28 de junio de 2013
21 de junio de 2013
20 de junio de 2013
19 de junio de 2013
ESCUELA Y RELIGIÓN
Un comentario mío en ABC
Todos deben conocer las nociones básicas del hecho religioso y la historia de las religiones, eso es indudable. Pero como se ve en los ejemplos, salvo algunos países en los que la iglesia (católica u ortodoxa) ha tenido un control social excesivo hasta el pasado reciente, lo normal en todos ellos es que la enseñanza SOBRE las religiones sea una materia impartida DE MANERA IMPARCIAL, NO CONFESIONAL, y por profesores INDEPENDIENTES de las iglesias (generalmente, profesores de historia o de filosofía).
Todos deben conocer las nociones básicas del hecho religioso y la historia de las religiones, eso es indudable. Pero como se ve en los ejemplos, salvo algunos países en los que la iglesia (católica u ortodoxa) ha tenido un control social excesivo hasta el pasado reciente, lo normal en todos ellos es que la enseñanza SOBRE las religiones sea una materia impartida DE MANERA IMPARCIAL, NO CONFESIONAL, y por profesores INDEPENDIENTES de las iglesias (generalmente, profesores de historia o de filosofía).
Lo que es una vergüenza es que la enseñanza de la religión EN EL SISTEMA EDUCATIVO, QUE DEBERÍA SER NEUTRAL, esté vergonzantemente en manos de la iglesia. Los profesores de historia y de filosofía están perfectamente capacitados para impartir la enseñanza de esos HECHOS Y CONCEPTOS, no les hace falta a los alumnos que vaya un esbirro de un obispo o un mulá para INCULCARLES los valores concretos de una religión específica. Si los padres quieren VIOLENTAR la libertad de elección de sus hijos en algo tan importante para la dignidad humana como es la libre decisión de qué creer, sometiéndolos desde pequeños a un particular conjunto de MITOS en vez de a otros, ya que el estado no puede impedir eso, al menos que lo hagan en sus casas o en las parroquias, no en un espacio que debería ser EMINENTEMENTE de libertad, diálogo, y crítica racional.
18 de junio de 2013
SEGUNDA #TwiTALK DEL #CursoAteismoTwitter #AtwiTEO
Resumen de la 1ª Si los
creyentes pueden serlo aun teniendo dudas, los ateos también. No hace falta
estar seguro para ser ateo
La mayoría de los
"agnósticos" son realmente ateos:no SABEN si dios existe pero
SOSPECHAN que es mucho más PROBABLE que no
Hoy no hablamos de creyentes, sino de
RELIGION
La R es la creencia de que el universo,
la historia y la vida humana tienen sentido moral
La R ve el universo
como una NARRACIÓN, con principio y final, episodios, héroes y villanos. Los
héroes TIENEN que triunfar al final
Esto es una mera
necesidad psicológica: nos sentimos mejor si percibimos nuestra vida como parte
de un gran relato, cuanto más grande mejor
Esta necesidad no se
manifiesta sólo en la R, también en la política (nacionalismo) y hasta en
nuestra vida personal (familia, biografía)
Instintitvamente
intentamos entendernos como formando parte de un relato que TIENE que tener un
final feliz (prosperidad, independencia...)
Cuando el relato con el que damos
sentido a nuestra vida engloba todo el universo, entonces es una RELIGIÓN
Verte formando parte de un relato te
exige ser el personaje que te toca
Por eso la religión implica siempre una
forma de vida, rituales, etc
Todos los relatos de
los que nos vemos como parte nos lo exigen (familia, nación, partido,
equipo...) La religión sólo es el relato supremo
Otra forma
preguntar por el sentido del universo es
preguntar "¿a qué INTENCIONES responde?"
(¿a qué final feliz nos lleva el
relato?)
Pero en el universo
no hay relatos, más que los que inventemos nosotros (aunque lo hagamos sin
poderlo evitar)
Para que haya
intenciones, debe haberse generado primero un BICHO capaz de tenerlas (o sea,
un animal con sistema nervioso)
Es la naturaleza la
que crea las INTENCIONES (o sea, seres capaces de DESEAR), no son las
intenciones las que crean el universo
Tener una intención
y actuar a causa de ella (p.ej., la vaca que busca la sombra en verano) es el
resultado de un proceso evolutivo
Antes de que hubiera
seres vivos, no había INTENCIONES en el universo, como tampoco había
DIGESTIONES o RESPIRACIONES
Igual que antes
de que hubiera materia líquida no había olas
Cierto: los
animales terrestres han desarrolado intenciones gracias al sistema nervioso;
otros sistemas lo harán de otro modo
Pero una
intención es un proceso DE UN SISTEMA COMPLEJO, que tiene que evolucionar para
llegar a existir
"El universo es
el resultado de una intención" es tan ABSURDO como "el universo es
resultado de una digestión" o "de una combustión"
No tenemos
NINGUNA razón para pensar que el universo, y la vida en la tierra en partic,
sean el tipo de cosas que "tienen que tener sentido"
Pero ojo: esto es
verdad para TODOS los relatos de los que creemos formar parte para dar sentido
a nuestra vida. TODOS ellos son un invento.
