Curiosa decisión del diario Público, que saca hoy, en plena campaña electoral, una entrevista con el director general de la World Nuclear Association (la verdad es que el nombrecito tiene una cierta resonancia a la National Riffle Association). Por cierto, que no sé lo que plantea Rajoy en esta materia.
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La entrevista es muy recomendable, y debe leerse en el mismo paquete que La venganza de la Tierra, del gran gaiólogo James Lovelock: la energía nuclear es la que objetivamente tiene objetivamente una relación mejor entre los beneficios y los riesgos, con independencia de nuestros prejuicios. Ocurre con ella como con el transporte aéreo: los accidentes de aviación son los que más miedo nos producen, pero en realidad el avión es el medio de transporte más seguro.
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Otro dato para ver que la resistencia a la energía nuclear no se basa en argumentos racionales, sino en prejuicios (que no son juicios falsos, sino la otorgación inconsciente de un peso inapropiadamente mayor a los argumentos en contra que a los argumentos a favor), consiste en contemplar el espectáculo humorístico que dan muchos ecologistas a propósito de la energía eólica. En mi no muy lejana juventud, esta energía era una de las grandes deseadas, de las salvadoras de la humanidad, y, por supuesto, la resistencia a su implantación venía (o eso decía el pensamiento verde) exclusivamente por parte de las empresas energéticas, que no querían ver contestado su monopolio.
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Ahora, en cambio, cuando la energía eólica es ya en una industria que va llenando nuestros paisajes, los molinos se han convertido en malévolos gigantes contra los que los quijotes de siempre se ven en la obligación de luchar, y se proclama a los cuatro vientos (nunca mejor dicho) las perniciosas consecuencias que esta siembra de aspas nos va a traer.
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En conclusión: para los ecologistas, una fuente de energía no es buena o mala en función de sus beneficios, costes y riesgos objetivos, sino en función de si se promueve desde el "aparato de poder político-industrial-militar". Ahora lo único bueno es el sol y la energía maremotriz, pero dejemos que se instalen y se regulen como una fuente generalizada y estándar, y ya veremos.
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29 de febrero de 2008
28 de febrero de 2008
PREMIO DE DIVULGACIÓN CIENTÍFICA
Venga, venga, poneos a escribir como locos, que ya está aquí la cuarta edición del premio "Teresa Pinillos" de divulgación. Por 2.500 palabras, 2.000 euros. Casi a un euro la palabra. No está mal.
25 de febrero de 2008
PREGUNTA PARA FÍSICOS: ¿PUEDE HABER MÁS DE UN TIEMPO?
Sabemos que los sucesos de nuestro universo pueden ser descritos mediante tres coordenadas espaciales y una temporal. Pero, ¿sería posible un universo con distinto número de dimensiones, en particular, con más de una dimensión temporal (o, para el caso, con ninguna)?
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¿Qué ocurriría si el tiempo tuviera dos o tres dimensiones, p.ej.?
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¿Hay algún físico en la sala?
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Añadido a las 14:30:
CON GENTE ASÍ DA GUSTO:
En una mañana se han resuelto mis dudas (bueno, se me ha mostrado que hay sitios donde pueden tal vez resolverse). Muchas gracias a los amigos que me han mandado los enlaces oportunos.
La figura clave es el de la foto: Itzhak Bars.
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También es interesante este enlace al blog Antrópicos.
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¡Guau!
YA SÉ DE QUÉ ACADEMIA NO QUIERO SER
El cardenal a comisión (digo, primado) de España, nuevo miembro de la Real Academia de la Histeria.
¡Lo que hay que ver!
¡Lo que hay que ver!
24 de febrero de 2008
POPULAR SCIENCE, EN ESPAÑOL
Los aficionados a la (buena) divulgación científica estamos doblemente de suerte. Primero, porque la editorial Globus va a publicar en nuestro país una versión en español de la revista Popular Science, la decana del género (fue fundada en 1872). Tras la triste desaparición de Mundo Científico, y las extrañas derivas oscurantistas de Investigación y Ciencia (que esperemos que no hayan sido nada más que un susto), el mercado estaba dominado por una serie de publicaciones que hacían lo que podían en el estrecho brete que hay entre la divulgación seria y el espectáculo bochornoso, seguidas por una serie de revistas especializadas en temas concretos (naturaleza, historia, astronomía) entre las que las hay muy buenas. Pero faltaba una revista de divulgación en sentido más amplio, espacio que Popular Science puede llenar muy bien (ignoro de momento cuál será su título en español).
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La segunda buena noticia es que el director de la nueva revista será nada menos que José Manuel Abad Liñán, quien, a pesar de su juventud, tiene una amplia experiencia como responsable de comunicación en instituciones tan prestigiosas como el Instituto de Astrofísica de Canarias y la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (desde donde nos echó las manos que hicieron falta en el Programa de Periodismo Científico de la UNED).
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Toda una garantía.
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Enhorabuena a José Manuel, y a todos los amantes de la ciencia.
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La segunda buena noticia es que el director de la nueva revista será nada menos que José Manuel Abad Liñán, quien, a pesar de su juventud, tiene una amplia experiencia como responsable de comunicación en instituciones tan prestigiosas como el Instituto de Astrofísica de Canarias y la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (desde donde nos echó las manos que hicieron falta en el Programa de Periodismo Científico de la UNED).
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Toda una garantía.
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Enhorabuena a José Manuel, y a todos los amantes de la ciencia.
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21 de febrero de 2008
YO VENDO UNOS VOTOS NEGROS, ¿QUIÉN ME LOS QUIERE COMPRAR? (5)
¿DEMOCRACIA DIRECTA?
De nuevo copio un comentario que he enviado a La mirada del mendigo, en su discusión sobre la democracia.
Queridos soñadores:
lo de la democracia directa suena bien, y las posibilidades tecnológicas lo facilitan muchísimo más, pero el problema es que, con independencia de estas nuevas posibilidades, a la inmensa mayoría de la gente le atosigaría muchísimo tener que andar comiéndose la cabeza sobre todas y cada una de las discusiones políticas. ¡Pero si todo el mundo nos escaqueamos todo lo que podemos de las juntas de vecinos! (y mira que los temas que se discuten ahí nos afectan directamente, y hacen falta bien pocas "nuevas tecnologías" para discutir y votar).
