28 de septiembre de 2012

VIVA LA VIOLENCIA

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Eso deben de pensar en sitios como la Dirección General de Seguridad (perdón, ¿ya no se llama así?), o en otro tan "civilizado" como el Centro Pompidou, que acaba de inaugurar la estatua que sale en la foto.
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Desde el Otto Neurath proponemos que se instale otra estatua en el Palacio de Congresos de Madrid (no el Congreso, ni el de Ifema, sino el que hay frente al Bernabéu) representando la "caricia" de Juanito a Lothar Mathäus, y que invitemos a la Merkel a la inauguración. Seguro que nuestro a viril y ultrahispano gobierno le parece una idea estupenda.
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27 de septiembre de 2012

DE SOL A SOL: LOS TRES ÚNICOS CAMINOS

Reedito esta entrada de la pasada primavera, al albur de los acontecimientos del 25S. Vaya desde aquí mi solidaridad con los motivos de los manifestantes, pero también mi rechazo hacia las formas en la que ingenuamente pretenden llevarlos a la práctica, que no hacen más que proporcionar argumentos gratis a los que quieren identificar esos motivos con algo así como la revolución castrista.

Este artículo es el primero de los recogidos en el libro Más allá de la indignación: supositorios de pensamiento para después del 15M y del hundimiento del sistema político (Amazon, 0,98€)



