No creo que sea justo decir que Bach era su propio negro. En aquella época no habian adquirido todavía la superstición romántica acerca de la obra de arte como novedad absoluta y lo "original" como equivalente a "valioso" y hasta "sagrado". Un músico profesional me parece que se veía mas como un artesano especializado, con unos compromisos y encargos que cumplir a fecha fija, y si tenía por ahí unos pentagramas con buenas ideas que en la ciudad no había oído mucha gente todavía... pues era el momento de sacarles un partido y arreglarlas de otra manera para que cumplieran el papel. Vamos, que a mi me parece que hacía estupendamente.
Por cierto, en la era de las descargas gratis, posiblemente todos los artistas vuelvan a ser negros, lo que está muy bien, porque así desaparecerán los negreros, que son los que se llevan una parte superior a la que justamente les corresponde
Imagina la cantata profana, que la habían oído unos cuantos nobles nada más, llena de música maravillosa, y la posibilidad de adaptarla a una nueva obra con una nueva letra para la iglesia y el público. ¿No habría sido un desperdicio no utilizarla?
Además, Bach recicla con frecuencia sus obras, adaptándolas a nuevos dispositivos instrumentales o del órgano a la orquesta o de la orquesta al órgano. Tienes un fragmento de una de la sonatas para violín solo que es adaptada a órgano con orquesta como movimiento de una cantata. O una sonata que usando el mismo bajo cifrado pasa de un solista a dos. No son meras repeticiones sino la explotación de unas ideas a las que una sola versión se les quedaba estrecha.
Bach desborda hasta a él mismo. Hay maravillosas adaptaciones de las sonatas para órgano a versiones con violín, flauta y continuo, o con otras combinaciones instrumentales. O versiones de El Arte de la Fuga para instrumentos que parecen hechas a propósito por el compositor. Y adaptaciones de los conciertos de clave para violín o para oboe que se suponen que fueron las versiones originales de las que Bach hizo adaptación para clave y orquesta.
No creo que sea justo decir que Bach era su propio negro. En aquella época no habian adquirido todavía la superstición romántica acerca de la obra de arte como novedad absoluta y lo "original" como equivalente a "valioso" y hasta "sagrado".
ResponderEliminarUn músico profesional me parece que se veía mas como un artesano especializado, con unos compromisos y encargos que cumplir a fecha fija, y si tenía por ahí unos pentagramas con buenas ideas que en la ciudad no había oído mucha gente todavía... pues era el momento de sacarles un partido y arreglarlas de otra manera para que cumplieran el papel.
Vamos, que a mi me parece que hacía estupendamente.
Aloe: a mí también (lo decía de coña, y sin ánimo de faltar a los negros, que son una profesión muy digna).
ResponderEliminarPor cierto, en la era de las descargas gratis, posiblemente todos los artistas vuelvan a ser negros, lo que está muy bien, porque así desaparecerán los negreros, que son los que se llevan una parte superior a la que justamente les corresponde
ResponderEliminarImagina la cantata profana, que la habían oído unos cuantos nobles nada más, llena de música maravillosa, y la posibilidad de adaptarla a una nueva obra con una nueva letra para la iglesia y el público. ¿No habría sido un desperdicio no utilizarla?
ResponderEliminarAdemás, Bach recicla con frecuencia sus obras, adaptándolas a nuevos dispositivos instrumentales o del órgano a la orquesta o de la orquesta al órgano. Tienes un fragmento de una de la sonatas para violín solo que es adaptada a órgano con orquesta como movimiento de una cantata. O una sonata que usando el mismo bajo cifrado pasa de un solista a dos. No son meras repeticiones sino la explotación de unas ideas a las que una sola versión se les quedaba estrecha.
Bach desborda hasta a él mismo. Hay maravillosas adaptaciones de las sonatas para órgano a versiones con violín, flauta y continuo, o con otras combinaciones instrumentales. O versiones de El Arte de la Fuga para instrumentos que parecen hechas a propósito por el compositor. Y adaptaciones de los conciertos de clave para violín o para oboe que se suponen que fueron las versiones originales de las que Bach hizo adaptación para clave y orquesta.