No se trata sólo de un problema de "pasotismo" o de "alienación". Incluso las personas más entuiastas, activas y preparadas nos preocupamos por, como máximo, un miserable uno por ciento (y estoy exagerando) de las cuestiones que se deciden en los ámbitos políticos día a día. Sobre esos temas estamos deseando que nos dejen decidir, pero, además de que esas ganas no las vamos a tener toda la vida, hay muchísimos otros temas que no nos da la gana molestarnos en pensar.
A esto no podemos responder con la actitud de decir "¡al que no le interese, que se abstenga y punto!", porque no se trata de una cuestión de desinterés: se trata de que todos tenemos derecho a que nuestros valores, necesidades y opiniones sean tenidos en cuenta al decidir las leyes, pero no tenemos la obligación de participar activamente en la elaboración de esas leyes. Es decir, yo quiero tener (porque tengo derecho a ello) la capacidad de influir en el establecimiento de las leyes, pero eso no implica que tenga el deber de estar molestándome en informarme y reflexionar sobre cuestiones enormemente técnicas y/o enormemente aburridas. Por eso tengo derecho a delegar mi capacidad de decisión en personas que se especialicen en la creación de leyes.
Esto además es una simple consecuencia de la división del trabajo: del mismo modo que no todos tenemos la obligación de saber reparar el circuito eléctrico de casa, tampoco tenemos la obligación de dedicar un tercio de nuestras horas de vida a discutir de política (naturalmente, quien quiera, que lo haga, pero un sistema en el que el ciber-ciudadano puede participar directamente en la política no debe quitar el derecho que tienen a delegar su voto aquellos que no quieren vivir en el ágora todo el día).
La democracia directa corre el riesgo de convertirse en una tiranía de los ciberentusiastas,
igual que los sistemas electorales actuales se convierten en una tiranía de los grandes partidos. Aquélla tiene la ventaja de que, como los cibers son muchos y desorganizados, sería más difícil que se dedicaran a trincar a lo bestia. Y tiene la desventaja de que las leyes que surgieran serían seguramente bastante caóticas, e incompatibles entre sí. El sistema actual, naturalmente, tiene las ventajas e inconvenientes opuestos.
De nuevo, el sistema de democracia pluricameral (que se puede complementar con referendums más frecuentes) me parece un equilibrio razonable para satisfacer el deseo de los entusiastas de la democracia directa (pues habría un papel más amplio para los movimientos ciudadanos autoorganizados) y el de los que queremos dedicarnos a lo nuestro, y pensamos que la Atenas de Pericles era como vivir todo el día sometido a la continua vigilancia de un corral de vecinos. La experiencia de la democracia ateniense condujo, sabiamente, a la filosofía del más grande de los sabios de Grecia, Epicuro: late bioseas ("pasa desapercibido toda tu vida").
De nuevo copio un comentario que he enviado a La mirada del mendigo, en su discusión sobre la democracia.
Queridos soñadores:
lo de la democracia directa suena bien, y las posibilidades tecnológicas lo facilitan muchísimo más, pero el problema es que, con independencia de estas nuevas posibilidades, a la inmensa mayoría de la gente le atosigaría muchísimo tener que andar comiéndose la cabeza sobre todas y cada una de las discusiones políticas. ¡Pero si todo el mundo nos escaqueamos todo lo que podemos de las juntas de vecinos! (y mira que los temas que se discuten ahí nos afectan directamente, y hacen falta bien pocas "nuevas tecnologías" para discutir y votar).
No se trata sólo de un problema de "pasotismo" o de "alienación". Incluso las personas más entuiastas, activas y preparadas nos preocupamos por, como máximo, un miserable uno por ciento (y estoy exagerando) de las cuestiones que se deciden en los ámbitos políticos día a día. Sobre esos temas estamos deseando que nos dejen decidir, pero, además de que esas ganas no las vamos a tener toda la vida, hay muchísimos otros temas que no nos da la gana molestarnos en pensar.
A esto no podemos responder con la actitud de decir "¡al que no le interese, que se abstenga y punto!", porque no se trata de una cuestión de desinterés: se trata de que todos tenemos derecho a que nuestros valores, necesidades y opiniones sean tenidos en cuenta al decidir las leyes, pero no tenemos la obligación de participar activamente en la elaboración de esas leyes. Es decir, yo quiero tener (porque tengo derecho a ello) la capacidad de influir en el establecimiento de las leyes, pero eso no implica que tenga el deber de estar molestándome en informarme y reflexionar sobre cuestiones enormemente técnicas y/o enormemente aburridas. Por eso tengo derecho a delegar mi capacidad de decisión en personas que se especialicen en la creación de leyes.
Esto además es una simple consecuencia de la división del trabajo: del mismo modo que no todos tenemos la obligación de saber reparar el circuito eléctrico de casa, tampoco tenemos la obligación de dedicar un tercio de nuestras horas de vida a discutir de política (naturalmente, quien quiera, que lo haga, pero un sistema en el que el ciber-ciudadano puede participar directamente en la política no debe quitar el derecho que tienen a delegar su voto aquellos que no quieren vivir en el ágora todo el día).
La democracia directa corre el riesgo de convertirse en una tiranía de los ciberentusiastas,
igual que los sistemas electorales actuales se convierten en una tiranía de los grandes partidos. Aquélla tiene la ventaja de que, como los cibers son muchos y desorganizados, sería más difícil que se dedicaran a trincar a lo bestia. Y tiene la desventaja de que las leyes que surgieran serían seguramente bastante caóticas, e incompatibles entre sí. El sistema actual, naturalmente, tiene las ventajas e inconvenientes opuestos.
De nuevo, el sistema de democracia pluricameral (que se puede complementar con referendums más frecuentes) me parece un equilibrio razonable para satisfacer el deseo de los entusiastas de la democracia directa (pues habría un papel más amplio para los movimientos ciudadanos autoorganizados) y el de los que queremos dedicarnos a lo nuestro, y pensamos que la Atenas de Pericles era como vivir todo el día sometido a la continua vigilancia de un corral de vecinos. La experiencia de la democracia ateniense condujo, sabiamente, a la filosofía del más grande de los sabios de Grecia, Epicuro: late bioseas ("pasa desapercibido toda tu vida").
20 de febrero de 2008
OTRA INVESTIGACIÓN ES POSIBLE - POR LA DIGNIFICACIÓN DEL INVESTIGADOR
Decía Miguel Angel Quintanilla hace unos días que España estaba a punto de convertirse en una de las 10 potencias científicas del mundo. A muchos les puede sonar a risa, pero es tan verdad como que hemos adelantado a Italia en renta per cápita (es decir, son dos verdades, pero un poco relativas). La diferencia entre el nivel de la ciencia en España hace tres décadas y hoy en día es enorme, tanto en términos absolutos como si observamos la evolución de nuestra relación con otros países. Pero ello no quiere decir que lo que hemos conseguido sea el séptimo cielo, o que no haya muchísimas cosas que mejorar.