Sólo se me ocurren tres caminos para los "indignados" del movimiento 15M (los isidrines, como me gusta llamarlos cariñosamente); o mejor dicho, dos posibles caminos para su movimiento, no para ellos como personas, faltaría más. Y me refiero a caminos pacíficos y legales. También sería posible que la cosa degenerase en un movimiento revolucionario y violento, pero supongo que la inmensa mayoría de los isidrines rechazarían tal cosa.
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Uno de los caminos es de la contestación y la revuelta permanente, la "resistencia-pasiva activa", el convertirse en un movimiento de "agitación social", dirigido fundamentalmente a promover entre la sociedad el boicot de todo aquello que se considere antidemocrático o perjudicial para la inmensa mayoría de la población. Por ejemplo: "los políticos no se preocupan del bienestar de los ciudadanos; usemos por lo tanto todos los medios legítimos posibles para poner de manifiesto en sus propias narices su falta de interés; boicoteemos con las reivindicaciones ciudadanas las reuniones de los consistorios municipales, de las asambleas autonómicas, del gobierno central, etc., etc., especialmente cuando se estén decidiendo cosas en contra de los intereses ciudadanos" (se trataría de acciones intermedias entre el "oso-antimoroso" que perseguía al alcalde de Madrid, las performances de Greenpeace, las madres de la Plaza de Mayo, y las megamovilizaciones ante el G-8, pero organizadas de modo constante y frente a todos los niveles de la administración).
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O, por ejemplo: "los bancos y el sistema financiero explotan injustamente a la sociedad; boicoteémoslos, convenciendo a la gente de que saque su dinero de los bancos que no cumplan unos mínimos -o máximos- criterios éticos; o hagamos campañas informativas sobre los trapicheos de los que tengamos noticia".
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O, por ejemplo: "el sistema actual no garantiza el acceso a la vivienda: organicemos un movimiento general de 'okupación' de viviendas vacías".
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O, por ejemplo: "los empresarios aprovechan la coyuntura económica para explotar a los trabajadores: boicoteemos los productos de sus empresas".
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O, por ejemplo: "las políticas de austeridad crean más miseria: agrupemos todas nuestras acampadas frente a la sede del Banco Central Europeo y frente a los domicilios de sus principales dirigentes, hasta convencerlos de que adopten una política monetaria keynesiana y empiecen a imprimir billones de euros con los que financiar los déficit públicos y las políticas de bienestar que se están reclamando" (y de paso, todos con camisetas con la cara de Paul Krugman).
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O, por ejemplo: "el sistema educativo es una mierda: que los padres de los alumnos se pongan en huelga y no lleven a sus hijos al colegio hasta que haya soluciones verídicas".
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Naturalmente, el problema de este camino es que, con toda probabilidad, sería seguido sólo por una proporción mínima de los presuntos indignados. La mayor parte de la gente, incluso de aquellos más persuadidos de que las reivindicaciones isidriles son razonables y justas, no asumirían el coste de estas acciones (ni se pasarían la vida de cacerolada, ni se atreverían a sacar el dinero del banco -si lo tienen, o lo que tengan-, ni dejarían de comprar, etc., etc.). Ello por no hablar del riesgo de que, a medida que sólo los más radicales se quedaran siguiendo este camino, emprendieran acciones cada vez más violentas.
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El segundo camino, que a mí personalmente me parece el más razonable y productivo, es transformar el movimiento 15M en un partido político creíble (aunque sea con todo el dolor de su corazón), que intente convencer a la gente de que las medidas que propone serán beneficiosas, y que las lleve a cabo desde dentro de las instituciones.
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Al fin y al cabo, si el movimiento tiene unas reivindicaciones, se supone que a quienes éstas van dirigidas es a los partidos políticos representados en el parlamento, que es la institución que puede tomar la decisión de instaurar leyes que recojan aquellas reivindicaciones. Pero, ¿qué sentido tiene pedir, o "exigir", a un partido que vote por una propuesta que no figura en su propio programa electoral? Es más sensato presentarse directamente a las elecciones con dichas propuestas, y si es verdad que la gran mayoría de la población las considera suyas, pues lo expresarían así con sus votos, ¿no?
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Naturalmente, los isidrines parecen pensar más bien que no. O bien no confían en que la gente votará en número suficiente a un partido basado en el movimiento 15M, o bien no confían en que el "sistema electoral" les dé "igualdad de oportunidades". Pero esto último es una falacia, aceptada tan sólo por el miedo a perder. Es cierto que los grandes partidos tienen cogidos por los huevos los mecanismos tradicionales de propaganda y "creación de opinión", pero si algo ha demostrado el 15M es que esos mecanismos tradicionales hacen aguas por todos los lados, gracias en gran medida a internet, a las redes sociales, y a ese tipo de cosas.
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Otra cosa es el miedo a perder: ¡seguramente que no ganarán las elecciones! (al menos a corto plazo); pero incluso una pequeña presencia en el parlamento podría ser muy importante como vía para expresar sus reivindicaciones y a lograr parcialmente algunas de ellas, sobre todo allá donde se convirtieran en "bisagra". Al partido socialista le costó décadas conseguir un primer diputado, y más de un siglo llegar al gobierno (y mucho menos volverlo a perder). A los liberales británicos no les va mucho mejor. Pero carajo, en eso consiste en gran parte la democracia, en aceptar que tus reivindicaciones sólo tienen la fuerza de la cantidad de gente que las apoya con sus votos, y ni un miligramo más, por muy legítimas y autoevidentes que les parezcan a sus redactores.
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Y por último, el tercer camino, el más incierto y nebuloso. La principal idea-fuerza (qué expresión más horrible) tras el movimiento 15M es que los políticos se han olvidado del interés de los ciudadanos. Una posible forma de reacción tendría que ser, por tanto, la de incrementar la relevancia social de todos aquellos ámbitos e "instituciones" (en el sentido sociológico de la palabra, no en el político) en donde los políticos no tengan nada que hacer ni que decir. Esto es ciertamente difícil en un mundo como el nuestro, en el que casi todo está censado, regulado y gravado con impuestos. Pero se trataría de ir inventando formas de crear espacios "libres de intervención política", que poco a poco fueran extendiéndose hasta tener la fuerza suficiente como para negociar con las otras "instituciones" (en el sentido político: el Estado, los ayuntamientos, la Unión Europea, etc.).
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A la corrupción de la democracia en la antigua Grecia le sucedió un movimiento así, una especie de "descubrimiento de lo privado", que dio lugar al Jardín de Epicuro y a otras cosas parecidas (incluida la Iglesia cristiana). Frente a los absolutismos de la Edad Moderna, la gente reaccionó también con la creación de lo que se ha llamado "la sociedad civil" (que fue precisamente la que negoció con las "instituciones políticas" la creación de los estados democráticos a partir del siglo XVIII). Tal vez sea hora, por tanto, de un tercer movimiento de verdadera "privatización" de la vida pública.
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Aunque, por supuesto, los tres caminos se cruzan y se mezclan ad infinitum.
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25 de septiembre de 2012

LA NUEVA POLÍTICA EDUCATIVA

Según los rumores que corren por los pasillos de la sede del Ministerio de Educación, el ministro Wert está buscando el teléfono de Anna Tarrés para encargarle, ahora que se ha ido al paro, el diseño de la nueva reforma pedagógica. El único problema es que a lo mejor a algunos gerifaltes del PP les parece demasiado catalana para la que está cayendo.

