Si arrastré por este mundo
la vergüenza de haber sido
y el dolor de ya no ser.
Bajo el ala del sombrero
cuantas veces, embozada,
una lágrima asomada
yo no pude contener.
Si crucé por los caminos
como un paria que el destino
se empeña en deshacer.
Si fui flojo, si fui ciego,
sólo quiero que comprendas
el valor que representa
el coraje de querer.
Era para mí la vida entera
como un sol de primavera
mi esperanza y mi pasión.
Sabí a que en el mundo no cabí a
toda mi humilde alegría
de mi pobre corazón.
Ahora, cuesta abajo en mi rodada
las ilusiones pasadas
no me las puedo arrancar.
Sueño con el pasado que añoro,
el tiempo viejo que lloro
y que nunca volverá.
Por seguir tras de su huella
yo bebí incansablemente
en mi copa de dolor.
Pero nadie comprendía
que si todo yo lo daba
en cada vuelta dejaba
pedazos de corazón.
Ahora, triste en la pendiente,
solitario y ya vencido,
yo me quiero confesar.
Si aquella boca mentía
el amor que me ofrecía,
por aquellos ojos brujos
yo habría dado siempre más.
Era para mí la vida entera
como un sol de primavera
mi esperanza y mi pasión.
Sabía que en el mundo no cabí a
toda mi humilde alegría
de mi pobre corazón.
Ahora, cuesta abajo en mi rodada
las ilusiones pasadas
no me las puedo arrancar.
Sueño con el pasado que añoro,
el tiempo viejo que lloro
y que nunca volverá.
la vergüenza de haber sido
y el dolor de ya no ser.
Bajo el ala del sombrero
cuantas veces, embozada,
una lágrima asomada
yo no pude contener.
Si crucé por los caminos
como un paria que el destino
se empeña en deshacer.
Si fui flojo, si fui ciego,
sólo quiero que comprendas
el valor que representa
el coraje de querer.
Era para mí la vida entera
como un sol de primavera
mi esperanza y mi pasión.
Sabí a que en el mundo no cabí a
toda mi humilde alegría
de mi pobre corazón.
Ahora, cuesta abajo en mi rodada
las ilusiones pasadas
no me las puedo arrancar.
Sueño con el pasado que añoro,
el tiempo viejo que lloro
y que nunca volverá.
Por seguir tras de su huella
yo bebí incansablemente
en mi copa de dolor.
Pero nadie comprendía
que si todo yo lo daba
en cada vuelta dejaba
pedazos de corazón.
Ahora, triste en la pendiente,
solitario y ya vencido,
yo me quiero confesar.
Si aquella boca mentía
el amor que me ofrecía,
por aquellos ojos brujos
yo habría dado siempre más.
Era para mí la vida entera
como un sol de primavera
mi esperanza y mi pasión.
Sabía que en el mundo no cabí a
toda mi humilde alegría
de mi pobre corazón.
Ahora, cuesta abajo en mi rodada
las ilusiones pasadas
no me las puedo arrancar.
Sueño con el pasado que añoro,
el tiempo viejo que lloro
y que nunca volverá.
Se ve que Gardel no conocía la Viagra...
ResponderEliminarYa se que los argentinos están tan orgullosos del tango como Esperanza de las corridas de toros, pero a mi siempre me ha parecido el género de los mierdas desalmados que encima son lloricas sentimentales, como un psicópata que haga reenvíos de ppts de gatitos.
ResponderEliminarEl único tango que no me da grima (aparte de Piazzola, mejor sin letra) es el de Les Luthiers
"Pieza en forma de tango, Opus 11".
Blogger no me deja incrustarlo... o no sé engañarle
(minutos 4' - 6'20'', el resto es un gag visual y un cierre)
Los tangos son una mariconada. Y la cultura navajera de la que brotaron, también.
ResponderEliminaraparte de Piazzola, mejor sin letra
Piazzola, a veces, suena a prog rock.