues yo me he bajado Mentiras y Gordas y he flipado.
ResponderEliminarYo me he bajado Planeta 51 y me he reído un montón. Cuando salga en DVD la compraré.
ResponderEliminarAloe, has hecho un resumen muy bueno de lo que es el relato épico. Los seres humanos tratamos de crear modelos ideales del mundo que nos permitan conocerlo y reducir nuestra incertidumbre y desde "siempre" los relatos han cumplido esa función con respecto a la naturaleza y la sociedad.
En el relato está plasmada la idea de qué es la sociedad y qué debe ser para que funcione conforme a los deseos del que hace el relato o del que lo escucha. Ahí, los papeles de los individuos están bastante bien definidos, con su reparto de funciones paro edades, sexos, habilidad, por las cualidades que nos hacen creer que tiene éxito o que nos benefician o perjudican a los demás. Ver el relato es ver una idea y proyecto de sociedad concretos.