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Una de ellas es la percepción que tiene el público de la contribución social de la ciencia, y para ello (en vez de documentales de leones en la 2) nada mejor que hacer que la figura del investigador deje de estar asociada en el imaginario colectivo, o bien a un tipo chalao que hace cosas raras y del que hay que reirse desde la propia incultura, o bien a alguien que tiene que malvivir y renunciar a formar una familia o emigrar. El público tiene que percibir que los científicos brillantes pueden ser personas con un gran éxito no sólo académico sino social, y que la carrera científica exige mucho esfuerzo pero que es compensando con garantías económicas desde su mismo inicio. Los niños y jóvenes deberían suspirar por convertirse en científicos (no todos, naturalmente), y no tener como modelos simplemente a una gentuza inútil de vida parasitaria.
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El Estado, por tanto, bien sea directamente o bien a través del incentivo a las empresas, debería esforzarse a su vez por mimar a quienes deciden dedicarse a la investigación, y a quienes dan muestra de su capacidad y vocación desde su más tierna juventud.
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Vaya desde la cubierta del Otto Neurath nuestro apoyo, por tanto, a los convocantes de la manifestación por la dignificación de la carrera investigadora: "Otra investigación es posible", el sábado 1 de marzo a las 12, en la puerta del Sol.
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Una de ellas es la percepción que tiene el público de la contribución social de la ciencia, y para ello (en vez de documentales de leones en la 2) nada mejor que hacer que la figura del investigador deje de estar asociada en el imaginario colectivo, o bien a un tipo chalao que hace cosas raras y del que hay que reirse desde la propia incultura, o bien a alguien que tiene que malvivir y renunciar a formar una familia o emigrar. El público tiene que percibir que los científicos brillantes pueden ser personas con un gran éxito no sólo académico sino social, y que la carrera científica exige mucho esfuerzo pero que es compensando con garantías económicas desde su mismo inicio. Los niños y jóvenes deberían suspirar por convertirse en científicos (no todos, naturalmente), y no tener como modelos simplemente a una gentuza inútil de vida parasitaria.
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El Estado, por tanto, bien sea directamente o bien a través del incentivo a las empresas, debería esforzarse a su vez por mimar a quienes deciden dedicarse a la investigación, y a quienes dan muestra de su capacidad y vocación desde su más tierna juventud.
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Vaya desde la cubierta del Otto Neurath nuestro apoyo, por tanto, a los convocantes de la manifestación por la dignificación de la carrera investigadora: "Otra investigación es posible", el sábado 1 de marzo a las 12, en la puerta del Sol.
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19 de febrero de 2008
18 de febrero de 2008
YO VENDO UNOS VOTOS NEGROS, ¿QUIÉN ME LOS QUIERE COMPRAR? (4)
MÁS SOBRE LA DEMOCRACIA PLURICAMERAL
(Reproduzco mi comentario-de-tercer-grado a una entrada del blog La mirada del mendigo).
Mendigo:
gracias por tus comentarios. En realidad, no estaba "apoyando" la ley de D'Hont, que tiene efectos bastante perniciosos. Simplemente intentaba mostrar que todos los sistemas de votación tienen sus pros y sus contras. De hecho, lo que yo propongo es un sistema proporcional, pero más flexible que el que sugiere la "simple" proporcionalidad.
Veamos: tú afirmas que "cualquier otro sistema de democracia parlamentaria que no refleje con la máxima fidelidad posible (sin necesidad de trocear diputados) los resultados electorales en la cámara de representandes, no es que sea "maligno", sólo que es ILEGÍTIMO."
Bueno, que sea legítimo o ilegítimo no depende de las propiedades que tenga "en sí mismo" el sistema de votación. Lo que hace legítimo a un sistema electoral es que haya una mayoría (constitucionalmente suficiente) que lo apoye. Si la gran mayoría de la población estuviera a favor de un sistema mayoritario, como el que tienen muchos países, pues eso sería lo "legítimo". Incluso aunque a mí no me guste el sistema mayoritario.
Por otro lado, el sistema proporcional tiene una "trampa", que no tiene que ver con la "gobernabilidad", sino con la forma en que DISTORSIONA la voluntad de los ciudadanos. Y es precisamente la trampa que denuncio en la entrada que citaba de mi blog: tú partes de la premisa de que "la gente decide votar IU, o CiU, o PP...", y esas decisiones deberían representarse proporcionalmente en el parlamento. ¡Pero la cuestión es, ¿por qué tengo que elegir entre un partido u otro, si posiblemente habrá cosas que me gusten más de unos y otras de otros?! En realidad, cuando estás votando a un partido (aunque luego la asignación de escaños sea proporcional), YA ha habido una "distorsión" de la opinión de los "votantes", cuando el partido en cuestión ha decidido qué proponer en su programa teniendo en cuenta las opiniones de mucha gente con opiniones MUY distintas.
La verdadera "representación" proporcional es la FALTA total de representación: es decir, que todas las leyes se decidieran mediante referéndum, sin parlamento ni zarandajas. Así no harían falta ni siquiera partidos políticos: los candidatos a presidente del gobierno se presentarían a título particular.
Pero, como es posible que un sistema en el que TODAS las leyes se votaran por referendum fuera un auténtico coñazo (y mucha gente pasaría de votar, y de enterarse de qué va cada ley), es por lo que me parece que la "democracia pluricameral" sería un sustituto razonable. Se elegiría un parlamento (o una sección del parlamento) para cada grupo de temas, y podrías dividir tu voto en función de tu opinión sobre cada tema.
Ten en cuenta que la diversidad de las opiniones no se refleja sólo en la "dimensión" de los distintos partidos (si quieres, imagínatelos en una tabla, uno en cada columna, de izquierda a derecha), sino también en la diversidad de los problemas políticos (las filas de la tabla). Tú (y casi todo el mundo que critica la ley electoral) sólo se fija en la diversidad que viene dada por la dimensión horizontal, pero también hay que tener en cuenta vertical (y yo creo que más, porque es lo que se refiere a los verdaderos problemas de los ciudadanos, de unos más unos, y de otros más otros).
Un saludo
<>
(Reproduzco mi comentario-de-tercer-grado a una entrada del blog La mirada del mendigo).