El ateo-general, el
que sabe que TODO relato es SÓLO un relato, lo asume, y dice "OK, estoy
meramente JUGANDO a ser tal o cual" (Nietzsche)
17 de junio de 2013
LA GRAN BIBLIOTECA DIGITAL
He estado echando cuentas y me sale que, aproximadamente, a lo largo de mi vida debo de haber leído entre cinco y diez libros sacados de bibliotecas por cada uno comprado por mí. Teniendo en cuenta que poseo bastantes más libros que la media nacional, eso significa como poco que he sido un usuario voraz de las bibliotecas públicas (naturalmente, mi trabajo es parte del motivo).
.
No voy a negar el derecho de cada uno a darse el gusto de poseer numerosos libros en su casa, y menos aún voy a negar el hecho empírico de que el número de libros que hay en la casa de cada niño es un magnífico predictor de sus resultados en la escuela (aunque no sé si habrá estadísticas que tengan en cuenta el número de "libros volantes", es decir, la frecuencia con la que la familia saca libros de la biblioteca pública). Los libros de cada uno son, en nuestra cultura pequeñoburguesa, parte de su indentidad; el tenerlos ahí, sabiendo que puedes prestarlos a familiares o amigos, o releerlos cuando te dé la gana, y recordándote que algún día los leíste, es también parte de nuestro "capital social".
.
Pero, no lo puedo negar: los libros que he leído gracias a las bibliotecas (y no pocos de los cuales después compré, a veces casi inmediatamente, otras veces al cabo de décadas) también forman parte de mi identidad y de mi "capital social" (bueno, de este capital también forman parte los libros que están en las bibliotecas, aunque todavía no los haya leído). La cuestión que quiero plantear es, ¿cómo evolucionarán estas dos cosas -nuestra identidad y capital social debidos a los libros que poseemos, y los debidos a los que hemos leído gracias a las bibliotecas públicas- en las próximas generaciones?
.
Una de las razones para poseer un libro era la de poder releerlo o prestarlo cuando te apeteciera, sin tener que ir a la biblioteca. Cuando los libros están accesibles a un click en tu lector digital (que en el futuro puede ser una hoja flexible, que funcione por energía solar, que te regalen con un tambor de detergente, y que aporte más funcionalidades que el mejor kindle de hoy en día), ¿para qué querrás tener en casa las obras completas de Kant, sin ir más lejos, aparte de para impresionar -o espantar- a las visitas? Si, además, puedes acceder inmediata y automáticamente a varias ediciones y traducciones, el poseer una sola de ellas se convierte en algo limitado. Si tus lecturas se archivan en la nube y puedes repasar y editar tus notas y subrayados, ocultarlas para facilitar la lectura, y compartirlas con otros, ¿qué ganas desentrañando las líneas casi ilegibles por tan trabajados en los libros que hay en tu estantería? ¿Y en el caso de las novelas? ¿Seguro que te vas a volver a leer alguna vez Los bufones de dios, en esa copia tan descuajaringada?
.
Además, un libro que se pasa treinta años en una estantería sin que nadie haga más que, con suerte, quitarle alguna que otra vez el polvo, no deja de ser un derroche económico que, multiplicado por el número de libros en esas condiciones, nos escandalizaría si lo hiciera un político en otros ámbitos (y esto es verdad por igual para los libros de tu estantería, como para los de las bibliotecas, aunque estos, obviamente, se suelen usar más).
.
Además, una biblioteca privada comme il faut, o sea, las de los ricos cultos, solían (¿suelen?... hace tanto que no voy a casa de ningún rico) estar pobladas por libros muy valiosos, lujosamente encuadernados, en buen papel hecho para durar, llenas de clásicos, etc., pero una biblioteca como la mía, a la que, cierto, no le faltan clásicos, pero que en su mayor parte está formada por baratas ediciones rústicas (el salario no daba para más, salvo algún caprichito)... esas bibliotecas no tienen casi otro destino más que el que tus herederos se deshagan de ellas vendiéndolas al puto peso, o sencillamente donándolas (y las bibliotecas públicas son, generalmente, demasiado exquisitas al decidir qué se quedan de tales donaciones). Bueno, tal vez podría ponerse de moda que a uno, al morir, lo incinerasen en una pira en la que ardieran también sus libros en rústica que los nietos o sobrinos no quisieran quedarse, pero no voy a dar ideas en ese sentido, y además, seguro que eso violaría alguna ordenanza municipal.