18 de septiembre de 2012

¿POR QUÉ PODEMOS RESISTIRNOS A ACEPTAR EL MULTIVERSO CUÁNTICO?

Seguimos con la serie de entradas a propósito de David Deutsch (ahora más bien sobre The fabric of reality) Debo reconocer que su argumento en defensa de la interpretación de los "muchos mundos" es sumamente razonable: puesto que los resultados de los experimentos (el de la doble rendija) muestran que el lugar en donde termina llegando un fotón está determinado, mediante las interferencias de la función de onda, por los otros caminos que el fotón puede tomar, de ahí se seguiría que estos otros "caminos" tienen una existencia real, es decir, no son meros fotones "virtuales", sino fotones tan reales como los que detectamos empíricamente. Estos fotones "paralelos" son, en términos de Deutsch, elementos imprescindibles en nuestra mejor explicación de por qué pasa lo que pasa en esos experimentos.
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Pero lo cierto es que al argumento le veo un par de fallos:
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1) No hay realmente una "explicación" de "por qué pasa lo que pasa", en el sentido de que la teoría no nos ofrece una explicación de la "relación causal" que existe entre las partículas de cada mundo: ¿cómo es que al, digamos, electrón que observamos sólo le afectan, de las partículas "paralelas", su presencia o no en determinado lugar de la función de onda a efectos de cálculo de la probabilidad de hallarlo en tal o cual sitio, pero no le afectan las otras propiedades físicas de esas partículas (su carga, su masa, su energía, etc.)? ¿Cuál es el sentido preciso en el que la función de onda supone una "descripción de cómo son las cosas", y no una mera herramienta de cálculo? Al fin y al cabo, ¿puede esta distinción ser formulada y entendida si la aplicamos con la mayor generalidad posible? Esto me llevaría a lo que quiero tratar en otras entradas, pero, por resumir, mi duda es si lo que entiende Deutsch por "explicación" ("una descripción de cómo son las cosas en el fondo") no se reduce al mero acto de expresar una mera fórmula que, precisamente, nos dé una "mera" descripción y no un "por qué", sólo que una "mera" descripción de lo que pasa "en el fondo" (que, por otro lado, no es EL fondo, sino hasta donde hemos podido llegar como máximo). Vaya, que cuando estamos "en el fondo" no podemos expresar la diferencia entre lo que es "una explicación realista" y lo que es "una mera herramienta para la generación de enunciados meramente descriptivos".
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2) El recurso a entidades explicativas "inobservadas", que al final, tras muchos intentos de observarlas, se han terminado considerando "indetectables", pero que luego han sido puestas en evidencia como supuestos inútiles gracias a teorías nuevas, es demasiado frecuente en la historia de la ciencia como para no sospechar cada vez que se hace referencia a ese tipo de entidades. Newton y sus contemporáneos sospecharon por razones metafísicas y epistemológicas que la "fuerza de la gravedad" podía ser un timo (hypotheses non fingo), aunque acabaron aceptándola "porque era un elemento esencial de la mejor -¿única posible, según ellos?- explicación de los hechos conocidos"... hasta que llegó Einstein y con un plumazo se deshizo de la necesidad de aquella hipótesis. Algo similar ocurrió con el éter electromagnético: era "obvio" que, si la luz era una onda, tenía que ser una onda "de algo", hasta que el mismo Einstein propuso una teoría según la cual no hacía falta que los fotones fueran ondas "de nada" para tener propiedades ondulatorias. Así que sospecho que con los "muchos mundos" puede terminar ocurriendo lo mismo: tal como está ahora la teoría cuántica, parece difícil rechazar que los "caminos posibles de una partícula" ejercen alguna influencia causal en el camino efectivamente observado, y por lo tanto, deben ser "reales" en algún sentido... pero es posible que futuras teorías obtengan los mismos resultados sin la necesidad de "fingir esa hipótesis".
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Más:
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Quanticum quanticorum
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13 de septiembre de 2012

