De esta conferencia on-line cuando supe de su existencia me encantó el uso que hacían de las TICs para la promoción y difusión del estudio filosófico de la conciencia. Estos americanos innovan constantemente.
Muy chulos. Acabo de ver la conferencia de Dennett. Parece que la hubiesen grabado debajo del agua, pero se entiende (por cierto, deja sin reponder el tema que se plantea, pero aún así merece la pena).
La banda ancha es una maravilla. Cada vez hay más instituciones y universidades que cuelgan videos completos de cursos y conferencias. Los de la universidad de Stanford, por ejemplo, son estupendos.
Por culpa del BUP, me quedé con la idea de que la filosofía consistía básicamente en masturbaciones mentales de alemanes estreñidos (y algún que otro francés avinagrado). Ni interesante ni comprensible.
Hasta que un día, hace años, leí un libro de Daniel Dennett y descubrí que la filosofía no estaba reñida con la claridad y el sentido del humor. Más tarde lo confirmé cuando descubrí el Otto Neurath.
De esta conferencia on-line cuando supe de su existencia me encantó el uso que hacían de las TICs para la promoción y difusión del estudio filosófico de la conciencia. Estos americanos innovan constantemente.
ResponderEliminarMuy chulos. Acabo de ver la conferencia de Dennett. Parece que la hubiesen grabado debajo del agua, pero se entiende (por cierto, deja sin reponder el tema que se plantea, pero aún así merece la pena).
ResponderEliminarLa banda ancha es una maravilla. Cada vez hay más instituciones y universidades que cuelgan videos completos de cursos y conferencias. Los de la universidad de Stanford, por ejemplo, son estupendos.
Por culpa del BUP, me quedé con la idea de que la filosofía consistía básicamente en masturbaciones mentales de alemanes estreñidos (y algún que otro francés avinagrado). Ni interesante ni comprensible.
ResponderEliminarHasta que un día, hace años, leí un libro de Daniel Dennett y descubrí que la filosofía no estaba reñida con la claridad y el sentido del humor. Más tarde lo confirmé cuando descubrí el Otto Neurath.
Me alegro, Epicúreo
ResponderEliminar