.
Así que pienso que el futuro está en que el lugar natural de los libros sea una Gran Biblioteca Digital, sufragada, como toda biblioteca pública, mediante impuestos (al fin y al cabo, el fomento de la cultura es una de las mejores formas de redistribución y de movilidad social), amén de donativos y mecenazgos. Esos ingresos se dedicarían (además de a la propia gestión de la GBD) a remunerar a los autores en función de la cantidad de veces que sus obras son visitadas por los lectores. Cuando la mayor parte de los libros estén disponibles en la GBD, desaparecerá, por otra parte, el incentivo para piratearlos.
.
Las bibliotecas de libros de papel, las librerías, las bibliotecas domésticas privadas, e incluso la propia noción de "editorial", quedarían para cumplir otras funciones, más que la de satisfacer la demanda genérica de lectura: ediciones de bibliófilos, comunidades de amantes de algún tema en particular, espacios para la nostalgia retro-kitsch, y cosas así, todas ellas legítimas, faltaría más, pero que están mejor en manos del mercado y la iniciativa privada.
.
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Más:
El síndrome mesa-vs-estante
El efecto Eco, o por qué mi biblioteca es tan mala
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No voy a negar el derecho de cada uno a darse el gusto de poseer numerosos libros en su casa, y menos aún voy a negar el hecho empírico de que el número de libros que hay en la casa de cada niño es un magnífico predictor de sus resultados en la escuela (aunque no sé si habrá estadísticas que tengan en cuenta el número de "libros volantes", es decir, la frecuencia con la que la familia saca libros de la biblioteca pública). Los libros de cada uno son, en nuestra cultura pequeñoburguesa, parte de su indentidad; el tenerlos ahí, sabiendo que puedes prestarlos a familiares o amigos, o releerlos cuando te dé la gana, y recordándote que algún día los leíste, es también parte de nuestro "capital social".
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Pero, no lo puedo negar: los libros que he leído gracias a las bibliotecas (y no pocos de los cuales después compré, a veces casi inmediatamente, otras veces al cabo de décadas) también forman parte de mi identidad y de mi "capital social" (bueno, de este capital también forman parte los libros que están en las bibliotecas, aunque todavía no los haya leído). La cuestión que quiero plantear es, ¿cómo evolucionarán estas dos cosas -nuestra identidad y capital social debidos a los libros que poseemos, y los debidos a los que hemos leído gracias a las bibliotecas públicas- en las próximas generaciones?
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Una de las razones para poseer un libro era la de poder releerlo o prestarlo cuando te apeteciera, sin tener que ir a la biblioteca. Cuando los libros están accesibles a un click en tu lector digital (que en el futuro puede ser una hoja flexible, que funcione por energía solar, que te regalen con un tambor de detergente, y que aporte más funcionalidades que el mejor kindle de hoy en día), ¿para qué querrás tener en casa las obras completas de Kant, sin ir más lejos, aparte de para impresionar -o espantar- a las visitas? Si, además, puedes acceder inmediata y automáticamente a varias ediciones y traducciones, el poseer una sola de ellas se convierte en algo limitado. Si tus lecturas se archivan en la nube y puedes repasar y editar tus notas y subrayados, ocultarlas para facilitar la lectura, y compartirlas con otros, ¿qué ganas desentrañando las líneas casi ilegibles por tan trabajados en los libros que hay en tu estantería? ¿Y en el caso de las novelas? ¿Seguro que te vas a volver a leer alguna vez Los bufones de dios, en esa copia tan descuajaringada?
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Además, un libro que se pasa treinta años en una estantería sin que nadie haga más que, con suerte, quitarle alguna que otra vez el polvo, no deja de ser un derroche económico que, multiplicado por el número de libros en esas condiciones, nos escandalizaría si lo hiciera un político en otros ámbitos (y esto es verdad por igual para los libros de tu estantería, como para los de las bibliotecas, aunque estos, obviamente, se suelen usar más).
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Además, una biblioteca privada comme il faut, o sea, las de los ricos cultos, solían (¿suelen?... hace tanto que no voy a casa de ningún rico) estar pobladas por libros muy valiosos, lujosamente encuadernados, en buen papel hecho para durar, llenas de clásicos, etc., pero una biblioteca como la mía, a la que, cierto, no le faltan clásicos, pero que en su mayor parte está formada por baratas ediciones rústicas (el salario no daba para más, salvo algún caprichito)... esas bibliotecas no tienen casi otro destino más que el que tus herederos se deshagan de ellas vendiéndolas al puto peso, o sencillamente donándolas (y las bibliotecas públicas son, generalmente, demasiado exquisitas al decidir qué se quedan de tales donaciones). Bueno, tal vez podría ponerse de moda que a uno, al morir, lo incinerasen en una pira en la que ardieran también sus libros en rústica que los nietos o sobrinos no quisieran quedarse, pero no voy a dar ideas en ese sentido, y además, seguro que eso violaría alguna ordenanza municipal.