UNA DE PROTESTAS

Es cierto que cuando la gente está hasta las narices, pueden prenderse mechas a las que las muchedumbres se agarran desesperadamente, aun sin saber en dónde, cuándo ni debajo de quién van a explotar. El nivel de racionalidad, de cálculo sosegado de riesgos, costes y beneficios, derechos y deberes, no suele acompañar a las pisadas de las masas ni de los ejércitos. Pero la historia ha funcionado a menudo con estos "cambios bruscos de fase" impredecibles, y ya veremos a dónde nos conducen los siguientes que veamos, en Barcelona, Madrid, el norte de África...
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Pero me llama la atención, en particular, la ceguera de muchos izquierdistas ante los salvajes ataques de islamistas rabiosos: en seguida aparecen las consabidas injusticias cometidas por los EEUU y por el sistema capitalista como justificaciones de la indignación musulmana. Pero estas justificaciones ignoran olímpicamente el hecho de que los motivos en los que estos cheguevaras de barra de bar apoyan la causa de los "oprimidos del mundo" los tienen los radicales islámicos todos los días delante de las narices, pero sólo saltan en estos arrebatos de furia cuando se les toca lo único que de verdad parece importarles hasta el trastorno de su humanidad: los supuestos 'ataques imperdonables' contra Mahoma o el tocho soporífero que dicen que dictó. ¡Caramba! Menuda forma de protestar contra la opresión, la pobreza, el injusto reparto de la rentas (por cierto, pocas veces les da por asaltar a lo bestia los palacios de sus propios jeques, que algo tendrán que ver con las enormes desigualdades económicas que se padecen en los países de mayoría musulmana).