Mendigo:
gracias por tus comentarios. En realidad, no estaba "apoyando" la ley de D'Hont, que tiene efectos bastante perniciosos. Simplemente intentaba mostrar que todos los sistemas de votación tienen sus pros y sus contras. De hecho, lo que yo propongo es un sistema proporcional, pero más flexible que el que sugiere la "simple" proporcionalidad.
Veamos: tú afirmas que "cualquier otro sistema de democracia parlamentaria que no refleje con la máxima fidelidad posible (sin necesidad de trocear diputados) los resultados electorales en la cámara de representandes, no es que sea "maligno", sólo que es ILEGÍTIMO."
Bueno, que sea legítimo o ilegítimo no depende de las propiedades que tenga "en sí mismo" el sistema de votación. Lo que hace legítimo a un sistema electoral es que haya una mayoría (constitucionalmente suficiente) que lo apoye. Si la gran mayoría de la población estuviera a favor de un sistema mayoritario, como el que tienen muchos países, pues eso sería lo "legítimo". Incluso aunque a mí no me guste el sistema mayoritario.
Por otro lado, el sistema proporcional tiene una "trampa", que no tiene que ver con la "gobernabilidad", sino con la forma en que DISTORSIONA la voluntad de los ciudadanos. Y es precisamente la trampa que denuncio en la entrada que citaba de mi blog: tú partes de la premisa de que "la gente decide votar IU, o CiU, o PP...", y esas decisiones deberían representarse proporcionalmente en el parlamento. ¡Pero la cuestión es, ¿por qué tengo que elegir entre un partido u otro, si posiblemente habrá cosas que me gusten más de unos y otras de otros?! En realidad, cuando estás votando a un partido (aunque luego la asignación de escaños sea proporcional), YA ha habido una "distorsión" de la opinión de los "votantes", cuando el partido en cuestión ha decidido qué proponer en su programa teniendo en cuenta las opiniones de mucha gente con opiniones MUY distintas.
La verdadera "representación" proporcional es la FALTA total de representación: es decir, que todas las leyes se decidieran mediante referéndum, sin parlamento ni zarandajas. Así no harían falta ni siquiera partidos políticos: los candidatos a presidente del gobierno se presentarían a título particular.
Pero, como es posible que un sistema en el que TODAS las leyes se votaran por referendum fuera un auténtico coñazo (y mucha gente pasaría de votar, y de enterarse de qué va cada ley), es por lo que me parece que la "democracia pluricameral" sería un sustituto razonable. Se elegiría un parlamento (o una sección del parlamento) para cada grupo de temas, y podrías dividir tu voto en función de tu opinión sobre cada tema.
Ten en cuenta que la diversidad de las opiniones no se refleja sólo en la "dimensión" de los distintos partidos (si quieres, imagínatelos en una tabla, uno en cada columna, de izquierda a derecha), sino también en la diversidad de los problemas políticos (las filas de la tabla). Tú (y casi todo el mundo que critica la ley electoral) sólo se fija en la diversidad que viene dada por la dimensión horizontal, pero también hay que tener en cuenta vertical (y yo creo que más, porque es lo que se refiere a los verdaderos problemas de los ciudadanos, de unos más unos, y de otros más otros).
Un saludo
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16 de febrero de 2008
EL ECOLOGISTA ESCÉPTICO
Entrevista muy recomendable en Público a Bjorn Lomborg, el autor del libro (más recomendable aún) El ecologista escéptico. Lectura que también conviene complementar con otra noticia del día, sobre el pasado catastrófico de la Antártida, y, de paso, con la que salió hace unos días sobre unos científicos rusos que pronostican una nueva "era glacial" (supongo que pequeñita, al estilo de la de "pequeña edad del hielo" de los siglos XVI a XIX... aunque, ¿no se estaba "despertando el sol"? Joder, yo me hago un lío: que venga un astrónomo -o un meteorólogo- y me lo explique, porfa).
En fin, a la vista de todo este follón, más que limitarse a luchar para que el clima no cambie, tal vez tendríamos que preparar a la sociedad para adaptarse a los cambios, en el caso de que éstos no procedan de nuestra propia acción exclusivamente.
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Ojo, esto no quiere decir que podamos seguir contaminando y emitiendo CO2 alegremente. Con independencia del verdadero papel causal que nuestras ventosidades industriales tengan en los inviernos suavecitos de los que parece que gozamos últimamente, supongo que arrojar tanta basura por tierra, mar y aire no puede ser bueno. El principio elemental de la prudencia nos dice que es mejor contaminar menos.
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(Pero, ¿y si después de todo la producción en masa de CO2 es la que va a librarnos de una glaciación? Y es que una nueva edad del hielo -de las de hace 20.000 años, digo-, eso sí que sería chungo de verdad. ¿O no?)
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15 de febrero de 2008
MILAGROS Y MÁS MILAGROS
Un grupo de afectados por el timo de Afinsa y Forum Filatélico se han encerrado en la catedral de la Almudena "hasta el 9 de marzo2 (para ir a votar, se supone) "si no los recibe Zapatero". Se conoce que, como falló el milagro de la multiplicación de los panes, los sellos y los intereses, ahora quieren que se obre un nuevo milagro (el de que los demás paguemos la frustración de su codicia).
Pues nada, nada, que Rouco y la Almudena les echen una mano (pero Hacienda no, por favor).
14 de febrero de 2008
YO VENDO UNOS VOTOS NEGROS, ¿QUIÉN ME LOS QUIERE COMPRAR? (3)
POR UNA DEMOCRACIA PLURICAMERAL
Tendría que ser obligatorio cambiar la ley electoral cada cierto tiempo. Una de las ventajas de la democracia es que se puede cambiar el partido en el gobierno si a la gente se le pone en las narices, pero también estaría bien que pudieran cambiarse a menudo otras cosas. En particular, las leyes electorales se suelen establecer pensando en una determinada situación, pero cuando la situación pasa, los ciudadanos preferiríamos otras. El problema es que, como la ley se hizo para favorecer cierto tipo de opciones y partidos, los que se benefician con ella no la quieren cambiar nunca. Debería ser una situación muy grave la que llevara a los "grandes" a proponer una modificación de la ley electoral, y a los partidos regionalistas a aceptarla. ¿Hay otra solución?
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Yo ya puse mi voto en venta en una entrada anterior para un partido que propusiera cambiar en serio el sistema electoral español. Pero no me llegan muchas ofertas (salvo de Izquierda Unida).