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Así que pienso que el futuro está en que el lugar natural de los libros sea una Gran Biblioteca Digital, sufragada, como toda biblioteca pública, mediante impuestos (al fin y al cabo, el fomento de la cultura es una de las mejores formas de redistribución y de movilidad social), amén de donativos y mecenazgos. Esos ingresos se dedicarían (además de a la propia gestión de la GBD) a remunerar a los autores en función de la cantidad de veces que sus obras son visitadas por los lectores. Cuando la mayor parte de los libros estén disponibles en la GBD, desaparecerá, por otra parte, el incentivo para piratearlos.
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Las bibliotecas de libros de papel, las librerías, las bibliotecas domésticas privadas, e incluso la propia noción de "editorial", quedarían para cumplir otras funciones, más que la de satisfacer la demanda genérica de lectura: ediciones de bibliófilos, comunidades de amantes de algún tema en particular, espacios para la nostalgia retro-kitsch, y cosas así, todas ellas legítimas, faltaría más, pero que están mejor en manos del mercado y la iniciativa privada.
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Más:
El síndrome mesa-vs-estante
El efecto Eco, o por qué mi biblioteca es tan mala
16 de junio de 2013
Jot Down: lo mejor que se puede leer en internet
No perdáis el tiempo leyendo tonterías como el Otto Neurath, leed Jot Down, los mejores contenidos a día de hoy en la internet en español. De caérsete la baba.
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13 de junio de 2013
CUESTIÓN DE PROTOCOLO, SEGUNDA EDICIÓN
La editorial Tecnos acaba de sacar la segunda edición de mi libro Cuestión de protocolo. Ensayos de metodología de la ciencia. Estoy la mar de contento, porque es la primera vez que un libro mío alcanza una segunda edición (en realidad es más bien una reimpresión, porque lo único que han hecho ha sido ampliar un poco el formato del libro y cambiar la portada, pero el texto y la maquetación son exactamente iguales).
La mayor parte de los lectores del libro han sido (supongo) alumnos de mis asignaturas en la UNED, sobre todo "Teorías de la Ciencia" y "Filosofía de la Ciencia II", y también las asignaturas de doctorado y máster sobre sociología de la ciencia. Así que vayan un saludo y muchas gracias para todos ellos.
11 de junio de 2013
Floriano tiene razón
Hay pocas cosas que me fastidien más que escuchar el uso de falacias en un medio de comunicación de los que me gustan. Esta vez ha sido en el Intermedio y en Hoy por Hoy, haciendo en ambos chascarrillos sobre las declaraciones de Carlos Floriano en defensa de Pío García Escudero. Lo siento por los periodistas o guionistas, pero esta vez Floriano tiene razón:
Será cierto que el ahora presidente del senado tendría que haber declarado en el Impuesto del Patrimonio el hecho de que el PP le concedió un préstamo. Pero no es menos cierto el hecho de que, si lo hubiese declarado, la base imponible de dicho impuesto habría sido seguramente menor, y habría tenido que pagar menos como cuota de dicho impuesto.
.
Al fin y al cabo, la base imponible del IP consiste en el valor neto del patrimonio de una persona, es decir, el valor de los activos (propiedades) menos el valor de los pasivos (deudas). Así que una deuda, un préstamo recibido, computa de forma negativa, como cuando alguien pide una hipoteca, p.ej.
.
Si García Escudero hubiese tenido todavía a fin de año el dinero prestado en su cuenta bancaria o en su caja fuerte, tendría que haberlo declarado como activo. Pero si ya lo había usado en esa fecha para pagar las reformas de su casa, pues seguramente eso no habría incrementado el valor catastral de la vivienda, y por lo tanto, no incrementaría el valor fiscal de sus activos, como no lo incrementa cada vez que uno de nosotros hace una reforma en su casa.
.
Así que, insisto, Floriano tiene razón: en caso de haber declarado García Escudero el préstamo en el Impuesto del Patrimonio, habría tenido que pagar menos a hacienda.
.
Estaría bien que los medios de comunicación que han usado este chascarrillo lo reconocieran así públicamente.
Será cierto que el ahora presidente del senado tendría que haber declarado en el Impuesto del Patrimonio el hecho de que el PP le concedió un préstamo. Pero no es menos cierto el hecho de que, si lo hubiese declarado, la base imponible de dicho impuesto habría sido seguramente menor, y habría tenido que pagar menos como cuota de dicho impuesto.
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Al fin y al cabo, la base imponible del IP consiste en el valor neto del patrimonio de una persona, es decir, el valor de los activos (propiedades) menos el valor de los pasivos (deudas). Así que una deuda, un préstamo recibido, computa de forma negativa, como cuando alguien pide una hipoteca, p.ej.