6 de septiembre de 2012

DAVID DEUTSCH Y LA EXPLICACIÓN DE FIERABRÁS

The beginning of infinity, de David Deutsch, un libro que me he leído animado sobre todo por la insistencia de un asiduo visitante de este blog, es un libro que contiene numerosas ideas interesantes, algunas de ellas correctas, y otras muchas no tanto; por desgracia, como suele ocurrir, entre el grado de interés y el grado de corrección de estas ideas hay una relación inversa.
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Es imposible para un positivista como yo no ("positivista" no en el sentido estrecho que le da Deutsch, identificando al positivismo, como es habitual, con un inductivismo fenomenista rancio y simplón, sino en el sentido en el que muchos consideran incluso a Popper -el filósofo favorito de Deutsch... bueno, el único filósofo que le merece un poco de respeto- como un eximio representante del positivismo), digo que es imposible para un positivista como yo no simpatizar con bastantes de las ideas de este físico cuántico metido a "enmendador-de-la-plana-de-cuanto-bicho-viviente-se-haya-atrevido-a-decir-algo-antes-que-yo": su defensa del papel de las teorías y las explicaciones en la ciencia, su defensa de la irreducibilidad epistemológica de los niveles "emergentes" o "abstractos", su concepción realista del conocimiento científico, su versión de la "memética" y de su papel en la evolución humana y la evolución cultural, su tendencia hacia el liberalismo en asuntos sociales, e incluso su optimismo epistémico y político típicamente positivista. Pero estas ideas están combinadas con tres graves defectos intelectuales (que, por desgracia, suelen ir también juntos en muchos otros autores).
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Estos defectos son:
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1) La falta de rigor en la justificación de su tesis principal (y muchas de las aledañas)
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2) La ingenua pretensión de que la tesis principal "lo explica todo", o explica casi todo aquello que es filosóficamente relevante
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3) Su escandalosa ignorancia de los detalles y sutilezas (cuando no de algunas tesis más generales) de las posiciones filosóficas (y otras) que critica sin el menor pudor, como si fuera el primero en darse cuenta de algunos supuestos gravísimos fallos
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Espero dedicar unas cuantas entradas del blog a comentar lo que me parece que son los principales errores de The beginning of infinity, pero hay que comenzar, por supuesto, con el más importante de todos: la noción deutschiana de "explicación". Es sintomático que una obra en la que esta noción desempeña un papel tan importante, no se dedique el suficiente esfuerzo a analizar y discutir los posibles sentidos del concepto (o al menos, del sentido que Deutsch le da), ni los problemas a los que puede conducir. La amplísima literatura filosófica sobre la noción de explicación en la ciencia es algo que debe quedar bastante más allá del principio del infinito, y a lo que al pobre Deutsch no le ha dado tiempo a llegar todavía (ver aquí mi propia propuesta sobre el tema).
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Veamos, p.ej., la sucinta "definición" que aparece en el capítulo primero "theories are explanations: assertions about what is out there and how it behaves". OK, las explicaciones son, entre otras cosas, 'descripciones' de 'lo que hay ahí' y 'cómo se comporta'. Al fin y al cabo, para cualquiera salvo para el más rabioso y radical fenomenista (que no sé si habrá alguno a estas alturas), casi cualquier frase declarativa consiste en una "descripción de lo que hay y cómo se comporta" (en un sentido suficientemente amplio de "comportarse"). Pero ni todas las frases declarativas son "teorías explicativas" (salvo en un sentido trivial), ni en realidad las teorías SON explicaciones, sino que, en todo caso, SE USAN PARA EXPLICAR (una explicación no es una "frase", sino algo que nosotros hacemos con -entre otras cosas- una o varias frases).
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Un poco más adelante Deutsch matiza su explicación del término, y dice que una explicación es un "statement about what is there, what it does, and how and why". Parece que hemos ganado algo, al enterarnos de que una explicación va sobre "por qué" algo que hay ahí hace lo que hace como lo hace, pero, obviamente, esto sigue sin explicar gran cosa, porque remite el problema a la cuestión de qué es un "por qué", cómo entra en el asunto el tema de la causalidad, y bastantes más cosas que muchos filósofos y no filósofos se han preocupado de considerar pero que Deutsch piensa que deben de caer por su peso y no necesitan que una mente privilegiada como la suya se moleste en dar mayores aclaraciones sobre la cuestión.
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Escarbando en lo que dice el libro podemos deducir algunas cosas más que Deutsch piensa que las buenas explicaciones deben poseer. Deben tener "alcance" ("reach"), o sea, explicar más cosas de las que en principio se proponían explicar (pero los filósofos se han devanado los sesos con no mucho éxito para ofrecer alguna respuesta definitiva a esta cuestión: ¿por qué una característica OBJETIVA de las explicaciones -como es su grado de bondad- va a depender de los PROPÓSITOS con los que accidentalmente alguien en concreto concibió la teoría? Sobra decir que Deutsch no proporciona ninguna idea que pueda iluminar este problema). También deben ser "difíciles de variar" (pero jamás explica Deutsch en qué consiste "variar" una explicación, o cuándo se la ha variado tanto que ya no es la misma sino otra). No deben ser una mera "rule of thumb" (como si fuera sencillo determinar la extensión de este concepto, o distinguir una teoría que es una "rule of thumb" de una que no lo es). Y asímismo nos adoctrina con el edificante mantra de que las buenas explicaciones "nos acercan a la verdad" (como si la noción de "aproximación a la verdad" no fuera un rompecabezas lleno de paradojas y dificultades, incluso para el principal defensor de la idea en la filosofía de la ciencia -Popper-, por muy realista que uno quiere ser).
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Deutsch podría escudarse en el hecho de que su libro pretende ser una obra de divulgación, en la que no va a exigir al lector soportar las tediosas discusiones a las que estos y otros problemas darían lugar. Pero en lugar de eso, ni siquiera reconoce la existencia de las dificultades, al modo del matemático que "prueba" por inducción que todos los números impares son primos (1 es primo, 3 es primo, 5 es primo, 7 es primo, etc.), sino que pontifica despreciando todo lo que critica como una "misconception" (una de las palabras que más se repite en la obra, y que le da su aire de catecismo que tanto me repele).
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En fin, dejaré para otras entradas el análisis de otros temas, como la crítica de Deutsch a (lo que él llama) "empirismo", "instrumentalismo" o "justificacionismo"; el uso que le da a la noción de explicación en lo que podríamos llamar "teoría de la mente"; su ingenua crítica a las ciencias sociales; o su defensa del "multiverso". No tengáis prisa, que habrá para todos.
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Sigue:
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¿Por qué podemos resistirnos a aceptar el multiverso cuántico?
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Poder explicativo y credibilidad
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Entre todos la mataron...
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Más:
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¿Por qué no podemos explicar las leyes del universo?
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Explicación y descripción.
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Flotando en el cieno.
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Verdad y progreso empírico.
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Dembski y el "filtro explicativo".
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