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No voy a machacaros con las ventajas y desventajas de cada sistema, que seguro que ya os las sabéis (y si no, ahí está la wikipedia). Indicaré, a modo de resumen, que hay una tensión entre estabilidad y representación (a mayor proporcionalidad en el reparto de escaños, más difícil es fomar gobiernos, y más inestables son -p.ej., Italia-; a menor proporcionalidad, más sabe cada ciudadano quién en su representante en el parlamento -p.ej., EEUU-). Aquí tenemos un sistema que intenta reunir lo mejor de los dos mundos, pero que puede estar uniendo lo peor de ambos (gobiernos poco estables, debido a mayorías muy exiguas, y representación por los suelos).
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Más que hablar del sistema que tenemos, y de alguna modificación aritmética que lo mejorase, prefiero inventarme uno totalmente distinto. Es lo que llamo democracia pluricameral.
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A ver: si voy a comprar a un híper, no se me obliga a comprar todos los productos de la misma marca; es más, ni siquiera tengo que comprar todo en el mismo esablecimiento. ¿Por qué no pasa lo mismo con la política? Es verdad que el gobierno produce bienes públicos, y que estos (simplificando un poco) deben proporcionarse iguales para todo el mundo. Aquí no hay generalmente nada que hacer, salvo cambiar de país (y según el caso, de comunidad autónoma, aunque a la vista de lo que tenemos, no hay mucha diferencia). Pero la uniformidad a la que me refiero no es la de los bienes públicos: cada uno de estos debe ser homogéneo (una carretera es igual para todo el que pasa por ahí), pero de aquí no se sigue que quien me ofrezca cada bien público deba ser el mismo que ofrece los demás. ¿Por qué tiene que hacer las carreteras el mismo gobierno que hace los hospitales?
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En parte, esta pregunta se responde con el sistema de división de competencias entre las autonomías y el estado (y Europa), pero cada uno de estos agentes políticos tiene, en mi opinión, demasiadas competencias concentradas en la misma unidad de decisión, sin contar con que, más que un reparto de competencias ("ésta para mí, esta para ti"), lo que tenemos es un descuartizamiento de cada competencia individualmente considerada ("sobre la sanidad, yo legislo estas cosas, y tú legislas otras").
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Lo que a mí me gustaría, en cambio, es poder coger los programas electorales de cada partido y decir: de éste me gusta esta propuesta, de éste me gusta esta otra, de aquél me gusta aquello, etc. Dicho así, es seguramente inviable (aunque los expertos en la teoría de la elección pública tendrán algo que decir, espero que no muy negativo), pues los paquetes políticos que resultarían serían en muchos casos bastante caóticos (aunque a lo mejor no estaría tan mal el que lo fueran; seguro que mi amigo Juan Urrutia encuentra más de una virtud en ese caos).
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Pero, puestos a elegir una solución menos drástica, propongo que se divida el parlamento en varias cámaras, no al modo actual (congreso y senado), sino más bien que hubiera, por ejemplo:
1) una cámara de asuntos económicos (finanzas, impuesos, trabajo, industria...),
2) una cámara de asuntos culturales (ciencia, cultura, universidades, formación profesional...),
3) una cámara de asuntos sociales (sanidad, educación primaria y secundaria, pensiones...),
4) una cámara de asuntos relacionados con la seguridad (policía, justicia, ejército...),
5) una cámara de asuntos políticos (cuestiones territoriales, relaciones exteriores, derechos fundamentales...)
Cada año podía elegirse a los miembros de una de estas cámaras consecutivamente, y cada una de ellas podría nombrar la parte del gobierno responsable de ejecutar las políticas de cada área. La cámara de asuntos políticos elegiría también al presidente del gobierno, con una función de coordinar todas las políticas en la medida de lo razonable.
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En fin, y ya no sigo, que es tarde y tengo sueño. Espero que la propuesta se pula (o se tale) con vuestros comentarios.
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POST-DATA (16-FEBRERO): Téngase en cuenta que la propuesta de la democracia pluricameral es en cierto sentido semejante a la idea de consultar todas las leyes en referendums. Quien piense que las consultas populares masivas son una buena cosa (yo mismo), tiene que aceptar que la democracia pluricameral es mejor que la que tenemos, pues en ella se tendría más en cuenta la opinión verdadera de los ciudadanos acerca de cada proyecto legislativo.
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Tendría que ser obligatorio cambiar la ley electoral cada cierto tiempo. Una de las ventajas de la democracia es que se puede cambiar el partido en el gobierno si a la gente se le pone en las narices, pero también estaría bien que pudieran cambiarse a menudo otras cosas. En particular, las leyes electorales se suelen establecer pensando en una determinada situación, pero cuando la situación pasa, los ciudadanos preferiríamos otras. El problema es que, como la ley se hizo para favorecer cierto tipo de opciones y partidos, los que se benefician con ella no la quieren cambiar nunca. Debería ser una situación muy grave la que llevara a los "grandes" a proponer una modificación de la ley electoral, y a los partidos regionalistas a aceptarla. ¿Hay otra solución?
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Yo ya puse mi voto en venta en una entrada anterior para un partido que propusiera cambiar en serio el sistema electoral español. Pero no me llegan muchas ofertas (salvo de Izquierda Unida).
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No voy a machacaros con las ventajas y desventajas de cada sistema, que seguro que ya os las sabéis (y si no, ahí está la wikipedia). Indicaré, a modo de resumen, que hay una tensión entre estabilidad y representación (a mayor proporcionalidad en el reparto de escaños, más difícil es fomar gobiernos, y más inestables son -p.ej., Italia-; a menor proporcionalidad, más sabe cada ciudadano quién en su representante en el parlamento -p.ej., EEUU-). Aquí tenemos un sistema que intenta reunir lo mejor de los dos mundos, pero que puede estar uniendo lo peor de ambos (gobiernos poco estables, debido a mayorías muy exiguas, y representación por los suelos).
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Más que hablar del sistema que tenemos, y de alguna modificación aritmética que lo mejorase, prefiero inventarme uno totalmente distinto. Es lo que llamo democracia pluricameral.
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A ver: si voy a comprar a un híper, no se me obliga a comprar todos los productos de la misma marca; es más, ni siquiera tengo que comprar todo en el mismo esablecimiento. ¿Por qué no pasa lo mismo con la política? Es verdad que el gobierno produce bienes públicos, y que estos (simplificando un poco) deben proporcionarse iguales para todo el mundo. Aquí no hay generalmente nada que hacer, salvo cambiar de país (y según el caso, de comunidad autónoma, aunque a la vista de lo que tenemos, no hay mucha diferencia). Pero la uniformidad a la que me refiero no es la de los bienes públicos: cada uno de estos debe ser homogéneo (una carretera es igual para todo el que pasa por ahí), pero de aquí no se sigue que quien me ofrezca cada bien público deba ser el mismo que ofrece los demás. ¿Por qué tiene que hacer las carreteras el mismo gobierno que hace los hospitales?