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Si García Escudero hubiese tenido todavía a fin de año el dinero prestado en su cuenta bancaria o en su caja fuerte, tendría que haberlo declarado como activo. Pero si ya lo había usado en esa fecha para pagar las reformas de su casa, pues seguramente eso no habría incrementado el valor catastral de la vivienda, y por lo tanto, no incrementaría el valor fiscal de sus activos, como no lo incrementa cada vez que uno de nosotros hace una reforma en su casa.
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Así que, insisto, Floriano tiene razón: en caso de haber declarado García Escudero el préstamo en el Impuesto del Patrimonio, habría tenido que pagar menos a hacienda.
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Estaría bien que los medios de comunicación que han usado este chascarrillo lo reconocieran así públicamente.
10 de junio de 2013
TWITTER INTERRUPTUS #AtwiTEO
Cuando llevábamos una hora y cuarto de apasionante discusión sobre ateísmo, Twitter me avisa de que "ha superado el número máximo de tweets, inténtelo al cabo de unas horas".
Una lástima dejar a la gente colgada de ese modo, con lo interesante que se estaba poniendo. Pido perdón por el twiterillazo, y gracias a todos por participar.
Os dejo los tweets de la "tweetalk" (hubo muchos más, que fueron respuestas o retuiteos)
Bienvenidos #CursoAteismoTwitter
Es una experiencia que no sé cómo saldrá
Gracias a todos los que estáis ahí
¿Hacéis un FAV o RT para veros?
O cómo evitar que te definan los creyentes
Todos los tuits que me mandéis durante la
sesión los retuitearé para que los vean los demás
Vamos a hablar primero sobre el concepto de #creencia
Es un concepto curioso: significa dos cosas CONTRARIAS
"Creer" significa
1 Estar seguro2 No estar seguro
P.ej. Juan está seguro de que hoy es
martes, pero en realidad es lunes Entonces decimos que Juan CREE que es martes
O bien
Juan no está seguro de si es martes o es lunes, pero algo más seguro de que
es lunes.Entonces decimos que Juan CREE que es lunes
Así que a veces decimos que Juan cree algo para
decir que está seguro, pero no se equivoca o no tiene razones suficientes
Cuando decimos que alguien cree en dios,
podemos entenderlo en los DOS sentidos.
Algunos creen en dios en el sentido de que
ESTÁN SEGUROS de que existe (aunque no pueden demostrarlo)
Me parece que muchos creyentes lo son en el 2º
sentido (creen que existe dios, pero no están seguros del todo)
En general los creyentes definen a los ateos en
analogía al 1er significado de "creyente" (el que está SEGURO) de que
Dios existe
Exacto, se puede ESTAR SEGURO de que hay dios, pero NO ESTAR SEGURO de cómo es, qué quiere, si importa que lo haya, etc.
Por tanto, los creyentes pueden tener mucha inseguridad en sus creencias, y a pesar de todo seguir llamándose creyentes
La cuestión, entonces, es reclamar ese mismo derecho para los ateos
Puedo ser ateo y no estar seguro de muchas cosas
En particular
Puedo ser ateo y NO ESTAR SEGURO DE QUE DIOS NO EXISTA
Igual que muchos creyentes pueden tener dudas de que dios exista
Fijaos que lo normal es definir:
Agnóstico: no está seguro de ello
Lo que sugiero es:
Creyente: Cree que es mucho más probable que exista dios a que no exista
Ateo: cree que es mucho más probable que dios no exista que lo contrario
(El "mucho" se puede cambiar en ambos casos por
"bastante")
Agnóstico: el que cree que hay más o menos la misma probabilidad de que el
creyente o el ateo tengan razón
O sea Agnóstico: el que cree que es más o
menos igual de probable que dios exista o que no exista
¿Por qué es importante usar estas definiciones?
PORQUE SEGÚN ELLAS, LA MAYORÍA DE LOS QUE SE CONSIDERAN
"AGNÓSTICOS" SON EN REALIDAD ATEOS
Normalmente se oye decir:
La pregunta oportuna (como con los 3
cerditos): ¿a ti te parece más probable que todo eso de dios se lo haya
INVENTADO la gente, o que no?
La mayoría de los agnósticos responderán que creen que es más probable que
las teorías sobre dios sean un invento
La definición que propongo es:
ATEO: quien SOSPECHA que dios no existe
O sea, el ateo es el que, o bien está seguro de que dios no existe, o bien cree que es mucho más probable que no exista que lo contrario
IGUAL que hay creyentes que están seguros de
que dios existe, y creyentes que no
Esto es importante porque muchas veces os
dirán: tú no puedes ("no tienes derecho intelectual a") estar seguro
de que dios no existe...
