Aprovechando que sigue la discusión sobre el libre albedrío en el blog de Iván Moreno, copio aquí mi última respuesta a su entrada "La libre decisión - garantía de ser" (espero que la garantía de mi coche sea más segura que esa). Puede consultarse ahí toda la discusión.1) la moral no se "reduce" por consistir en "meros" sentimientos; ella es la que da valor a las cosas, así que no necesita "estar fundamentada en algo superior", porque, por definición, no puede haber (para cada uno) nada moralmente superior a la moral (de cada uno). No hay ningún criterio
fuera de la propia moral que diga que una moral es "inferior" o "superior" por el hecho de venir de Dios o del gustirrinín.
2) Con independencia de que el determinismo sea verdadero o falso, lo que es falso de toda falsedad que uno
elija su moral. ¡No puedes creerte en serio que tú tienes la maravillosa propiedad de poder decidir que durante los próximos treinta segundos te va a parecer cojonuda (pero de verdad, no sólo fingiendo que te lo parece) la moral de Hitler! (suponiendo que no te parezca buena ahora). ¡De veras que estás tan engañado por la idea de autonomía como para pensar que eres tan capaz de decidir eso como de decidir levantarte de la silla!
Uno no elige sus gustos (ni los morales, ni los gastronómicos, ni los sexuales); sólo los puede encontrar o educar (que no es lo mismo).
3) El remordimiento. ¿Pensabas que esto es una dificultad para un naturalista? La respuesta es más sencilla que rascarse la oreja.
Explicar el sentimiento de remordimiento significa pura y simplemente explicar cómo hemos podido llegar a desarrollar la capacidad neurológica de experimentarlo. Como toda capacidad neurológica, es el fruto de la selección natural: aquellos de nuestros antepasados que experimentaban la sensación de remordimiento (o sea, los que se sentían jodidos cuando sus decisiones salían mal -luego te recuerdo con más calma por qué se pueden tomar decisiones aunque no exista el libre albedrío-) aprendían a tomar
mejores decisiones que los que no sentían ese arrepentimiento, y ello les permitía reproducirse con mayor frecuencia. Es la misma explicación que la del dolor: quienes lo sentían, aprendían a huir de lo que se lo producía, mejor que quienes no lo sentían.
Así que es verdad que (te cito) "el remordimiento y la culpa proceden de la
consideración de la existencia de la libertad", pero eso significa tan sólo que nuestros antepasados desarrollaron esa
"consideración", no que la libertad que ellos sentían existiera realmente.
¡¡¡¿Por qué no te planteas la pregunta, obvia, de cuál puede ser la causa física de que nuestro cerebro
perciba la libertad?!!! (o sea, ¿cómo
notas que eres libre?). Piénsalo sin prejuicios, y llegarás a la conclusión de que no puede ser la propia libertad real la que causa que la notemos (¡magia potagia!), y que en cambio es muy lógico concluir lo que gana un homo erectus
sintiéndose libre (y arrepentido).
4) Si yo pido perdón, no "apuesto" a que era libre. Uno suele pide perdón porque
cree que era libre, o en todo caso,
finge que lo era. Pero lo más habitual es que pidamos perdón por exactamente la misma razón por la que solemos hacer las demás cosas: porque pensamos que es lo que debemos hacer, o sea, porque experimentamos un sentimiento de obligación que nos impulsa a hacer eso (a costa de acosarnos con la sensación de remordimiento si no lo hacemos). O sea, todo puramente biológico, y tan mecánico como la digestión.
5) dices:
"Si yo me creyera determinado, estoy seguro de que lo último que haría (aún determinado) sería intentar convencer a gente que yo creo determinada de que está determinada". Veo que sigues sin entender nada de qué es lo que significa e implica estar determinado. ¿Qué tiene que ver creerse determinado con desear unos cosas u otras, y obrar en consecuencia? Yo no dejo de comerme un bombón por creer que, si me lo como, estoy determinado a comérmelo.
6) Dices:
"No pudiendo elegir entre fines, el fin se convierte en parte del sujeto del mismo modo que una átomo de carbono pertenece a un diamante. El diamante no decide poseer dicho átomo. El sujeto no elige el fin."Repito: nadie elige los fines últimos, aunque todos elegimos los medios. Además, ¿qué tiene de malo que mis fines sean míos, como mi hígado?
7) Y de nuevo el gran error:
"un ser humano determinado es simplemente un espectador: un humano determinado no es más que algo capaz de experimentar los sentimientos de una parcela minúscula de la realidad, cuyos actos vienen dados y determinados por las mismas leyes que todo lo demás."Un ser humano parapléjico es un "mero espectador"; un ser humano jugando al fútbol, "actúa".
TODA la diferencia que podemos establecer entre "ser un espectador" y "ser un actor" es la diferencia que
EXPERIMENTAMOS cuando percibimos la diferencia entre "quedarnos quietos sin hacer nada" y "estar haciendo cosas".
Después sigues con el mismo error:
"El ser humano así no elige: cree que elige. El ser humano no actúa: cree que actúa. La complejidad del ser humano no lo hace un actor. Que sea autoconsciente tampoco.. Pues bien, ESTO es lo que es completamente ridículo: lo que PRECIBIMOS que hacemos cuando NOS PERCIBIMOS actuando, ESO es "actuar". Así que, aunque estemos determinados porque no podemos evitar ser nada más que un (maravilloso, por otra parte) conglomerado de moléculas sometidas a las leyes de la física,
SÍ QUE ACTUAMOS. En ESO que notamos cuando decimos que actuamos consiste nuestro actuar (más sus causas físicas, que no percibimos, claro está).
Decir que el ser humano no elige si está determinado, tiene LA MISMA LÓGICA que decir que un pino no es un pino aunque absolutamente
todo lo que percibamos en él parezca un pino. Si
todo lo que percibimos en nosotros es que actuamos, ESO es a lo que llamamos actuar (salvo que, en tus sueños de visionario, imagines un mundo en el que "las elecciones son verdaderas elecciones"... Pero, ¿qué tienen de "verdaderas", o mejor, qué tienen de "elecciones", si sólo has aprendido POR LA EXPERIENCIA que existen unas cosas que se llaman elecciones).
8) Por último, ¡claro que el razonamiento moral presupone el libre albedrío! (si no fuera por eso, no lo estaríamos discutiendo). Lo que yo digo es que, una vez que nos damos cuenta del maravilloso hecho de que somos conglomerados de moléculas, vemos que ese concepto (el de libre albedrío) es una ficción subjetiva. El razonamiento moral se basa en una presuposición falsa (obviamente no hace falta que los razonamientos prácticos se basen en premisas verdaderas siempre, ni siquiera en general; ójala lo hicieran más a menudo). ¿Y qué? ¿Deja de parecernos cruel la tortura por ello? ¿Dejan de despertar sentimientos de solidaridad algunas cosas por ello? ¿Dejas de sentirte bien cuando actúas bien, y mal cuando te hacen una putada? ¿Qué más quieres para que haya moral? Ni siquiera puedes EXPLICAR, y mucho menos MOSTRAR, qué es ese "más" que quieres.
Salud.
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