27 de enero de 2011

CREACIÓN (Y PUBLICACIÓN) POR SUSCRIPCIÓN


Pensemos en el Peine del Viento, esa maravillosa escultura de Chillida al final del paseo de Ondarreta en San Sebastián. El escultor cobra por obra hecha; una vez que está puesta en la calle, todo el mundo puede verla libremente, fotografiarla, pintarla, e incluso vender esas imágenes. Naturalmente, alguien tiene que haber pagado al artista, pero lo ha hecho de una vez, al principio del proceso o cerca del momento de la inauguración. Quien lo paga puede ser una administración pública, una empresa privada, o una suscripción popular.
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Pues bien, este tercer modelo, el de la suscripción popular, es el que quiero sugerir para todas las obras de creación (o muchas): novelas, películas, música (aunque tal vez en este caso sea algo más difícil), videojuegos, programas informáticos, etc.
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El modelo consistiría en lo siguiente: un autor (p.ej., un novelista) escribe su obra (o comienza a hacerlo), y cuelga una pequeña parte en internet de modo que todo el mundo pueda leerlo. En la página hay una suscripción a la que puedes apuntarte; digamos que puedes pagar 2 euros, y ello te da derecho a que, cuando las cantidades que se han suscrito superen una cifra determinada de antemano por el autor y hecha pública (junto con la cantidad suscrita en cada momento), entonces el autor envía la obra terminada a esos suscriptores, y también SÓLO ENTONCES se hace efectivo el pago de la cantidad suscrita por cada comprador. Por ejemplo, si yo no quiero publicar mi obra si no voy a vender al menos 100.000 ejemplares, sólo cuando tenga 100.000 suscriptores (que, a dos euros, son 200.000 euros) la publicaré. Naturalmente, es probable que cuanto más conocido sea el novelista, mayor límite pueda poner, y más pronto lo alcance. Pero eso lo determina la libertad de cada autor.
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Los lectores con más ganas de que salga el libro pueden hacer también, en este modelo, de agentes publicitarios gratuitos, recomendando a sus amigos o en sus propios sitios de internet a que también se suscriba más gente, para que se alcance cuanto antes la cifra deseada. También, el autor puede reconsiderar su cifra A LA BAJA, y puede desanimarse y cancelar la suscripción (lo que no tendrá coste para nadie, ya que todavía no habría pagado nadie nada). Incluso podría modificar la cifra AL ALZA, siempre que también se dé la posibilidad a los que se han suscrito de anular su suscripción (pues la modificación hará que se retrase la publicación de la obra, y en ese caso tal vez dejen de estar interesados).
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Esto no le quitaría al autor, por supuesto, el derecho a seguir vendiendo copias, a través de su página web, en papel, o como se le ocurra (o, en el caso de películas, en los cines, cadenas de televisión, etc.). Podría incluso ofrecer descuentos a la compra de la obra en papel a quien haya comprado un ejemplar electrónico.
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Supongo que en un mundo en el que termine predominando la edición electrónica, un sistema como éste será de lo más normal. (Algunos ejemplos similares han sido enlazados en los comentarios).
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Seguiré reflexionando sobre este modelo en los próximos días.
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24 comentarios:

  1. Un modelo muy parecido a lo que hacen aquí: http://www.auamusic.com/

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  2. O aquí: http://www.elcosmonauta.es/

    (Y dejo de ocuparte los comentarios)

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  3. Ese modelo es un clásico en la edición de wargames, y en los juegos de rol ya lo he visto alguna vez.

    También existe un modelo casi igual, solo que al llegar al mínimo de pasta, la obra queda liberada para todo el mundo.

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  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  5. Dado el carácter mitad franciscano, mitad huno, del pensamiento digital empoderado, me pregunto quién tendrá los santos huevos de atreverse a pedir más de 1000 euros por un libro. Ya el que gana algún dinero en modo riesgo es literalmente "un cabrón", así que como para pedir una fortuna por adelantado. Vamos, se me ocurren formas menos complicadas de suicidarse.

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  6. Quien lo paga puede ser una administración pública

    Cojonudo. Ahora voy a pagar para que Melendi componga.