...porque no tienes pruebas que demuestren SIN NINGÚN ASOMO DE DUDA que dios no exista
Respuesta: eso es IRRELEVANTE; no me hacen falta ese tipo de pruebas para concluir que lo MÁS PROBABLE es que el creyente esté equivocado
En próximas sesiones espero twitear sobre los argumentos para creer (que es más probable) que dios no exista
6 de junio de 2013
Libros del 241 al 260.
260. The Qur'an in its historical
context. G. S. Reynolds. Muy informativo también, aunque demasiado académico
para muchos lectores. (8)
259. Muhammad and the believers.
Fred Donner. Nada que ver con JB. Una muy interesante historia de la primera
comunidad islámica... o lo que fuera. (8)
257. La ridícula idea de no
volver a verte. Rosa Montero. Estupenda síntesis de literatura y biografía
científica. (8,5)
256. Intemperie. Jesús Carrasco.
Muy decente novela, para lo que hay. (7)
255. The Syro-Aramaic reading of
the Koran. Christoph Luxenberg. Meticulosa y difícil investigación filológica
sobre la lengua del Corán. Una pena que el autor tenga que firmar con
seudónimo. (7)
254. In the shadow of the sword.
Tom Holland. Apasionante historia de los orígenes y antecedentes del islam,
aunque un poco largo y tendencioso. (7)
253. Did Muhammad exist?. Robert
Spencer. Lectura obligatoria para cualquiera que esté preocupado por el estudio
científico de las religiones. (9)
252. Phi: a voyage from the brain
to the soul. Giulio Tononi. La presentación de la teoría de la consciencia como
"información integrada". Un poco peñazo, pero seguro que triunfará
con su enfoque pseudoliterario. (7)
251. Consciousness: confessions
of a romantic reductionist. Christof Koch. Interesante y muy claro, aunque al
final se le va un poco la olla con lo del nuevo theilardismo. (7)
250. The belief instinct. Jessee
Bering. Desarrolla la idea de que la creencia en dios es un subproducto
evolutivo de la "teoría de la mente". Además, es el primer libro de
ciencia que leo que cita una investigación hecha en la UNED. (7)
249. Making up the mind: how the
brain creates our mental world. Chris Frith. Entretenido e ilustrativo, aunque
un poco superficial. (6)
248. Free will. Sam Harris.
Extremadamente simplista; al menos, muy breve. (3)
247. How pleasure works. Paul
Bloom. Tiene la virtud de la recursividad: es una lectura intelectualmente muy
placentera, aunque a veces demasiado superficial. (7)
246. La cara oculta del misterio.
Luis Alfonso Gámez. Una entretenida parada de desmontajes sobre ocultismo y
demás. (6)
245. Why people believe weird
things. Michael Shermer. Un clásico imprescindible para el escéptico
principiante, aunque a mí me ha cogido demasiado mayor y me he saltado la mayor
parte. (7)
244. The Signal and the Noise:
Why So Many Predictions Fail — but Some Don't . Nate Silver. Estupendo, aunque
un poco demasiado largo, y con el típico vicio americano de dar por asumido que
todo el mundo entiende de béisbol. (7)
243. El maestro del Prado. Javier
Sierra. Qué morro tiene este tío. (2)
242. La librería de las nuevas
oportunidades. Anjali Banerjee. Una estúpida historia de fantasmas. (2)
241. Etimologicón. Javier del
Hoyo. Una conspiración editorial para lectores alérgicos a lo que signifique un
poco de explicación. (1)
5 de junio de 2013
Twitter killed the blog star
El próximo lunes 10 de junio, a las 11 de la mañana (hora de Madrid), organizaré una nueva experiencia en la red: el Curso de Ateísmo en Twitter. Será un rato que pasaré escribiendo tuits sobre ese tema, e interactuando con todos los tuiteros que quieran animarse a pasar por allí. En función del éxito que tenga, lo repetiremos a otras horas y/u otros días, sobre ese u otros temas. En algunos de los tuits pondré los hashtags #CursoAteismoTwitter o #AtweTEO, aunque la mejor manera de seguir la actividad será hacerse follower de @jzamorabonilla (al menos mientras dure el evento).
3 de junio de 2013
Historia y leyenda en los orígenes del Islam (2)
Continúa aquí mi artículo sobre los orígenes del Islam, en Mapping Ignorance. Dentro de unas semanas, la tercera y última parte.
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Más:
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Historia y leyenda en los orígenes del Islam (1).