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En parte, esta pregunta se responde con el sistema de división de competencias entre las autonomías y el estado (y Europa), pero cada uno de estos agentes políticos tiene, en mi opinión, demasiadas competencias concentradas en la misma unidad de decisión, sin contar con que, más que un reparto de competencias ("ésta para mí, esta para ti"), lo que tenemos es un descuartizamiento de cada competencia individualmente considerada ("sobre la sanidad, yo legislo estas cosas, y tú legislas otras").
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Lo que a mí me gustaría, en cambio, es poder coger los programas electorales de cada partido y decir: de éste me gusta esta propuesta, de éste me gusta esta otra, de aquél me gusta aquello, etc. Dicho así, es seguramente inviable (aunque los expertos en la teoría de la elección pública tendrán algo que decir, espero que no muy negativo), pues los paquetes políticos que resultarían serían en muchos casos bastante caóticos (aunque a lo mejor no estaría tan mal el que lo fueran; seguro que mi amigo Juan Urrutia encuentra más de una virtud en ese caos).
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Pero, puestos a elegir una solución menos drástica, propongo que se divida el parlamento en varias cámaras, no al modo actual (congreso y senado), sino más bien que hubiera, por ejemplo:
1) una cámara de asuntos económicos (finanzas, impuesos, trabajo, industria...),
2) una cámara de asuntos culturales (ciencia, cultura, universidades, formación profesional...),
3) una cámara de asuntos sociales (sanidad, educación primaria y secundaria, pensiones...),
4) una cámara de asuntos relacionados con la seguridad (policía, justicia, ejército...),
5) una cámara de asuntos políticos (cuestiones territoriales, relaciones exteriores, derechos fundamentales...)
Cada año podía elegirse a los miembros de una de estas cámaras consecutivamente, y cada una de ellas podría nombrar la parte del gobierno responsable de ejecutar las políticas de cada área. La cámara de asuntos políticos elegiría también al presidente del gobierno, con una función de coordinar todas las políticas en la medida de lo razonable.
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En fin, y ya no sigo, que es tarde y tengo sueño. Espero que la propuesta se pula (o se tale) con vuestros comentarios.
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POST-DATA (16-FEBRERO): Téngase en cuenta que la propuesta de la democracia pluricameral es en cierto sentido semejante a la idea de consultar todas las leyes en referendums. Quien piense que las consultas populares masivas son una buena cosa (yo mismo), tiene que aceptar que la democracia pluricameral es mejor que la que tenemos, pues en ella se tendría más en cuenta la opinión verdadera de los ciudadanos acerca de cada proyecto legislativo.
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CIENCIA COGNITIVA - REVISTA ELECTRÓNICA DE DIVULGACIÓN
Simultáneamente con la botadura del Otto Neurath, se echó a flote también otro barco aventurero por el océano proceloso de la divulgación: la revista electrónica Ciencia cognitiva. Entre otras de sus muchas virtudes, algunos de sus responsables son amiguetes. Así que, hala, a leerla (¡y a escribirla, que piden colaboraciones!).
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Por su relación con el tema que tratamos en las entradas sobre el libre albedrío, es muy recomendable en particular este breve artículo de Toni Gomila.
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Por su relación con el tema que tratamos en las entradas sobre el libre albedrío, es muy recomendable en particular este breve artículo de Toni Gomila.
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12 de febrero de 2008
CURSO DE ANATOMÍA PARA PURITANOS
¡Lo que no inventen los americanos! Ahora se dedican a fabricar modelos anatómicos de plástico para las facultades de medicina, con el fin de que los alumnos más puritanos en las clases de anatomía puedan palpar las partes delicadas (sobre todo del cuerpo femenino) sin sentir que están cometiendo un pecado gravísimo.
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Aunque, bien mirado, no sé qué es lo que tiene más morbo.
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¡CÓMO SOIS LOS DE BILBAO, JOER!
Imágenes de la rueda de prensa del ayatolá Gelmariavillaranei, presidente de la Federación Islámica de Júrbol de Irán, explicando las técnicas del nuevo seleccionador nacional. (Ver en este enlace la explicación completa).
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Y continúan la reacciones en la prensa internacional...
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Y continúan la reacciones en la prensa internacional...
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9 de febrero de 2008
¿IDIOMAS PARA TODOS?
Una muestra más del desinterés del gobierno por la educación: el desmantelamiento de la enseñanza pública de idiomas (ver la carta de hoy de El País). A esto podemos añadir la decisión de hace un par de años del ayuntamiento de Madrid de que las escuelas municipales de música no impartieran el ciclo medio, que se podía estudiar en ellas hasta entonces.
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Por cierto, que Rajoy también quiere que todos los niños hablen inglés. No sé si lo hará con las mismas políticas que cuando fue ministro de Educación, o si pondrá profesores nativos en todos los colegios.
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Por cierto, que Rajoy también quiere que todos los niños hablen inglés. No sé si lo hará con las mismas políticas que cuando fue ministro de Educación, o si pondrá profesores nativos en todos los colegios.
¡¡¡NO FUIMOS LOS EUROPEOS!!!
La pérfida teoría de la conspiración indigenista ha perdido una batalla más. Se acaba de demostrar que no todos los males malísimos que sufrieron los pobres nativos de América fueron llevados por los europeos. El New York Times publica hoy la noticia de que el análisis de ADN de los piojos momificados encontrados aún en los pelos de momias preincaicas coincide con los marcadores genéticos de los piojos pata negra del Antiguo Continente. O sea, que en contra de todos sus lamentos y protestas, ¡fueron los propios indios los que llevaron a cuestas sus piojos cuando llegaron a América desde Asia!
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¡Me siento con una responsabilidad enorme quitada de mi chepa!
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¡Me siento con una responsabilidad enorme quitada de mi chepa!