    Ese modelo es un clásico en la edición de wargames

    Es decir, en el maravilloso mundo de los friquis y nerds granujientos y pajilleros que en vez de follar se dedican a jugar a dragones y mazmorras, y que el dinero que tienen es el que le piden a sus padres.

    solo que al llegar al mínimo de pasta, la obra queda liberada para todo el mundo

    Es decir, te la expropian.

    quién tendrá los santos huevos de atreverse a pedir más de 1000 euros por un libro

    Exacto. That's the problem.

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  7. > Es decir, en el maravilloso mundo de los friquis y nerds granujientos y pajilleros que en vez de follar se dedican a jugar a dragones y mazmorras, y que el dinero que tienen es el que le piden a sus padres.

    Ehm... no. Los wargames, salvo cuatro excepciones, siempre han sido cosa de adultos. Entre otras cosas porque cuestan una pastaza.

    Pero vamos, a lo que voy es a que *funciona*. No da mucha pasta porque el mercado es pequeño (las ediciones tienen que ser internacionales), pero se crea con un riesgo mínimo para diseñadores y jugadores.

    >> solo que al llegar al mínimo de pasta, la obra queda liberada para todo el mundo
    > Es decir, te la expropian.

    O sea, que si el autor decide liberarlo al llegar al mínimo (anunciando al principio que va a hacerlo) porque le da la gana, ¿eso se llama "expropiación"? Anda que... XD

    Yo entiendo que todo esto tiene un cierto olorcillo a planificación económica que a algunos no les gustará nada. Pero lo cierto es que existe, y funciona.

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  8. Lanarch:
    en el modelo que sugiero, el autor seguiría teniendo derecho a cobrar por las ventas que se hagan después de la publicación. Es un modelo pensado para los que no quieren renunciar a ese derecho, y que no se animarían a publicar si temen que se les va a piratear desde el principio.

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  9. Supersanti:
    Pues supongo que casi cualquiera; en particular, autores de best-sellers (piensa en Dan Brown, o en Umberto Eco, o en Ruiz Zafón), pero también superproducciones hollywoodienses: la productora pone el trailer, pero no hace el montaje hasta que no se han suscrito 10 millones de personas. Y luego se proyecta en los cines y en las teles igual, se sacan DVDS, etc.
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    En realidad, aquí jugaría un papel muy grande la reputación de los creadores.

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  10. Freman:
    Ahora voy a pagar para que Melendi componga.
    Me refería a las esculturas (aunque algunas son tan malas como las canciones de Melendi)
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  11. Lanarch:
    Los wargames, salvo cuatro excepciones, siempre han sido cosa de adultos.
    "Adultos" en sentido cronológico, supongo (es broma).
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    todo esto tiene un cierto olorcillo a planificación económica que a algunos no les gustará nada.
    En absoluto, es mercado puro y duro. Intercambios absolutamente libres entre productores y consumidores.

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  12. Jesús, no me jodas: eso es como los grupos que llevan 30 años tocando y han conocido las mieles de los dos mundos. Igual que hace años montabas tu propia discográfica, ahora puedes publicar directamente en internet. Lo malo es el que viene detrás, como siempre.

    Desde luego que Dan Brown y Stephanie Meyer si utilizasen ese método les funcionaría. De hecho les sigue funcionando de puta madre ese supuestamente "modelo obsoleto de negocio".

    La cuestión es cómo llegar hasta ahí desde ese modelo nuevo, que de nuevo no tiene nada, por cierto. Reputación, sí, pero mal la vas a conseguir de ese modo. Hace falta ser un poco cínico.

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  13. Santi:
    yo no digo que el modelo sea "nuevo", ni que me lo haya inventado yo. Simplemente lo expongo y lo defiendo.
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    Ciertamente, el modelo servirá mucho mejor a los que venden un millón de ejemplares que a los que venden mil. Pero, ¿eso qué tiene de malo?
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    ¿Cómo llegar a tener "reputación"? Como se ha hecho siempre, supongo: mezclando promoción y buenos productos ("buenos" en el sentido de que la gente está dispuesta a pagar por ellos). Pero volveré al tema de la reputación con otra entrada, cuando me lo piense un poco más.

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  14. > en el modelo que sugiero, el autor seguiría teniendo derecho a cobrar por las ventas que se hagan después de la publicación.

    Creo (*creo*) que el modelo de los wargames funciona así también. Hacen unos cuantos "de más", y por supuesto, si tiene éxito es posible invertir en más ejemplares.