Historia y leyenda en los orígenes del Islam (3)
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En el primer artículo de esta serie vimos lo que los textos cristianos
de Oriente Medio en el siglo VII decían acerca de los invasores árabes que
habían tomado abruptamente aquellos ricos territorios (primero Palestina, Siria
y Mesopotamia; poco después, Persia y Egipto) que en los siglos anteriores
habían sido disputados por los romanos y los persas. Por resumir, en esos
textos se describe a los invasores como guiados por un “profeta”, aunque
durante las primeras décadas de la invasión los cristianos se referían a la fe
de los árabes (en las poquísimas ocasiones que lo hacían) como algo vagamente cercano
al judaísmo, y sólo cien años después de la fecha en que supuestamente murió
Mahora hay alguna referencia en aquellos textos al contenido de algo similar al
Corán. Tal vez podríamos pensar que las fuentes literarias árabes de esa época
contendrían alguna información más explícita sobre las creencias religiosas de
aquel pueblo, pero eso sería una vana esperanza, como veremos inmediatamente.
Describiré sucintamente las evidencias documentales más importantes. Los datos
están tomados sobre todo de Spencer (2012) y Hollan (2012).
1) La referencia más antigua que se conserva al uso del calendario
islámico es seguramente el recibo de la expropiación de 65 ovejas en la ciudad
greco-egipcia de Heracliópolis, escrito tanto en griego como en árabe, y con la
fecha en los dos calendarios correspondientes (22 de la era musulmana, 632 DC).
Según la tradición, los árabes habían empezado a contar los años a partir de la
hégira (la huída de Mahoma desde la Meca a Medina,, en 610 DC) diecisiete años
después del suceso, es decir, sólo cinco años antes del documento en cuestión.
Aunque, por desgracia, nada de él permite averiguar a qué se refería su autor
exactamente con esa cifra, está claro que, siendo una fecha tan próxima al año
de comienzo de la cuenta, la memoria de aquel acontecimiento “inaugural” no se
habría perdido por entonces, o distorsionado en exceso. Compárese, p.ej., con
el caso del calendario cristiano, que se empezó a usar más de cinco siglos
después de la supuesta fecha del nacimiento de Jesús. Por tanto, esta es una
razón que apoya la historicidad de la hégira, aunque no en igual medida los detalles
de la misma según la tradición islámica.
2) Otro texto recientemente descubierto, casi contemporáneo, es una
inscripción en la roca, en el desierto al sur de Palestina, y que menciona que
fue escrito “a la muerte de Omar, en el año 24”. Omar fue el segundo califa, y
la fecha en la que según la tradición que fue asesinado coincide con la de la
inscripción. Esto también constituye un importante documento a favor del
carácter histórico de algunos personajes y acontecimientos mencionados por
dicha tradición.
3) De unos 15 años más tarde data otra inscripción, aunque esta vez
está escrita en griego, procedente de unos baños construidos en la ciudad siria
de Gádara (sí, la misma Gádara que sale en Regalo
de Reyes). La inscripción elogia a Muawiya (el primer califa Omeya)
como “siervo de dios y jefe de los protectores”, y da la fecha “42 según los
árabes”. La inscripción no hace ninguna referencia a la religión musulmana (salvo
que, se supone, “protectores” quiere decir “protectores de la comunidad
cristiano-biznatina a la que pertenecen estos baños”) ni al significado religioso
de la fecha. Más significativo es que la inscripción no hace ninguna referencia
a Mahoma, y además está precedida por una cruz.
4) Otra inscripción, esta vez de nuevo en árabe, y encontrada en
Kerbala (Irak), procede del año 64 AH (683 DC), y aunque en este caso contiene
la tradicional invocación musulmana “En el nombre de dios, el misericordioso,
el compasivo”, también se refiere a Alá como “el Señor de Gabriel, Miguel y
Arafil” (tres ángeles bíblicos), de nuevo sin ninguna mención a Mahoma. Otro dato
curioso es que la inscripción menciona la oración en tres momentos del día
(como hace el Corán, y no cinco, como se hizo tradicional años después). La
falta de mención alguna al profeta del islam es lo normal en casi todas las
inscripciones oficiales del mundo árabe procedentes del primer siglo de la era musulmana.
5) Igual de sorprendente es el hecho de que las monedas acuñadas por
los primeros califas raramente incluyen la palabra “Mahoma” (y cuando lo hacen,
no está claro si funciona como el nombre propio del profeta, o en el sentido de
“el califa sea alabado en el nombre
de dios”, pues recuérdese que “muhammad” significa en árabe “bendecido” o “alabado”).
En cambio, contrariamente a la ley islámica posterior, estas monedas
representan una figura humana (en general, el propio califa; tal vez en algunas
el profeta)… ¡que lleva una cruz en la mano! No es hasta la época de Muawiya en
la que se añade a la cruz una diminuta luna creciente.