7 de febrero de 2008
YO VENDO UNOS VOTOS NEGROS, ¿QUIÉN ME LOS QUIERE COMPRAR? (2)
PROBLEMAS CON LA INMIGRACIÓN
Me han cabreado bastante las declaraciones de Miguel Arias Cañete defendiendo la última ocurrencia de los asesores de su jefe, el "Contrato con España" ése que tendrían que firmar los inmigrantes. No me ha sentado mal la broma de los camareros (aunque es una pena que los camareros españoles no sean ya tan buenos como los de antes), ni la de las mamografías (que ahora me entero que lo normal es hacérselas en urgencias). No, lo que me ha hecho hervir la sangre ha sido la referencia que ha hecho a los "problemas de integración" con los inmigrantes en los colegios. Cito literalmente:
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"A los que preguntan les diría que fueran a alguna escuela de la periferia de Madrid en el recreo. No hago más comentarios. Hay enormes problemas de integración cultural en este momento".
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Pero, ¡vamos a ver! Yo vivo en la periferia de Madrid (para ser más precisos, en Villaverde), y es cierto que en los colegios hay montones de hijos de inmigrantes (curiosamente, más en los públicos), pero de "problemas de integración" hay más bien poco. De hecho, en el instituto que he tenido debajo de casa tuvo hace pocos años bastantes problemas, pero fue más bien por la llegada a la ESO de chavales españoles de pura cepa, pero de esos que (por motivos de marginación social) son más difíciles de integrar. La realidad es que a los chicos españoles se les ve mezclados con los de otros orígenes sin mayores problemas; hay algunos grupos más cerrados y más macarras, pero también los había cuando yo iba al instituto, y eran tan españoles como yo.
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Es verdad también que la entrada de inmigrantes tiende a retardar levemente el aprendizaje de los grupos (lo que no es un "problema de integración"), pero lo retrasa desde un nivel que ya de por sí es de poco más que hacer la o con un canuto. Vamos, que el nivel de los alumnos pata negra por esta zona tampoco es para tirar cohetes. Es más, resulta que los alumnos de origen chino y eslavo suelen tener mejores resultados que los herederos del pasodoble (gran costumbre española), aunque los sudamericanos y africanos suelen tenerlo peor. Pero, de nuevo, esto no es ningún "prolema de integración".
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El caso es que no sólo es la mentira de que "hay problemas de integración en los colegios de la periferia de Madrid" lo que me ha soliviantado. Lo peor de todo ha sido el recordar las historias (que conozco muy de cerca) sobre los procedimientos de escolarización, controlados manu militari por la administración de doña Cuaresma, digo Esperanza Aguirre. Como diría mi tocayo más famoso, es más fácil que entre un camello por el ojo de una aguja, que se matricule un inmigrante pobre en un colegio religioso del centro de Madrid (o de los municipios "ricos" de la provincia). Si usted es un directivo de una empresa, buen católico, y a ser posible conocido de la orden religiosa que regenta el negocio, no se preocupe, que la dirección del colegio hará un hueco para sus hijos aunque tenga que pasar de 26 a 29 alumnos en la clase. En cambio, si usted acaba de llegar de Bolivia a buscarse la vida amasando cemento, no tendrá ni la suerte de que le reciban para decirle que "no hay plazas libres".
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Además, los gobiernos del PP han conseguido que los madrileños de clase media/media-alta no quieran oir ni hablar de escolarizar a sus hijos en colegios públicos, por el temor que les han metido en el cuerpo a que "van a estar con esos inmigrantes tan malos", y prefieren hacer todo lo posible porque sus retoños sólo se junten con los de su raza, aun a costa de matricularlos en centros donde la calidad del profesorado a veces deja mucho que desear (debido a la absoluta falta de control en su enchufamiento, digo contratación). Así ocurre que, como señala el Informe PISA, España es de los pocos países en los que el factor de estudiar en un colegio privado no influye en el resultado del aprendizaje. A la mayoría de los padres les trae al fresco que el colegio al que mandan a sus hijos sea "bueno o malo" en cuanto a la calidad de la enseñanza, si el tenerlo en cuenta les obliga a que sus hijos "se junten con esa gentuza".
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¡¡¡¡Y esto no es lo peor!!!!
Lo peor es que no hay nadie a quien votar que de verdad tenga el más mínimo interés en arreglar éste y otros problemas de nuestro sistema educativo.
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Amén.
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Me han cabreado bastante las declaraciones de Miguel Arias Cañete defendiendo la última ocurrencia de los asesores de su jefe, el "Contrato con España" ése que tendrían que firmar los inmigrantes. No me ha sentado mal la broma de los camareros (aunque es una pena que los camareros españoles no sean ya tan buenos como los de antes), ni la de las mamografías (que ahora me entero que lo normal es hacérselas en urgencias). No, lo que me ha hecho hervir la sangre ha sido la referencia que ha hecho a los "problemas de integración" con los inmigrantes en los colegios. Cito literalmente:
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"A los que preguntan les diría que fueran a alguna escuela de la periferia de Madrid en el recreo. No hago más comentarios. Hay enormes problemas de integración cultural en este momento".
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Pero, ¡vamos a ver! Yo vivo en la periferia de Madrid (para ser más precisos, en Villaverde), y es cierto que en los colegios hay montones de hijos de inmigrantes (curiosamente, más en los públicos), pero de "problemas de integración" hay más bien poco. De hecho, en el instituto que he tenido debajo de casa tuvo hace pocos años bastantes problemas, pero fue más bien por la llegada a la ESO de chavales españoles de pura cepa, pero de esos que (por motivos de marginación social) son más difíciles de integrar. La realidad es que a los chicos españoles se les ve mezclados con los de otros orígenes sin mayores problemas; hay algunos grupos más cerrados y más macarras, pero también los había cuando yo iba al instituto, y eran tan españoles como yo.
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Es verdad también que la entrada de inmigrantes tiende a retardar levemente el aprendizaje de los grupos (lo que no es un "problema de integración"), pero lo retrasa desde un nivel que ya de por sí es de poco más que hacer la o con un canuto. Vamos, que el nivel de los alumnos pata negra por esta zona tampoco es para tirar cohetes. Es más, resulta que los alumnos de origen chino y eslavo suelen tener mejores resultados que los herederos del pasodoble (gran costumbre española), aunque los sudamericanos y africanos suelen tenerlo peor. Pero, de nuevo, esto no es ningún "prolema de integración".
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El caso es que no sólo es la mentira de que "hay problemas de integración en los colegios de la periferia de Madrid" lo que me ha soliviantado. Lo peor de todo ha sido el recordar las historias (que conozco muy de cerca) sobre los procedimientos de escolarización, controlados manu militari por la administración de doña Cuaresma, digo Esperanza Aguirre. Como diría mi tocayo más famoso, es más fácil que entre un camello por el ojo de una aguja, que se matricule un inmigrante pobre en un colegio religioso del centro de Madrid (o de los municipios "ricos" de la provincia). Si usted es un directivo de una empresa, buen católico, y a ser posible conocido de la orden religiosa que regenta el negocio, no se preocupe, que la dirección del colegio hará un hueco para sus hijos aunque tenga que pasar de 26 a 29 alumnos en la clase. En cambio, si usted acaba de llegar de Bolivia a buscarse la vida amasando cemento, no tendrá ni la suerte de que le reciban para decirle que "no hay plazas libres".