    Supongo que las pequeñas diferencias que pueda haber con lo que propones es que tú hablas más de cosas "incorpóreas" que de físicas. Obviamente en los juegos hay que encargar fichitas y enviarlo por correo. De todas formas ya te digo que esto también se empieza a dar con juegos de rol distribuidos en pdf.

    > En absoluto, es mercado puro y duro. Intercambios absolutamente libres entre productores y consumidores.

    Me refiero a que es un tanto planificado desde el momento en el que no "fabricas" nada, o muy poco comparado con el producto final (propotipos, o adelantos) hasta asegurarte de que la inversión (en esfuerzo, o en costes de fabricación) va a ser cubierto. Al contrario que en el mercado capitalista habitual, donde primero fabricas, con una mayor o menor seguridad de que lo vas a colocar (estudios de mercado, monopolios, etc), y luego vendes.

    No es que sea el colmo de la economía intervenida que digamos ;) pero sí creo que tiene lo suficiente de ese aire como para que a los liberalillos les mosquee.

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  15. Lanarch:
    en el mercado capitalista habitual, donde primero fabricas, con una mayor o menor seguridad de que lo vas a colocar (estudios de mercado, monopolios, etc), y luego vendes.
    Qué va. Hay mogollón de cosas que se fabrican sobre pedido.
    Lo característico del capitalismo no es si se planifica o no (TODAS las empresas planifican), sino de si las compraventas son acuerdos libres entre compradores y vendedores, o están dirigidas o centralizadas por el Estado.

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  16. Quiero decir, Lanarch, que en este modelo no hay ningún agente público (o sea, estatal) que intervenga, es puramente privado. No veo por qué no les va a gustar a los liberales.

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  17. Hola.

    Recién ha salido una revista que se llama "Orsai".

    La historia vale la pena, se encuentra en el blog:

    orsai.bitacoras.com

    Básicamente, hubo suscripción hasta cierta fecha, el costo fue diferente para cada país, y fijado tomando en cuenta la opinión de los posibles "suscriptores".

    Una vez enviada, la revista está disponible, en forma gratuita, en formato PDF para quien la quiera. Los que nos suscribimos siempre supimos que no era necesario pagar para poder leerla, lo hicimos porque nos gustó el proyecto.

    Si compramos ejemplares de más, podemos revenderlos al precio que nos plazca, pero se fomentó mucho comprarlas en grupo para poder platicar sobre su contenido.

    Quizás le interese revisar ese esquema.

    Saludos

    RRS

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  18. Xerófilo
    gracias por la referencia.
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    Los que nos suscribimos siempre supimos que no era necesario pagar para poder leerla, lo hicimos porque nos gustó el proyecto.
    Bueno, el modelo que yo propongo es que NO HAY OBRA hasta que no ha pagado la suficiente gente para que el autor crea que le merece la pena. Así que sí que es NECESARIO pagar: si la gente no acoquina, el autor no suelta la obra.
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    se fomentó mucho comprarlas en grupo para poder platicar sobre su contenido.
    Es que yo estoy pensando en cómo desarrollar modelos de negocio para autores que quieren ganar dinero (y no dejar que sus obras sean "gratuitas"), y para miles de lectores o espectadores a los que se la reflanflinfla el platicar sobre la obra con otros. Si todo el mundo fuera tan "comunitario", no haría falta pensar en este tipo de modelos; pero de hecho, la inmensa mayoría de la gente (autores y lectores) no son así.

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  19. El caso de Orsai es muy bueno para ejemplificar este modelo: crear hype entre la gente, comerle el coco y hacerla partícipe de un hermoso modelo 2.0 en realidad más viejo que el mundo. Vamos, cancamusa y al final un precio desorbitado por lo que no pasa de ser unos cuantos dominicales juntos. Lo de "no son revistas, son acciones", refleja la calaña del sujeto. Hay gente que no se sienta insultada ante eso. Yo sí.