6) Probablemente, el primer texto islámico aparte del Corán son las
inscripciones de los mosaicos de la Cúpula de la Roca, en Jerusalén, terminada
en 691 DC. Este texto incluye fragmentos del Corán (aunque no literalmente), y
menciona expresamente a Mahoma (aunque, como veremos, aquí también vale la
precisión del punto anterior). Lo más curioso es que la mayor parte del texto
está dedicada a criticar la afirmación cristiana de que Jesús es el Hijo de
Dios, aunque se le alaba como uno de los mayores profetas. De Mahoma
propiamente dicho, el texto dice poco más que “Mahoma es el mensajero de dios”,
lo que puede traducirse como una alabanza a Mahoma, o como una alabanza
genérica: “bendito sea el mensajero de dios”, sea cual sea la identidad de ese
mensajero (es decir, tal vez la expresión se refiera a Jesucristo, como el
resto de la inscripción, o a cualquiera de los muchos profetas bíblicos o
post-bíblicos que la religión islámica reconoció).
Decíamos que sería de esperar en este artículo alguna referencia a lo
que decían sobre Mahoma y el origen el islam los cronistas árabes del siglo VII.
Por desgracia, la verdad es que esos cronistas sencillamente no existieron, al
menos como autores de obras escritas. Los primeros historiadores musulmanes
escribieron más de un siglo después de la muerte de Mahoma, e incluso los
libros de esos historiadores no han llegado directamente a nosotros, sino sólo
a través de citas y menciones hechas por otros autores que escribieron a partir
del siglo II de la era islámica. El propio Corán es la única fuente literaria
árabe que data del siglo VII, y presentaremos algunos resultados de la
investigación filológica sobre él en la próxima entrada de la serie.
El hecho es, por tanto, que prácticamente todos nuestros datos de
procedencia islámica sobre la época de Mahoma e inmediatamente posterior
dependen de la tradición oral. Los
primeros historiadores árabes hicieron un arte de la “certificación” de los isnads, esto es, las cadenas de
transmisores que supuestamente habían ido pasando de unos a otros un hadiz (un dicho o hecho del Profeta o de
alguien cercano a él). Por supuesto, no existía por entonces ningún
procedimiento fiable para llevar a cabo esa certificación sin ningún error, y
en cambio, sí que existían ocasiones y motivaciones para corromper, o incluso
inventar, tanto los hadizs como las isnads, en una época (más de un siglo) en
la que la ortodoxia e instituciones islámicas, y los núcleos de poder en el
mundo árabe, estaban precisamente tomando forma. Se dice que Bukari, un ode los
primeros recolectores de hadizs en el
siglo IX, compiló nada menos que 300.000 de estas historias, de las cuales
decidió publicar sólo unas 7.500 como relativamente “fiables”, y de ellas sólo
un tercio como “auténticas” (es decir, ¡menos
de una de cada mil!).
Terminaremos indicando un poderoso argumento propuesto por Jansen
(2008) que permite sembrar la duda sobre la credibilidad de la mayor parte de
los hadizs. Se trata del hecho de que
la primera biografía (sira) de
Mahoma, escrita por Ibn Ishaq a mediados del siglo VIII (es decir,
aproximadamente siglo y medio después de la muerte del Profeta), recoge
meticulosamente la fecha en la que
cada acontecimiento sucedió. Esto ha dado gran credibilidad al relato de Ibn
Ishaq entre los historiadores posteriores, incluidos los estudiosos
occidentales. Pero hay un grave problema con esas fechas; veamos.
El calendario islámico sustituyó a uno pre-islámico (ambos lunares) el
año 629 DC, aún en vida de Mahoma. La principal diferencia entre ambos
calendarios es que en el pre-islámico se incluía un “mes bisiesto” cada tres
años, para mantener el compás con el año solar (pues doce meses lunares
equivalen a unos 354 días). Se dice que Mahoma prohibió la práctica de incluir
ese mes bisiesto por considerarla “pagana”, y por lo tanto, el calendario islámico
es unos 11 días más corto que el solar, lo que hace que 34 años musulmanes
equivalgan a sólo 33 años solares. Pero, curiosamente, ¡ninguno de los
acontecimientos de antes de 629 DC relatados por Ibn Ishaq tiene una fecha
situada en un mes bisiesto! ¿Es que no le ocurrió nada relevante a Mahoma o a
sus compañeros en un mes de cada 37? Según Jansen, la única explicación
razonable es que esos acontecimientos fueron inventados o reelaborados en una
época en la que la mayoría de la gente sencillamente había olvidado que los
meses bisiestos habían existido.
REFERENCIAS
Holland,
Th., (2012), In the Shadow of the Sword. The
Battle for Global Empire and the End of the Ancient World, Little, Brown.
Jansen, H., Mohammed: Eine biographie, München,
Beck.
Spencer, R., (2012), Did Muhammad Exist? An Inqury into Islam’s
Obsucre Origins, Washington, ISI Books.
.
Más:
.
Historia y leyenda en los orígenes del Islam (1).
Historia y leyenda en los orígenes del Islam (3)
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