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Además, los gobiernos del PP han conseguido que los madrileños de clase media/media-alta no quieran oir ni hablar de escolarizar a sus hijos en colegios públicos, por el temor que les han metido en el cuerpo a que "van a estar con esos inmigrantes tan malos", y prefieren hacer todo lo posible porque sus retoños sólo se junten con los de su raza, aun a costa de matricularlos en centros donde la calidad del profesorado a veces deja mucho que desear (debido a la absoluta falta de control en su enchufamiento, digo contratación). Así ocurre que, como señala el Informe PISA, España es de los pocos países en los que el factor de estudiar en un colegio privado no influye en el resultado del aprendizaje. A la mayoría de los padres les trae al fresco que el colegio al que mandan a sus hijos sea "bueno o malo" en cuanto a la calidad de la enseñanza, si el tenerlo en cuenta les obliga a que sus hijos "se junten con esa gentuza".
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¡¡¡¡Y esto no es lo peor!!!!
Lo peor es que no hay nadie a quien votar que de verdad tenga el más mínimo interés en arreglar éste y otros problemas de nuestro sistema educativo.
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Amén.
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6 de febrero de 2008
LA CRUZADA DE LAS LIBRERÍAS
He colgado en mi página de la UNED el artículo que he escrito para la revista Cuadernos del Ateneo. Se titula "La cruzada de las librerías", y en él se discuten el libro de Richard Dawkins, El espejismo de Dios, el de Hans Küng, El principio de todas las cosas, y el de Karen Armstrong, La gran transformación.
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Podéis descargarlo en pdf en mi página web.
3 de febrero de 2008
LO QUE LOS OBISPOS (Y SUS CRÍTICOS) AÚN NO HAN ENTENDIDO
A nadie debe parecerle mal que los obispos, como los responsables de cualquier otra asociación, hermandad, conciliábulo, sindicato, club de fútbol o lo que sea, se junten y digan muy clarito qué es lo que les parece bien o mal de cada oferta política. Al fin y al cabo, vivimos (se supone) en una democracia en la que ese derecho está garantizado para todo el mundo (aunque a algunos les sacan en la tele cuando lo ejercen, y otros tenemos la libertad de expresar nuestra opinión en una esquina de internet, como máximo).
Lo que ya no es de recibo es pretender que uno tiene derecho a decir públicamente lo que piensa, ¡y también el derecho a que los demás no puedan criticarle por expresar esas opiniones! Los obispos esperan tener en la arena pública el mismo privilegio que en púlpito, en donde, por lo que sé, aún no se han establecido los turnos de réplica para los fieles (que no lo serían tanto en caso contrario). Si uno quiere hacer afirmaciones públicamente, pues también tiene la obligación de aceptar mansamente las críticas, y de responderlas con la misma libertad. Tampoco puede escudarse en el latiguillo de que "no estamos haciendo campaña". ¡Ay, amigos! ¡En campaña estamos todos, pues todos tenemos el derecho a votar! Precisamente la nota episcopal se publica ahora como orientación (o exortación) para el voto, así que, si eso no es campaña, que venga Dios y lo vea (o mejor que no venga).
En cambio, los laicistas de bote que tanto abundan en nuestro panorama politicointelestual sufren del error de acusar a la Iglesia de "entrometerse en la campaña electoral", como si eso fuese algo antidemocrático. Confunden la noción de laicismo (que la religión debe estar separada de los poderes públicos) con la idea de que la religión debe un ámbito separado de la política. Craso error: no hay nada (ni, sobre todo, nadie) fuera de la política, salvo las matemáticas, tal vez. ZP y su comparsa parecen presuponer que la religión debería ser un ámbito separado, en el que "nosotros no nos metemos, y a cambio vosotros no os metéis en política". Ni mucho menos: eso sería como decir que en la privacidad doméstica la ley queda al margen. Precisamente eso es lo que no queremos los laicos: queremos que las religiones estén bajo el imperio de la ley, y asímismo que puedan disfrutar de los derechos que esas leyes garantizan. No somos, como Suseñor Cañizares, que dice, como buen Talibán, que hay que obedecer a Dios antes que a las leyes.
Así que, ZP, porfa, no en
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Lo que ya no es de recibo es pretender que uno tiene derecho a decir públicamente lo que piensa, ¡y también el derecho a que los demás no puedan criticarle por expresar esas opiniones! Los obispos esperan tener en la arena pública el mismo privilegio que en púlpito, en donde, por lo que sé, aún no se han establecido los turnos de réplica para los fieles (que no lo serían tanto en caso contrario). Si uno quiere hacer afirmaciones públicamente, pues también tiene la obligación de aceptar mansamente las críticas, y de responderlas con la misma libertad. Tampoco puede escudarse en el latiguillo de que "no estamos haciendo campaña". ¡Ay, amigos! ¡En campaña estamos todos, pues todos tenemos el derecho a votar! Precisamente la nota episcopal se publica ahora como orientación (o exortación) para el voto, así que, si eso no es campaña, que venga Dios y lo vea (o mejor que no venga).
En cambio, los laicistas de bote que tanto abundan en nuestro panorama politicointelestual sufren del error de acusar a la Iglesia de "entrometerse en la campaña electoral", como si eso fuese algo antidemocrático. Confunden la noción de laicismo (que la religión debe estar separada de los poderes públicos) con la idea de que la religión debe un ámbito separado de la política. Craso error: no hay nada (ni, sobre todo, nadie) fuera de la política, salvo las matemáticas, tal vez. ZP y su comparsa parecen presuponer que la religión debería ser un ámbito separado, en el que "nosotros no nos metemos, y a cambio vosotros no os metéis en política". Ni mucho menos: eso sería como decir que en la privacidad doméstica la ley queda al margen. Precisamente eso es lo que no queremos los laicos: queremos que las religiones estén bajo el imperio de la ley, y asímismo que puedan disfrutar de los derechos que esas leyes garantizan. No somos, como Suseñor Cañizares, que dice, como buen Talibán, que hay que obedecer a Dios antes que a las leyes.
Así que, ZP, porfa, no en
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