    En realidad no vendes un revista de calidad normalita donde lo más atractivo son unos bocetos de Trillo que tenía por ahí perdidos en una carpeta, sino que la gente se crea que está haciendo algo nuevo y especial, una experiencia. Ya ves: comprar la enésisma revista literaria cutre a mitad de precio que una suscripción anual al New Yorker. Fe, ni más ni menos. Lo importante no es el producto, sino cómo lo has conseguido. Podría haberlo publicado en blanco y que lo escribieses tú, ya puestos. De hecho eso es lo que ha ocurrido: no se ha hablado casi nada de los contenidos de la revista, sino de su proceso de producción y distribución. Ahí algo falla.

    La primera vez ha colado. Ahora a ver si cuela más o si hay otros que pueden seguir colándola.

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  20. La primera vez ha colado. Ahora a ver si cuela más o si hay otros que pueden seguir colándola

    Es que ese es el famoso Efecto Telón. Se levanta el telón y aparece un actor diciendo que va a demostrar que el arsénico es inocuo. Efectivamente, se bebe una botella, saluda al respetable, que aplaude entusiasmado. Cuando baja el telón, al tío le entran los temblores y la palma fuera de la vista de los espectadores. Todo el mundo, claro, se queda con el mensaje de lo cojonudo que es el arsénico.

    Eso ha pasado a puñados con empresas de software famosas que han apostado por el "software libre" (ay, madre, que en inglés "gratis" y "libre" se dice igual). Todo el mundo ha aplaudido. Pero todas esas empresas, al poco tiempo, la han palmado en silencio. Claro, quedó el acto público de apostar por el arsénico.

    (otro ejemplo de Efecto Telón, más burdo, es el del terrorista que se suicida afirmando que irá al cielo con setenta y dos vírgenes y algún efebo; luego, hay quien se lo cree, pero la verdad, ¿quién demuestra lo contrario?)

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  21. No veo por qué no les va a gustar a los liberales

    ¡Ah, ya vas por la versión 2.0 de la idea! Porque en la versión 1.0 decía muy claramente: "Quien lo paga puede ser una administración pública". A lo mejor es que lo leí mal.

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  22. Freman:
    me he debido explicar mal. En el ejemplo del principio (la escultura) digo que el artista la cobra cuando la termina, y la cuestión es, ¿de dónde se saca el dinero para pagarla?, y lo que respondo es que hay varias maneras, al menos las siguientes: 1) que la pague una administración; 2) que la pague un mecenas; 3) por suscripción popular.
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    Lo que digo en el resto de la entrada se refiere EXCLUSIVAMENTE a la aplicación del TERCER modelo (el de las suscripción popular) al caso de la creación y publicación de otros tipos de obras. Es decir, cuando lo paga una administración o un mecenas sería OTRO MODELO, no el que sugiero en la entrada. (Aunque puede haber mezclas: p.ej., que una red de "public e-libraries" -cuando las haya- compre un número de ejemplares en la suscripción, pero como un cliente más).
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    De hecho, confieso que el modelo se me ocurrió precisamente para fomentar el que vuelvas a escribir y publicar libros de los tuyos: sabes que tal vez al cabo de poco tiempo te los van a piratear, pero por lo menos te aseguras que vendes 1000 (p.ej.) antes de publicarlo.

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  23. Jesús, para que te hagas una idea sobre las suscripciones populares, los fanfilms de franquicias con millones de seguidores como Star Wars o Star Trek tienen a veces dificultades para conseguir la financiación para cubrir gastos. De hecho, no pueden tener beneficios. Una película que se supone de calidad, Iron Sky, ha estado varias veces a punto de abandonarse porque les ha costado la de peich conseguir el dinero, con el surrealista sistema de vender el dvd por anticipado, y que la gente compre merchandising de una película que no existe. Es decir: fe. Luego la gente dice lo de "Yo es que no pienso comprar una película que no he visto". Pero si es por la causa, parece, la cosa cambia.

    De todos modos lo de "pagadme tanto entre todos o no libero mi obra" me parece que como chiste está bien, lo de "compra esta revista o mato al perro" de American Lampoon, pero en serio da como penita.

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  24. Supersanti:
    el problema con esos ejemplos es que no tenían el producto acabado, tenían que hacerlo con la pasta que pagaba la gente, y los compradores la tenían que pagar por adelantado, de modo que de momento pagan, pero no tienen el DVD.
    Lo que yo propongo es que tú simplemente te comprometes a pagar al recibir el DVD, pero no lo recibes hasta que no hay suficientes compradores.
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    Dará penita, pero la gente se acostumbraría.

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