29 de octubre de 2009

EL ARGUMENTO FARYLÓGICO (DE "EL FARY") PARA DEMOSTRAR LA EXISTENCIA DE DIOS)


Muchos intentos de prestiargumentación se han ingeniado a lo largo de la historia, para conseguir demostrar la existencia de dios. Todos ellos se basan en la COMPULSIÓN que experimenta la víctima... perdón, el razonador, a considerar como "natural" algún "principio" de los que se utilizan en el argumento.
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De todas estas "pruebas", la que me parece más entrañable es la que podemos llamar, en homenaje al eximio cantante de coplas José Luis Cantero, "El Fary", "EL ARGUMENTO FARYLÓGICO". Un ejemplo de el "principio compulsivo" que opera en este caso lo comentaba El Buscador en un entrada reciente de su blog, a propósito del desbarre punsetiano sobre si "sería un desperdicio" el que estuviéramos solos en el universo.
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Una utilización reciente de este principio la critiqué en el artículo "La cruzada de las librerías", a propósito en particular del teólogo Hans Küng, cuyo principal argumento para predisponer al lector a favor de la existencia de Dios en el libro El principio de todas las cosas, es, de nuevo, la tesis de que "sería un desperdicio" el que un universo tan majestuoso, complejo y espectacular como el nuestro, incluyendo nuestras apasionantes o anodinas biografías, estuviera condenado a NO SER CONTEMPLADO ETERNAMENTE POR NADIE.
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¿Y qué tiene que ver "El Fary" con todo esto? Pues no puede estar más claro. Es conocida su aventura de una noche con la actriz Ava Gardner, cuando él trabajaba de taxista en el Madrid de principios de los sesenta. ¿Y qué fue lo primero que hizo, tras tan holliwoodiense polvazo? ¡¡¡Pues ir a contárselo a sus amiguetes!!! Porque, evidentemente, un casquete con tan fastuosa sex symbol "carece de sentido" si no es para contárselo a alguien.
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Más:
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8 comentarios:

  1. Oiga. El que hizo alarde de tal polvo fue Luis Miguel Dominguín. Al margen de que podría ser una leyenda urbana, claro.

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  2. Lole:
    el caso de Dominguín fue distinto: lo suyo con la Gardner fue un romance muy sonado en la época, entre dos famosísimos. Lo del Fary, por entonces un vulgar taxista veinteañero, fue -de hacer caso a lo que él contaba- un polvo de una noche, o de un rato.

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  3. Los que hablan de desperdicio son deístas en toda regla pues consideran que el universo fue proyectado por una inteligencia demiúrgica, una especie de ingeniero o arquitecto quintaesenciado cuya naturaleza daría sentido a una consideración finalista o utilitarista de lo existente. Es la misma gente que no cree en la casualidad sino en la causalidad al proyectar por doquier una concepción antropomorfa en el ser de los entes.

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  4. Yo le llamaría más bien el argumento "parque temático", que queda más claro. O al menos a mi, que me ha costado entender el paralelismo.

    O sea: "¿Vamos a permitir que el paraje incomparable Tal, con su espectacular fauna, flora y todo lo demás, quede sólo para la contemplacón de los cuatro nativos y tres frikis que van por allí un rato al año después de andar diez horas...?"
    "¡De ninguna manera!: Inmediatamente vengan carreteras, restaurantes, excursiones guiadas, cientos de autobuses, kioscos de souvenirs, y toda la parafernalia imprescindible para sacarle partido a los tres millones de visitantes... Otra cosa es un desperdicio."

    Porque espero que no haya mucha gente que sólo le vea la gracia a un polvo en contarlo en el bar.
    O igual la hay. El mundo es muy raro, y los hombres son más raros aún.

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  5. Joer, pues conozco a una que me mantiene informado de casi todo lo que hace... sin yo habérselo pedido jamás. Se lo he soportado hasta ahora por la novedad: siempre había sabido que las tías se cuentan casi todo, pero entre ellas, y esto de que venga a contármelo a mí es casi un fenómeno antropológico digno de estudio.

    Claro, la señorita se mosquea cuando me pide reciprocidad en las confesiones y ve que no suelto prenda. Pero al día siguiente se le pasa, me vuelve a llevar de copas como me descuide y me suelta de nuevo todo el rollo.

    Hay gente para todo...

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  6. Freman: Yo creo que esa quiere rollo. Pero es solo una opinión mía. Sin verla en directo no lo puedo asegurar. :-)

    Si es que las mujeres somos fáciles de entender, sobre todo si se ve el lenguaje corporal. Los hombres suelen tener la expresividad de un tarugo, al menos para mi.

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  7. Pero es solo una opinión mía

    Bueno, los hombres, invariablemente, tenemos ese tipo de opinión. Pero no sé si será limitación mía: el caso es que ese tipo de conversaciones no me anima, precisamente. Estoy acostumbrado a escuchar confesiones sobre aventuras "sentimentales" (Buda dijo que tenemos dos orejas y una sola boca por algún motivo). Pero esto de descender al detalle atlético y sudoroso me sobrepasa. Es bastante parecido a tener al Fary al lado alardeando de sus conquistas.

    A lo mejor es que esta señorita es en realidad un mariquita atrapado en el cuerpo de una tía...

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  8. Y como tú eres una lesbiana atrapada en el cuerpo de un hombre, de ahí que escuches tanto este tipo de confidencias.
    Al final todo va encajando...

    (Yo solo soy una borde asocial atrapada en la mente de una ciudadana cumplidora y razonable. Eso sí que es un drama)

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